Los Ray se quedaron sin casa a causa del huracán Helene. Ahora, tienen un lugar al cual llamar su hogar, gracias al programa de reconstrucción de Samaritan's Purse.
Las cicatrices que hay en la mejilla y la ceja de Howard dan testimonio del terror y el dolor de la mañana en que golpeó el huracán Helene. Son recuerdos que no desaparecerán pronto, pero ahora él y su familia tienen una nueva señal de la fidelidad y la gracia de Dios en sus vidas: una vivienda móvil provista por Samaritan’s Purse.
El martes 3 de junio en Burnsville, Carolina del Norte, Howard y Lisa Ray, junto con sus hijas adolescentes, se reunieron con amigos, familiares y el personal y los voluntarios de Samaritan’s Purse para consagrar su hogar a Jesucristo. La familia Ray derramó lágrimas de alivio y gozo cuando el grupo oró por ellos y le entregó a la familia de cuatro miembros las llaves de su casa.

El grupo se reunió para orar por la familia Ray y dedicar su nuevo hogar a Dios.
“Simplemente, no hay palabras para describirlo”, dijo Howard, mientras miraba la vivienda móvil especialmente modernizada. “Cuando piensas que Dios hará solo esta pequeña cosa por ti, Él hace mucho más. Los últimos ocho meses, hemos estado quedándonos en diferentes lugares, pero esta noche no; esta noche, estamos en casa para siempre”.
Los Ray están entre las primeras familias en recibir una vivienda móvil a través del programa de reconstrucción a largo plazo de Samaritan’s Purse en Carolina del Norte. Como parte de nuestra labor permanente después del huracán Helene, ahora estamos arreglando viviendas dañadas y entregando casas completamente nuevas (tanto prefabricadas como móviles) para las familias desplazadas por la tormenta, en toda la región. En estas últimas semanas, alabamos a Dios porque cuatro familias (incluidos los Ray) recibieron las llaves de sus nuevos hogares mediante el programa, y se espera que los sigan cientos de familias en los próximos meses y años.

La familia Ray se siente feliz por estar viviendo en su nuevo hogar.
“Desde casi perder la vida (me refiero a en este mismo lugar donde estoy parado), a venir a un hogar como este, es increíble lo que Dios hace”, le dijo Howard a la gente. “Les doy las gracias a todos y a cada uno de ustedes, y agradezco a las personas que ni siquiera están aquí. Es una bendición como la que jamás he visto”.
Una historia de supervivencia
Desde las ventanas del nuevo hogar de los Ray, Howard y Lisa pueden ver a la distancia el granero rojo que los salvó cuando Helene casi se cobró sus vidas.
Esa mañana de fines de septiembre, la pareja estaba sentada en el sofá con su perra Sadie; sus hijas se habían ido a las casas de sus amigas. Antes de que Howard pudiera levantarse y abrir la puerta para ver la tormenta, un golpe sacudió la casa hasta sus cimientos cuando las crecidas repentinas y los árboles caídos se desmoronaron por las montañas que los rodeaban. De repente, ellos iban flotando calle abajo.
Lisa se aferró de Sadie, mientras Howard intentaba encontrar por dónde salir. El agua se colaba a través de las paredes y las tablas del piso; las ventanas se rompieron y la puerta se hinchó por la presión del agua contra ella. Después de flotar unos cientos de metros, la casa se incrustó en un trozo de escombros, y lanzó a Lisa y a Sadie a través de la pared trasera hacia el torrente de afuera. Howard también fue lanzado hacia la inundación, donde logró aferrarse a la solapa de tela de la parte inferior del sofá, donde Lisa todavía estaba sentada. Su cuerpo sumergido se golpeó con los escombros sueltos y la madera bajo el agua. Por un momento, Howard logró mirar hacia arriba.

Lisa comparte un momento con su madre recorriendo juntas la casa nueva por primera vez.
“Hasta donde alcanzabas a ver, no había más que agua”, relató él. “Escuchábamos gritos de personas que pedían ayuda, pero no sabíamos de dónde venían, y no podíamos ayudar porque nosotros también estábamos luchando por nuestras vidas”.
Como bombero voluntario de la zona, Howard reconoció los problemas al verlos.
“Me he ocupado de hacer rescates, pero cuando tú eres el que necesita ser rescatado… es un partido completamente diferente”, dijo.

Como en cada dedicación de hogar de Samaritan’s Purse, los Ray recibieron como obsequio una Biblia Billy Graham Training Center y un recibo que dice: “PAGADA EN SU TOTALIDAD”, recordándoles que la casa es sin cargo, y que nuestra deuda fue pagada en su totalidad a través del sacrificio de Cristo en la cruz.
Finalmente, lograron llegar al granero rojo de sus vecinos. Con la ropa ensangrentada, Lisa y Howard llegaron cojeando al refugio seco. Esperaron durante horas hasta que un amigo los rescató con su vehículo todoterreno. Recién cinco días después pudieron ver a sus hijas a salvo por primera vez.
“No fue ninguna suerte, porque lo hizo todo Dios”, dijo Howard. “Tendríamos que haber muerto, pero Dios nos salvó”.
Llamados a volver a Dios y a la familia
Howard se refiere al día del 27 de septiembre del 2024 no como una tragedia, sino como la manera en que Dios lo llamó de vuelta.
“Confía siempre en Dios”, dijo recordando lo que aprendió del caos de Helene. “Conozco a muchas personas que realmente no saben qué significa eso, y yo era uno de ellos. Pero cuando estás tan cerca de la muerte y, aun así sobrevives, esto le da un sentido completamente nuevo a las cosas. No des nada por sentado; vive día a día; no te preocupes por las cosas que no puedes cambiar. Te lo aseguro: ninguna de estas cosas materiales es importante”.
Lisa, que perdió a su mejor amiga por la tormenta, sintió que Dios también le enseñó algo.
“A veces, solo me siento y lloro por mi amiga que se fue. Y el Señor viene a mi encuentro y me dice: ‘Yo sigo aquí’. Él nunca nos abandona. De verdad, Él es nuestro mejor amigo”, dijo ella. “Dios me enseñó a no preocuparme, a tener fe y aferrarme a Él”.
Ahora, en lo profundo de una hondonada al oeste de Carolina del Norte, el hogar de los tiene vista hacia el valle donde el Señor los salvó. “No hay nada más importante que Dios y mi familia”, afirmó Howard.
Por favor, ora por el trabajo de Samaritan’s Purse, mientras continuamos ayudando a que las personas se recuperen del huracán Helene.