A través de la invitación de una amiga y un regalo sencillo, una pequeña niña en la nación occidental de Benín encuentra esperanza y gozo en Jesucristo
Gladys, de nueve años, sonríe ampliamente al recordar el día que recibió una caja de regalos de Operation Christmas Child. Adentro había cosas especiales como una cobija doblada entre los útiles escolares, una linterna que necesitaba su papá y otros atesorados artículos. Abrir la caja de regalos fue como abrir un nuevo capítulo de su vida y la de su familia.
Todo comenzó con la invitación de una amiga: “Debes ira mi iglesia”, le dijo Kemi. “Pasarán cosas buenas y quiero que escuches la Palabra de Dios”.
Unos días antes, Kemi atendió un evento de Operation Christmas Child y escuchó el Evangelio. Recibió a Jesucristo como Señor y Salvador. Ahora quería que Gladys experimentara el mismo gozo.
Gladys aceptó la invitación y llegó a la iglesia durante un nuevo evento evangelístico, donde pudo conocer también al Señor. Él cambió su vida y la de su familia, trayendo esperanza a su hogar.
Formando parte del reino de Dios
Gladys cuenta sobre la tormenta en su corazón un año antes que recibiera la caja de regalos. Por lo general se sentía sola y aislada, y estas emociones surgían en su casa mediante batallas con sus padres y hermanos, lo que creaba más distancia entre ella y aquellos a quienes amaba.
“Era desobediente a mis padres”, dijo Gladys. “No escuchaba. Solo discutía. Cuando me pedían que hiciera algo, aunque fuera algo sencillo como lavar, discutía y peleaba porque solo quería hacer lo que yo quería hacer. Lloraba y me escapaba. Y a veces solo decía que no quería hacerlo y me escondía en algún lugar”.
Gladys dice que solía vivir en miedo y enojo que no comprendía. Como uno puede imaginar de muchos niños de 9 años, vivía en el pequeño mundo de sus deseos.
No había experimentado vida fuera de Adjarra, donde creció en una familia que practicaba la religión ancestral y dependía de sus ídolos. Esperaban que sus ídolos cubrieran sus necesidades de salud, buenas cosechas y todo lo demás que ansiaran. Pero sus prácticas religiosas solo los cegaron a la verdad del Evangelio.
Gladys no podía concebir que un Dios todopoderoso pudiera satisfacer todas sus necesidades, incluyendo la paz que anisaba en su corazón. Tampoco hubiera imaginado que, miles de kilómetros lejos de su casa, una familia empacaría una caja de regalos con amor y oración; una caja solo para ella.
Aprendió esas importantes verdades esa tarde en el evento de Operation Christmas Child. Se sorprendió al recibir su propia caja de regalos, un gesto de amor y generosidad del otro lado del mundo y que abrió su corazón a Dios y a su reino.
La historia de orgullo en Benín como un reino es muy conocida por los niños de Benín, así que la idea del reino de Dios de inmediato atrapó la atención de Gladys durante el evento evangelístico.
“Hablaron del reino de Dios”, contó Gladys. “Comprendí entonces que Dios tiene un reino. Me invita a ser parte de su reino. Así que lo recibí en mi corazón”.
Gladys y Kemi también recibieron la invitación de los maestros para asistir al curso de discipulado de doce clases de La Gran Aventura, y estas buenas amigas han estado aprendiendo lo que implica seguir a Jesucristo en fe y obediencia.
Para Gladys, esto ha implicado honrar a sus padres, algo que cada vez es más fácil desde el día que Dios cambió su corazón y le dio la bienvenida a su reino.
“Ya no me quejo cuando me piden hacer cosas. No me escondo cuando quieren que me dé un regaderazo”, dice Galdys. “Me levanto a tiempo para la escuela. Y estoy aprendiendo a escuchar más que a discutir cuando mis padres hablan”.
“Es porque, como he aprendido, este no es mi reino”, dijo Gladys. “Es el reino de Dios y el reino al que quiero pertenecer”.
Y aquí está la mejor parte, los padres y hermanos de Gladys, su familia entera, han recibido también a Jesucristo como Señor y Salvador.
Alabamos a Dios por cómo usa un sencillo acto de obediencia, como invitar a un amigo a la iglesia, para cambiar la dirección de estas jóvenes vidas y sus familias. También agradecemos que Dios usó la caja de regalos de Gladys de Operation Christmas Child , empacada con mucha oración muchos kilómetros lejos, como una herramienta para ayudar que los ojos de una jovencita vean el amor de Jesucristo y el reino de Dios.