Una caja de regalos de Operation Christmas Child transformó su vida cuando era niña y ahora lidera su iglesia para cambiar las vidas de innumerables otros niños a través del mismo ministerio.
Claudia Molina ha ayudado a empacar cientos de cajas de regalos durante su tiempo como líder de proyecto para Operation Christmas Child, y con cada caja, su oración sigue siendo la misma: que Dios use cada caja para tocar el corazón de un niño, tal como lo hizo con el de ella.
Cuando era niña, en un barrio céntrico de San Luis Potosí, México, la pequeño Claudia asistió a un evento en su iglesia local sin saber que saldría de ahí con un montón de juguetes y un corazón nuevo. Bajo el techo abovedado de la iglesia, el pastor pronunció cinco palabras que resonaron en su alma y que todavía hacen eco en su vida hoy: “Dios es tu Padre Celestial”.
Una paz entrañable invadió a la niña de 8 años al saber que tenía un padre que no la abandonaría. Claudia nunca conoció a su padre biológico y, como hija única, a menudo se preguntaba por qué había abandonado a su familia, especialmente a ella. La madre y la abuela de Claudia trabajaron incansablemente en su lugar para brindarle una infancia normal y protegerla de la violencia que asolaba su comunidad, pero aún así, seguía sintiendo un profundo anhelo de tener un padre.
“Cuando oí al pastor decir que todos tenemos a nuestro Padre Celestial que vela por nosotros y que Él conoce nuestras necesidades, mi corazón se llenó de amor y esperanza”, recordó. Cuando el pastor la invitó a orar, Claudia abrazó a Jesucristo como Señor por primera vez, ahora como hija adoptiva de Dios.
Buenas nuevas y gran gozo
Pero la alegría no terminó allí. Momentos después, una caja de regalos de Operation Christmas Child terminó en su regazo. Claudia abrió la caja con entusiasmo, con el corazón acelerado mientras descubría los tesoros.
Sujetó un osito de peluche y encontró debajo un paquete de crayones y papel. Éste fue su regalo favorito, dijo, ya que dibujar era su escape a los problemas que la rodeaban. Pero tal vez el regalo más grande, escondido en la caja roja y verde, provino de una pequeña tarjeta. En ella estaba pegada una foto de una niña llamada Madison, quien había empacado su caja. Le dio vuelta la tarjeta para leer un mensaje. Aunque estaba en inglés, Claudia pudo entender las palabras "Dios te ama".
“Vi la palabra ‘God’ y supe que significaba ’Dios”, dijo Claudia. “Si esta niña está diciendo God loves you, God loves you, Dios me ama, entonces es real. Dios me envió esta caja como una forma de hacerme saber y sentir que Él estaba allí para mí. Me sentí amada. Me sentí bienvenida. Me sentí importante”.
Los años siguientes reflejaron la obra de Dios en el corazón de Claudia, o, como ella lo expresa: Dios “pintó su vida de esperanza”. La familia de Claudia comenzó a asistir regularmente a la iglesia, ella se bautizó y se unió al grupo de alabanza en el piano.
“Me sentí amada. Me sentí bienvenida. Me sentí importante”.
Claudia se encargó de ayudar a su familia en todo lo que pudo, por lo que se dedicó por completo a sus estudios para aliviar la carga de su madre y de su abuela. Cuando era una adolescente, la madre de Claudia se casó y se mudaron a Texas, donde ella empezó el noveno grado. Rodeada por una cultura, un idioma y un entorno nuevo, y al mismo tiempo con un anhelo por regresar a su ciudad natal en México, Claudia luchó y obtuvo una beca para la Universidad de Texas en Arlington, donde cursó una licenciatura en español. Continuó sus estudios en Los Ángeles, donde obtuvo una maestría en la UCLA, y pronto completará su doctorado en Lenguas hispánicas y latinoamericanas.
Identidad que se encuentra en el Señor
A pesar de su inteligencia y éxito académico, su encuentro con Jesús en esa iglesia hace años fundamentó su identidad como hija de Dios y la capacitó para ser la madre, esposa y profesora que es hoy. De la misma manera, su encuentro con una caja de regalos ese mismo día preparó a Claudia para liderar a su iglesia local, Restauración Los Ángeles (RLA), para a empacar cientos de cajas de regalos de Operation Christmas Child en los años venideros. Como líder de proyectos en su comunidad, Claudia cuenta su historia para que todos la escuchen, con la esperanza de compartir la misión eterna de Operation Christmas Child con todas las personas que ve.
“Cuando un niño recibe una caja, recibe esperanza”, dijo el pastor René, pastor principal de la iglesia RLA. “Le dice que no siempre dormirá en esa cama, que no siempre usará esa ropa, que no siempre comerá poca comida. Y eso es lo que impactó a Claudia y la modeló para ser la hija de Dios, esposa, madre y persona que es hoy”.
Claudia ha sido líder del proyecto RLA durante los últimos tres años, y la participación de otros ha aumentado cada temporada navideña. Junto con su equipo de voluntarios (Gustavo, Ángel, Karla, Alby y su esposo, Saúl), todos de ascendencia latina, Claudia alienta a los miembros a llevarles a los niños las Buenas Nuevas y una gran alegría en esta temporada navideña.
“Debes empacar con el corazón”, expresó Claudia. “Yo estaba en el otro extremo. Recibí una caja. Sí, los niños están recibiendo estas cajas y un impacto con el mensaje, así que quiero esto para otros niños pues es real”.
“Debes empacar con el corazón”.
Un viaje de esperanza
El escritorio de Claudia, en un rincón de su departamento, se encuentra rodeado de fotos familiares entre las docenas de libros que estudia para su próxima tesis. Una foto de boda cuelga en la pared junto a la mesa del comedor, los biberones se secan sobre un paño en la cocina y se ven más fotos con imanes en el refrigerador.
Si bien para muchos parecería un departamento normal, para Claudia es un milagro. De una niña perdida y sin encontrar sentido a su abandono, a madre gentil, esposa amorosa, profesora brillante y líder valiente del proyecto Operation Christmas Child, la vida de Claudia está marcada por el amor de Dios que llegó por primera vez en forma de una pequeña caja de regalos hace décadas.
El viaje de una caja de regalos no termina cuando llega a las manos de un niño al otro lado del mundo. De hecho, ahí recién comienza. Mientras miles de iglesias en todo el país empacan cajas de regalos para Operation Christmas Child, entre ellas Claudia y su iglesia, ora para que cada una de ellas encuentre las manos de un niño que necesita desesperadamente el amor y el consuelo de Dios.