Samaritan's Purse concluyó su ayuda humanitaria en Maui. Alabamos a Dios por su obra en muchas vidas y corazones, mientras trabajamos en los esfuerzos para ayudar a que los habitantes dolidos puedan regresar a sus hogares.
Nuestros equipos llegaron al lugar apenas unos días después que los incendios de Maui estallaron el 8 de agosto, cuando los incendios forestales cercanos a la ciudad histórica de Lahaian, Hawaii, se desataron con furia por causa del lejano huracán Dora. El fuego mortal mató a más de 100 habitantes y destruyó grandes sectores de las zonas más históricas de la isla, incluyendo miles de casas en Lahaina y los vecindarios del interior de Kula.
Nuestro personal y voluntarios se prepararon rápidamente para ayudar en el nombre de Jesús a los muchos habitantes que sufrían. Cuando las autoridades locales consideraron que era seguro ingresar en las zonas afectadas, quitamos los árboles dañados y trabajamos para recuperar los objetos de valor abandonados entre las cenizas.
Durante la respuesta de casi cinco meses, también llevamos a la isla 41 toneladas de suministros para la población, así como a nuestros equipos para desastres, en nuestros aviones DC-8 y 757.
Más de 700 voluntarios se sumaron a nuestras labores humanitarias, y ministraron a los propietarios y a las autoridades locales, tamizando cenizas en busca de pertenencias valiosas y acercando a los habitantes de Maui a la esperanza que únicamente se encuentra en el Evangelio del Señor Jesucristo.
Los capellanes del Equipo de Respuesta Rápida de Billy Graham ministraron junto a los equipos de Samaritan’s Purse, brindando apoyo espiritual y emocional a las comunidades despojadas. Durante el transcurso de la respuesta, los capellanes oraron con unos 10 000 habitantes. ¡Alabado sea Dios porque más de 100 de estos individuos oraron para recibir a Jesucristo como Señor y Salvador!
Estos avances espirituales tuvieron lugar mientras los voluntarios cumplimentaban 929 limpiezas y tareas de tamizado en Maui. Cada una representaba una historia. Los recuerdos que nuestros equipos encontraban entre las viviendas reducidas a cenizas les permitían a los habitantes honrar y recordar a sus seres queridos y a la vida antes de la catástrofe.
“No me importa si está astillada, rota o hecha pedazos, me llevaré cualquier cosa que puedan hallar”, nos dijo una mujer, desesperada por encontrar una simple taza de porcelana que le había regalado un ser amado. Describió bellamente la importancia de nuestra tarea de tamizar las cenizas, aun después de la pérdida total de una casa a causa del incendio. “Juntaré lo que sea de las cenizas, esté estropeado o no. Quiero convertirlo en un mosaico. Cuando mire ese mosaico, será para mí un recordatorio de que Dios ha producido belleza de las cenizas”.
Alabamos a Dios por el papel que él ha permitido a nuestros equipos tener en Su misión al encontrar la taza tan querida por esta mujer y realzar la esperanza en la tragedia esperanza, especialmente en la nueva vida en Cristo.
Por favor, sigue orando por Maui
Mientras continúa nuestra labor en la isla, ahora ayudando a los habitantes para que regresen a sus hogares, por favor, continúa levantando a las comunidades de Maui que todavía enfrentan de la mejor manera posible las dificultades que les toca vivir. Ora por quienes lloran las pérdidas de familiares, amigos, colegas, compañeros de estudios y vecinos. Ora por los padres que ayudan a sus hijos a atravesar el trauma de haber presenciado la horrible tragedia y la pérdida de la vida. Ora también por las iglesias locales que están ministrando a los habitantes que todavía sufren.