Nico traía su animal de peluche como su amigo. Ahora, el niño tiene un nuevo mejor amigo, Jesús. Su mamá también le dio su corazón a Cristo.
Diagnosticaron a Nico con un defecto cardíaco desde pequeño en Bolivia. A los 8 años, experimentaba fatiga, pérdida de apetito y respiración entrecortada.
Esto dificultaba su concentración para las tareas escolares o que participara en educación física con sus amigos.
“Siempre me sentía cansado en la escuela”, recuerda Nico. “No podía jugar con mis amigos”.
Trompeta, un elefante de juguete, se volvió su mejor amigo. Nico incluso lo llevaba para sus citas médicas. Trompeta era su amigo especial.
La cirugía para corregir este defecto estaba fuera de las posibilidades de la familia. Era demasiado cara y una opción poco viable pues no está disponible en el país. Justo cuando la familia pensó que no había más esperanza para una mejoría, la madre de Nico, Marcela, oyó de Children's Heart Project por una amiga.
Fue la respuesta a sus oraciones cuando se revisó y se aprobó la cirugía de Nico a través de la colaboración de Samaritan’s Purse con Health City Cayman Islands y las donaciones para el proyecto hacia Samaritan’s Purse que cubrieron el transporte. Samaritan’s Purse también arregla que un intérprete de nuestro equipo viaje con el niño y el padre o guardián durante cada paso del viaje, para proveer guía y aliento. También conectamos al niño y su guardián con iglesias locales cerca del hospital, y estas familias de la iglesia reciben en su casa a estos invitados tan especiales.
El viaje con Trompeta
La familia anfitriona de Nico recibió a un invitado más: Trompeta.
“Trompeta va conmigo a todas partes”, dijo Nico. “Es parte de nuestra familia. Viajó conmigo en el avión y me visitó en el hospital”.
Nico notó que su madre estaba preocupada antes de la cirugía. Le dijo: “Mamá, no te preocupes, tengo paz en mi corazón”.
Marcela quería con desesperación esa paz. Quería bendecir a su hijo y tener el tipo de contentamiento que veía en los miembros de su iglesia anfitriona, así como en otras mamás de pacientes que aceparon a Jesús durante su estancia.
“Han sido un ejemplo para mí de cómo seguir a Cristo y depender de Él”, dijo. “Estoy muy agradecida a todos por su amor por nosotros”.
La intérprete, Geraldine, compartió el Evangelio con Marcela y con Nico, e incluyó La Gran Aventura, un programa de discipulado desarrollado para los que reciben una caja de regalos de Operation Christmas Child.
Como resultado, Marcela y Nico pusieron su fe en Jesucristo como su Señor y Salvador unos días después de la cirugía.
“Conocí a un Dios verdadero”, dijo Marcela sobre su salvación. “He aprendido a alabar a Dios y encontró un nuevo amigo en Él”.
Después de escuchar un sermón sobre el bautismo en su iglesia anfitriona, Marcela dijo: “Necesito que me bauticen”. Los líderes de la iglesia la guiaron por un estudio para nuevos creyentes y la bautizaron en una piscina comunitaria.
“Gracias por todo, Samaritan’s Purse”, dijo. “Mi vida ha cambiado. Estaba en oscuridad, pero hoy estoy en la luz”.
Nico ama compartir a otros de Jesús. Los miembros de nuestro equipo le enseñaron cómo compartir el Evangelio con los colores de una tela:
Amarillo: Dios creó al mundo.
Negro: Nuestros pecados nos separan de Dios.
Rojo: Dios envió a su Hijo, Jesús, a morir por nosotros. Él resucitó y nos ofrece nueva vida en Él.
Blanco: Dios limpia corazones arrepentidos.
Verde: Dios nos ayuda a crecer en la fe y compartirlo con otros.
“Dios quiere que crezcamos como una planta para compartir el Evangelio con todos”, dijo Nico.
“Dios limpió mi corazón”, dijo. “Regreso a mi hogar sano y limpio”.
Vidas transformadas
Nico ahora tiene suficiente energía después de la escuela y la tarea para jugar fútbol con sus amigos y familiares.
“Puedo ser un niño ahora”, dijo Nico quien quiere aprender a nadar.
“Ahora, camina con energía”, dijo Marcela. “Le gusta correr. Es muy bueno verlo tan activo”.
Nico es uno de los más de 40 niños en 2022 que tuvieron cirugías a través de Children’s Heart Project, proyecto que cumplió 25 años el año pasado. En total, el proyecto ha ayudado a casi 1500 niños en el nombre de Jesús.
Marcela agradece que su familia ha sido transformada por el Evangelio. Han comenzado a asistir a la iglesia cerca de casa.
“Doy gracias a Dios y tengo esperanza”, dijo. “Estamos creciendo en nuestra relación con Dios”.