Samaritan’s Purse está dando cursos de sanidad por trauma para familias afganas desplazadas que ahora viven en Albania.
Miriam* dejó Afganistán a medianoche. Solo se detuvo para decir adiós a su familia antes de comenzar el trayecto a un futuro desconocido.
Mientras cruzaba el marco de la puerta del hogar de su niñez por última vez, dejó atrás todo lo que conocía y amaba, incluida su familia y su carrera como escritora y artista. Su madre le lanzó agua en la espalda mientras ella se iba, una tradición antigua afgana para bendecir el camino por delante.
Miriam, una mujer educada, era un objetivo del talibán. Y hay muchas más mujeres como ella, y hombres también. Ella fue solo una de las decenas de miles de afganos que huyeron de sus casas y profesiones este verano para escapar el colapso del gobierno y la persecución asegurada bajo el régimen talibán.
Miriam huyó con sus colegas al aeropuerto de Kabul donde estuvieron 24 horas, en espera de un escape seguro. “Estábamos ahí sin baños, sin comida, sin beber agua”, dijo. “Estaba muy nerviosa”.
No quería dejar Afganistán. Pero, fue una decisión que ella sintió que debía tomar para protegerse a sí misma y a su familia.
Miriam sintió que fue obligada. No quería dejar Afganistán. Pero, fue una decisión que ella sintió que debía tomar para protegerse a sí misma y a su familia.
Esperando en Albania, empezando de cero
Miriam y muchos otros han sido evacuados a Albania y esperan que los reubiquen en otro país. Samaritan’s Purse se encuentra ahí, ayudando a las familias desplazadas que han buscado refugio en la costa. Nuestro equipo de especialistas en respuesta a desastres opera una clínica médica, distribuye artículos de primera necesidad y facilita cursos de seis semanas sobre sanidad después de un trauma para ayudar a los evacuados a procesar lo que han tenido que soportar.
Becky Threatt, miembro del equipo, ayuda en los cursos de sanidad
Después de llegar a Albania, Miriam tuvo dificultad en encontrar propósito y esperanza ya que todo lo que conocía y amaba estaba en Albania. “No me sentía cómoda, no estaba contenta”, dijo Miriam. “Me quería ir a casa y quería ver a mi mamá”.
Ansiaba ese lazo pequeño a quien una vez fue y las pasiones que una vez experimentó. Ansiaba tener papel y un lápiz para registrar sus pensamientos y sus sentimientos; instrumentos de arte para pintar sus recuerdos. Sin embargo, ya no tenía el dinero para gastar en esas cosas.
“No había dinero para ni siquiera para comprar un lápiz”, dijo Miriam. “Solo necesitaba un lápiz para escribir algo, para pintar algo. En Kabul pintaba, tenía tantos lápices, lápices de color, papel, cuadernos, cuadernos diferentes, papel diferente, blanco y de colores. Era una editora y tomaba videos; trabajaba en un periódico. Era una persona valiosa para mi país. Pero ahora, ya no sentía nada. Debía empezar desde cero”.
Miriam luchó con ese sentimiento de desesperanza e inutilidad. Hasta que encontró una oportunidad de traducir el curso de sanidad ofrecido por Samaritan’s Purse.
El corazón de la sanidad
Miriam ayudó a traducir y adaptar nuestro curso de sanidad por trauma, que utilizamos en las oficinas de campo alrededor del mundo. Nos ayudó a alcanzar a su gente en el idioma de su corazón.
Miriam ha comenzado a hacer bocetos otra vez, incluyendo escenas de su hogar temporal en la costa de Albania.
“Hemos tomado el tiempo de contextualizar [el curso] para encajar con el entorno afgano y llegar a las necesidades del corazón”, dijo Becky Threatt, un miembro del equipo de ayuda en desastres y una de las facilitadoras del curso. “Este es en verdad un buen camino para que Samaritan’s Purse vaya más allá de los primeros auxilios sicológicos y ayude a que la gente avance por el trauma que han experimentado a tener medios para procesarlo y empezar a tener algo de sanidad”.
Al ir Miriam traduciendo los materiales, las herramientas y prácticas que Samaritan’s Purse comparte con las familias afganas empezó a tocar también su corazón.
“Fui parte de este seminario, pero en realidad, siento que fui de las que aprendió algo”, dijo Miriam. “Tenemos esperanza, debemos hablar, debemos salir. Una herida puede sanar”.
“Tenemos esperanza, debemos hablar, debemos salir. Una herida puede sanar”.
El curso de seis semanas provee un espacio para que los evacuados afganos compartan sus historias y obtengan herramientas prácticas hacia la sanidad y el perdón.
“Lo más difícil es que [las familias] están desubicadas, han perdido sus hogares y tienen miedo de lo que sus familiares en Afganistán puedan estar sufriendo”, dijo Becky. “Queremos que las personas compartan lo que hay en su corazón y sepan que al hablar y compartir y tomar estos pasos, hay esperanza, pues antes no la tenían”.
El mundo de Miriam comienza a iluminarse.
“Soy una luz para mi familia”, dijo Miriam. “Soy una ventana, una luz. Soy una esperanza, porque ya salí [de mi país]”.
Una historia que se está escribiendo
Lentamente, Miriam encontró el valor y la creatividad para volver a escribir, en un sencillo cuaderno y con un lápiz que le regalaron:
Martes 16 de septiembre, 2021:
Escribo esto con mi nueva pluma de color azul y un pequeño cuaderno. También compré un lápiz y un borrador. Estoy viviendo en Tirana, Albania. Está cerca del mar; el mar lo une con Macedonia, Italia y Grecia.
Miriam planea seguir escribiendo sus experiencias para poder compartirlas con otros. Servirán de testimonio de todo lo que ella ha soportado y de las personas que le han ayudado a sanar, incluidos miembros del equipo de Samaritan’s Purse.
“Los recordaré”, dijo Miriam al equipo de Samaritan’s Purse. “Son personas que forman ahora parte de mi novela porque un día escribiré sobre ello”.
“Son personas que forman ahora parte de mi novela porque un día escribiré sobre ello”.
Ahora, Miriam tiene otra vez agua en su espalda, esta vez el mar, como una bendición mientras empieza el camino a la sanidad.
“Esta es mi historia, la historia de alguien que se va lejos de casa”, dijo Miriam”. “Pero este no es el final; la historia continuará. Tengo esperanza y creo que un día todo estará bien”.
*Se cambió el nombre por seguridad
