Dios usó a Operation Christmas Child, La Gran Aventura y la fidelidad de una iglesia local en Chile para sanar a una familia que sufría.
Carol solía dormir en la calle, porque gastaba todo el dinero que tenía en drogas y alcohol, y no podía pagar una renta. A veces, no tenía comida para sus hijos. Muchas veces, ni siquiera sabía dónde estaban.
La vida no fue mejor después de casarse. Su esposo, Daniel, solía ir ebrio a casa, y no quería saber nada de su familia. Era violento y destruía los pocos muebles que tenían lanzándolos contra las paredes. Carol y Daniel gritaban y discutían todo el tiempo.
“Realmente, me apeno mucho por esa época. No me gusta recordarla”, dijo Carol.
¡TODA LA FAMILIA DE DANIEL Y CAROL AGRADECIÓ LA CAJA DE REGALOS DE AGUSTIN!
Muchas veces le dijo a su esposo que sus vidas necesitaban cambiar. Pero ninguno de los dos sabía cómo hacerlo ni tenía la fortaleza para dar el primer paso.
En ese tiempo, Carol no se daba cuenta de que Dios tenía preparado un plan maravilloso, o de que el camino hacia la transformación, la sanidad y la redención tendría el origen más inesperado: su hijo de 5 años.
Una invitación especial
Agustín es un niño amigable y activo; le gusta jugar al fútbol y los dinosaurios de juguete. Un día estaba jugando afuera de su casa, cuando un miembro de una iglesia aledaña lo invitó a un futuro evento para niños: un evento de evangelismo de Operation Christmas Child.
El pastor Ramón, que ha dirigido la iglesia del vecindario de Agustín en Santiago de Chile durante casi 40 años, explicó que la congregación está sirviendo en un “lugar complicado”, famoso por las drogas, el alcohol y la violencia.
“A veces tenemos que cerrar la puerta durante el servicio de adoración por los disparos que hay afuera”, dijo.
El pastor Ramón no se siente acobardado ni desanimado. Su deseo por alcanzar a más niñas y niños con las Buenas Nuevas los llevó a él y a la congregación a organizar un evento evangelístico de Operation Christmas Child y las clases de discipulado La Gran Aventura .
EL PASTOR RAMÓN TIENE LA CONVICCIÓN DE QUE DEBE COMPARTIR EL EVANGELIO CON LOS JÓVENES A TRAVÉS DE OPERATION CHRISTMAS CHILD, PORQUE SABE QUE ESO PRODUCIRÁ FRUTO EN SUS VIDAS CUANDO SEAN MAYORES.
“Es importante sembrar la semilla del Evangelio en su corazón cuando son jóvenes”, dijo el pastor Ramón. “Si sembramos la semilla ahora, veremos los frutos espirituales en el futuro”.
Agustín se emocionó tanto por el evento que corrió a su casa y le contó a su madre. La semana siguiente, cuando Carol se dio una vuelta por la iglesia y vio a su hijo y a otros niños y niñas con sus cajas de regalos llenas de obsequios divertidos, se quedó impactada.
“Él nunca había recibido regalos como esos”, dijo ella.
AGUSTÍN, DE CHILE, NUNCA HABÍA RECIBIDO REGALOS COMO LOS QUE ENCONTRÓ EN SU CAJA DE REGALOS DE OPERATION CHRISTMAS CHILD.
Carol quedó tan conmovida por el amor y la generosidad que le manifestaron a su hijo durante el evento evangelístico, que gustosamente le dio su permiso para que asistiera al curso de discipulado La Gran Aventura , que consiste en 12 lecciones bíblicas impartidas por un voluntario local capacitado.
Agustín invitó a su hermana mayor, Maite, para que lo acompañara a las clases, y ambos aprendieron sobre Dios y Su Palabra. Los hermanos empezaron a ir a la iglesia del pastor Ramón, y siguieron yendo incluso después de que terminaron las clases, porque estaban entusiasmados por seguir aprendiendo.
Carol saw their enthusiasm for church and how much happier they seemed once they started attending. She didn’t hesitate to say yes when Agustin asked her to come with them.
Nueva vida en Cristo
Poco después, Daniel también aceptó acompañar a su familia a la iglesia. Conforme escuchaban al pastor Ramón enseñar la verdad y las promesas de la Biblia, y recibían ánimo de los miembros de la iglesia, el Señor comenzó a obrar en sus corazones.
DANIEL Y CAROL COMENZARON A IR A LA IGLESIA Y ESTABAN CONTENTOS DE QUE DOS DE SUS HIJOS ASISTIERAN AL CURSO DE DISCIPULADO La Gran Aventura .
“Mi vida era un desastre. Vivía sin propósito”, contó Daniel. “Pero Dios me cambió”.
Daniel y Carol decidieron entregar sus vidas a Jesucristo y, por Su gracia y Su misericordia, sus vidas han sido completamente transformadas. Ya no se emborrachan ni se drogan. Están consagrados a pasar el tiempo a sus hijos. Daniel tiene un empleo estable, y ya no va del trabajo a casa listo para atacar a su familia.
“Veo un montón de cambios en mi hogar”, dijo Maite. “Ahora, vivimos una vida mejor”.
Agustín, especialmente, disfruta de pasar más tiempo con sus padres y de salir a pasear en familia en algunas ocasiones, algo que nunca hacían porque todo lo que ganaban lo gastaban en las drogas y el alcohol.
"Ahora, cuido a mis hijos", dijo Carol. "Somos una familia nueva".
Carol y Daniel aún luchan con el arrepentimiento y la culpa por las decisiones que tomaron en el pasado. Pero, día tras día, aprenden a aceptar el perdón de Dios y a agradecerle por las relaciones restauradas.
"Ahora, cuido a mis hijos", dijo Carol. "Somos una familia nueva".
Además, por primera vez en su vida, son parte de una familia espiritual. “No son nuestros parientes de sangre, pero los sentimos como de la familia”, dijo Carol.
Ella agradece a Dios porque Él usó a Operation Christmas Child y a La Gran Aventura para que Agustín quisiera participar en una iglesia, y dice que su hijo es “el puente que cambió nuestras vidas”.
Sabe que, sin la intervención del Señor, todavía estarían en el camino de la destrucción. “Si no fuera por Jesús, ahora mismo estaríamos en un lugar muy diferente”, dijo ella. “Estaríamos perdidos en el mundo”.
