Líderes voluntarios de Operation Christmas Child en Surinam están ansiosos por traer las Buenas Nuevas a más niños entre este pueblo.
Romario creció en la Duatra, una aldea junto al río, en lo profundo de la selva de Surinam, en la costa este de Sudamérica.
De niño no sabía nada de Jesucristo; no había iglesia para que él visitara. Aun así, sus pensamientos rondaban la idea de que debía existir un Dios que hizo todo.
“Siempre tuve un corazón hambriento, buscando algo especial”, dijo. “Sabía que algo faltaba en mi vida.
Romario se mudó varias veces de niño, y en su adolescencia vivió más cerca de la capital de su país. Encontró una iglesia fuerte, dirigida por el pastor John Amoida, y allí Dios lo salvó. También enfermó gravemente durante ese tiempo, pero fue sanado y da gracias al Señor por ese testimonio.
“Me enfermé tanto que no podía respirar bien y comía con dificultad; también tenía dolores de vientre”, contó. “Pero Dios no me olvidó y la congregación empezó a orar hasta que me sané… ¡Gracias, Jesús!”
Hoy, a los 21 años, su mayor carga es por su familia, sus amigos y su aldea natal para que vengan al arrepentimiento y la fe que salva en el Señor Jesucristo.
“Vivir en una aldea sin Jesús es enfermedad y muerte”, dice.
“Vivir en una aldea sin Jesús es enfermedad y muerte”.
Romario y el pastor John están convencidos que el camino para lograr este cambio —traer luz y vida a las aldeas saramacanas de Surinam— es a través de Operation Christmas Child.
Los saramacanos listos para oír las Buenas Nuevas
Los saramacanos descienden de esclavos africanos que escaparon y formaron su propia cultura y lenguaje, una mezcla de dialectos africanos, el portugués, inglés y holandés. Esto sucedió en el interior de Surinam hace siglos. Lograron su libertad de la corona holandesa en 1762. Hasta hace poco, se mantenían aislados y adoraban objetos en la naturaleza, como serpientes y árboles.Hay pocos creyentes y la mayoría jamás ha oído el Evangelio del Señor Jesucristo.
Tanto Romario como el pastor John son saramacanos. John también sirve como el coordinador de movilización de las iglesias para Operation Christmas Child. Los dos hermanos cristianos tienen la visión de alcanzar Duatra en el siguiente año.
“Las cajas de regalos son una puerta abierta para nosotros para compartir el Evangelio a este pueblo no alcanzado, tanto a niños como a sus padres”, dijo el pastor John.
Romario está de acuerdo. Su rostro se ilumina cuando habla del impacto que cree que Operation Christmas Child puede tener en la comunidad. “Quiero que ellos [la gente de Duatra] sientan, toquen y vean el amor de Dios”.
Hoy, muchas personas en Duatra y otras aldeas saramacanas todavía practican la religión animista. Tiene muchos rituales y reglas sobre qué no tocar; lanzan hechizos y van regularmente a un santuario donde invocan a los espíritus de serpientes, árboles, monos y otras cosas.
“En otras palabras, no creen en un Dios vivo”, dijo Romario.
Pero el ambiente espiritual está cambiando. Cuando Romario visita su pueblo durante las vacaciones u otros lo visitan, ven algo diferente en él. El pastor John dijo: “Ven que algo le ocurre. La puerta se está abriendo”.
“Las cajas de regalos son una puerta abierta para nosotros para compartir el Evangelio".
Duatra pronto será un punto evangelístico entre las aldeas saramacanas donde Operation Christmas Child ya está distribuyendo cajas de regalos a los niños y dándoles las clases de discipulado de La Gran Aventura. Mientras los niños reciben el Evangelio y el discipulado a lo largo del río esto abre oportunidades para que los padres, hermanos y amigos escuchen las Buenas Nuevas también. Luego se forman así grupos de creyentes que llevarán a nuevas iglesias. Los bosques resonarán con adoración al verdadero y único Dios. Ese es el objetivo.
Orando por puertas abiertas
Ir de “nada a algo”, en palabras del pastor John, no es fácil. Algunas áreas saramacanas son difíciles de acceso pues requieren de largos viajes en bote y no son bienvenidos los cristianos. Pero Operation Chrsitmas Child recientemente celebró un evento evangelístico en Drepada, una aldea en el distrito de Brokopondo.
Wendy, miembro saramacana de la iglesia del pastor John, estuvo entre los que presentaron el Evangelio y distribuyeron cajas de regalos a más de 70 niños. “Me encantó”, dijo. “Alguien me habló de Jesús así que me encanta compartir de Él a otros”.
Los líderes en Drepada recientemente han sido receptivos a Operation Christmas Child. Wendy enseña en una escuela cercana y su influencia ha ayudado a las puertas abiertas.
Dana, quien es la coordinadora regional de discipulado de Operation Christmas Child en Surinam, asistió al evento evangelístico y dio la primera sesión del curso de discipulado de La Gran Aventura. “Me importan los saramacanos, porque soy saramacana”, dijo. “Sin Jesús no somos nada”.
Continuó: “Necesitan a Jesús. Todos lo necesitamos. Me importa mi gente. Si no yo, ¿quién más lo hará?”
Las comunidades saramacanas han sido heridas por las drogas, el suicidio, la pobreza y los temas alrededor de la industria minera de oro. Como maestra de internado, Dana ve el sufrimiento de primera mano y sabe que la esperanza de cambio empieza en el corazón. Por eso usa las 12 lecciones de La Gran Aventura entre sus alumnos, y les muestra paso a paso cómo pueden ser amigos de Jesús. La conducta y la cosmovisión de sus alumnos está cambiando, mientras aprenden de la Biblia cómo Dios los creó y los ama.
“Creemos que si los niños son alcanzados, ellos pueden cambiar el futuro en el área donde viven”, dijo Dana.
En Drepada, Chadelfa de doce años estuvo entre el grupo que descubrió las verdades de la Palabra de Dios. Recibió una caja de regalos con una regla, lápices, crayones, un yoyo, una toallita y otros artículos, y participó en la clase de La Gran Aventura.
“He aprendido que debes ser amable y no maldecir a nadie”, dijo. Es una aplicación sencilla pero profunda para estos niños que escuchan de Dios por primera vez.
El deseo de Dana, como el de Wendy, el pastor John y Romario, es traer las Buenas Nuevas y gran gozo a los niños saramacanos en los años venideros.
“Mi visión es alcanzar a los que no hemos visto aún. Necesitan oír el Evangelio”, dijo Dana. “Debemos ir más adentro. Mi oración por los saramacanos es una puerta abierta para que puedan oír sobre Jesús”.
Por favor, ora por el equipo Operation Christmas Child en Surinam. Pide que Dios les dé más oportunidades para compartir el Evangelio con los saramacanos y muchos más que todavía no caminan con Jesús.