Los capellanes sirven en la primera línea en los hospitales donde colabora Samaritan's Purse en todo el mundo, y llevan esperanza a los enfermos.
El miércoles temprano, los enfermeros y los médicos se reúnen en la capilla antes de comenzar su jornada y atender a los pacientes en el Hospital Nkhoma de Malawi. La luz del sol se cuela por las rendijas de la ventana e ilumina el púlpito donde está grabada la frase: “El corazón alegre es una buena medicina” en el idioma local chichewa.
En esta escena luminosa, destaca un individuo que no lleva bata blanca ni un estetoscopio colgado del cuello, sino traje y corbata y sostiene una Biblia en la mano.
Como capellán encargado en Nkhoma, el reverendo Gamaliel refleja un celo único para consolar y animar a los pacientes todos los días. Aunque en su día fue seminarista y pastor, ahora Gamaliel se encuentra junto a los pacientes y ora con ellos antes de una operación. O puede estar en la sala de pediatría, levantando el ánimo de los niños con su buen humor y consolando a las madres preocupadas con un abrazo. Pero los miércoles, transmite un mensaje de esperanza al personal del hospital a partir de la Palabra de Dios.
“Un día”, anuncia Gamaliel esa mañana soleada, “no habrá más infecciones ni inyecciones, ni más clínicas ni ortopedias. En cambio, cantaremos para siempre ‘Santo, santo, santo’”.
Capacitados para compartir el amor de Cristo
Al igual que los médicos y el equipo, el programa de capellanía es parte integral del Hospital Nkhoma y de los casi 50 hospitales misioneros con los que colabora Samaritan's Purse en todo el mundo. El programa ha crecido en los últimos años para apoyar a más de 150 capellanes con recursos ministeriales y capacitación diseñada para mejorar su servicio.
A través de este programa, los capellanes reciben equipos audiovisuales, contenido práctico para el ministerio, y capacitación y recursos teológicos para ayudarlos en su labor de acercamiento a los pacientes. Mientras docenas de médicos del hospital trabajan para curar las dolencias físicas de los pacientes, Gamaliel y otros dos capellanes, Frank y Janet, se esfuerzan por abordar las heridas espirituales que muchos pacientes llevan consigo.
“Me encanta estar cerca del paciente, simplemente para compartir el amor de Cristo”, comentó Gamaliel.
Más allá de las puertas de Nkhoma, los capellanes realizan visitas domiciliarias a pacientes de cuidados paliativos en las zonas rurales de alrededor. Dos veces por semana, un capellán acompaña a un profesional médico para atender a antiguos pacientes que ya han vuelto a sus hogares. Mientras el médico examina su salud, el capellán les proporciona apoyo espiritual con la sabiduría de las Sagradas Escrituras.
Aunque estas personas en las zonas remotas de Malawi a menudo sufren dolor y enfermedades incurables, Gamaliel lo ve como una oportunidad de traer vida a través de Jesucristo. “Este programa nos da la oportunidad de llegar a otros y compartir el Evangelio y, quién sabe, tal vez Dios se los lleve pronto, así que no queremos perder esa oportunidad de salvar sus almas”, dijo.
Listos con la Palabra de Dios
A principios de este año, un equipo de cirujanos de Samaritan's Purse pasó dos semanas en el Hospital Nkhoma, realizando cirugías ortopédicas que transformaron las vidas de 44 malauíes. Junto con el apoyo médico, Samaritan's Purse proporcionó numerosas Biblias impresas en chichewa, que Gamaliel y su equipo distribuyeron entre los pacientes y sus familias.
“Los capellanes suelen ser más importantes que nosotros”, dijo el Dr. McCluskey, cirujano ortopédico de Samaritan’s Purse. Este médico con casi 40 años de experiencia visitó Nkhoma en 2011, donde vio a un capellán abrumado. Cuando regresó este año, se alegró de ver a tres capellanes sirviendo a Dios con fervor.
"Es realmente un momento en el que se cierra el círculo. El hospital ha mejorado, pero el programa de capellanía también", dijo el Dr. McCluskey.
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Mercy fue una de las muchas personas que recibieron una Biblia en chichewa. Mercy, una madre cuyo hijo discapacitado de cinco años fue sometido a una cirugía realizada por nuestro equipo, expresó su gratitud: “Mi esposo y yo asistimos a la iglesia todos los domingos, pero ahora podemos estudiar la Biblia en casa en nuestro propio idioma”. Para Mercy y otras personas, este simple regalo representa un soplo de esperanza, muy similar a la cirugía que recibió su hijo.
Agradecido por poder darle este regalo, Gamaliel no puede evitar alabar a Dios.
“Le doy toda la gloria a Dios por llamarme a servir en su viña”, dijo. “Por supuesto, mi primer rebaño estaba en las iglesias, pero ahora tengo un público más amplio: personas de diferentes denominaciones, musulmanes y aquellas personas que ni siquiera van a la iglesia”.
Otra paciente, Ireen, había estado alejada de la iglesia durante años después de que su marido la abandonara. La comunidad la marginó cuando él se fue y ella también se sintió indigna. Después de romperse el codo mientras escalaba una ladera de la montaña para buscar leña, Ireen pensó que todo estaba perdido. Eso fue hasta que los capellanes le regalaron una Biblia después de su exitosa operación realizada por el equipo de Samaritan's Purse.
Buscó el Salmo 63, y Gamaliel leyó las palabras en voz alta:
Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente.
Tu gran amor es mejor que la vida;
por eso mis labios te alabarán.
Te bendeciré mientras viva”. (Salmo 63:1, 3, 4; NVI).
“Esas palabras me alegran la vida”, dijo Ireen, y prometió volver a la iglesia el próximo domingo.
Ora por fortaleza, sabiduría y resistencia para todos nuestros capellanes que sirven fielmente a los enfermos y pobres en el nombre de Jesús. Ora para que el Evangelio de Jesucristo sea proclamado en nuestros hospitales misioneros en todo el mundo.
EL PASTOR MARK SUKULAO estaba tan enfermo que se preguntaba si alguna vez podría salir del hospital y regresar a casa con su esposa e hijos mientras perseveraba a través de cinco dolorosas cirugías en seis meses. Una vez que recuperó la salud, se sintió inspirado por el capellán del hospital que lo visitó y lo animó a través de la oración. “Sentí el amor y el cuidado”, dijo. Hoy, el pastor Sukulao dirige el programa de capellanía en el Hospital Karanda Mission en Zimbabue. “Los capellanes siempre deben venir con el corazón de Dios. Dirigimos a los pacientes a Cristo en medio de su dolor”, dijo. Nuestro programa de evangelismo en hospitales capacita a capellanes en todo el mundo mientras sirven a las personas que sufren en el nombre de Jesús. Tu donación nos ayudará a equipar a capellanes como el pastor Sukulao para “consolar a todos los que sufren” (2 Corintios 1:4).