Ahora tienen un lugar para guardar sus cosechas, gracias a Samaritan’s Purse.
Esta primavera, tres antiguos granjeros se mantienen atareados sembrando trigo y girasol, ¡lo cual es un sueño hecho realidad! Ivan*, Serhiy*, y Oleksiy* no sabían con seguridad si algún día volverían a labrar sus campos, después de que Rusia los invadió, destruyó sus graneros y dejó un laberinto de minas terrestres escondidas. Pero Samaritan’s Purse reparó sus lugares de almacenamiento, por lo tanto, ahora pueden volver a cultivar y tienen donde guardar sus cosechas. Estos hombres (todos creyentes en el Señor Jesucristo) ven sus instalaciones reparadas como bendiciones de Dios.
Un regalo directo de Dios
Durante los últimos 30 años, Ivan ha cultivado a escala internacional.
“Cuando cumplí 50 años, estaba involucrado en exportar alimentos a Estados Unidos. Enviábamos trigo, cereales y harina a Alaska”, relató.
Trabajando codo a codo con su esposa, el negocio de Iván prosperó hasta que la artillería rusa atacó uno de sus graneros. Las fuerzas extranjeras lo usaron como refugio y base de operaciones para futuros ataques.

Ivan y su esposa están agradecidos porque Samaritan’s Purse les obsequió un Nuevo Testamento en ucraniano.
Cuando los invasores finalmente se retiraron, toda la maquinaria de Ivan exhibía las marcas de su presencia hostil: su cosechadora fue completamente destruida por el fuego, mientras que su tractor y su fumigadora sufrieron daños importantes.
Finalmente, Ivan pudo reparar su maquinaria. Y, por medio de nuestro proyecto de restauración de graneros, Ivan y su comunidad ahora tienen otra vez en funcionamiento un lugar de almacenaje de cultivos.

La pareja de agricultores ucranianos de pie al frente de su granero recientemente restaurado.
“Creo que este es el mayor regalo que Dios me ha dado en mi vida, que podamos volver a trabajar juntos”, dijo Iván. “Estoy agradecido por lo que ustedes han hecho. Es un regalo de Dios”.
La reconstrucción del trabajo de toda una vida
“Aquí hay oscuridad; al comienzo de la guerra todo fue arrasado”, relató Serhiy con tristeza al recordar el granero nuevo que acababa de construir justo antes de que Rusia invadiera. “Este granero demolido representaba el trabajo de la mitad de mi vida. No pueden siquiera imaginar lo importante que era para mí”.

El granero de Serhiy, recientemente reparado, abre las puertas de la oportunidad para su comunidad.
Los soldados rusos no solo dejaron en ruinas el pueblo de Serhiy, además, dejaron las zonas residenciales y las tierras agrícolas sembradas de minas terrestres.
A comienzos de este año, aproximadamente una docena de familias se restableció en el pueblo de Serhiy. Esta fuerza pequeña pero incondicional está tratando de recuperar la economía agrícola que alguna vez se desarrolló allí. Samaritan’s Purse vino a ayudarlos con la reparación del granero de Serhiy para que puedan seguir proveyendo la comida tan necesaria para otros que han sufrido como ellos. Esta ayuda le ha dado esperanzas a Serhiy, una renovada motivación para la vida.
“Estoy agradecido con Dios porque todavía resistimos, nos mantenemos firme y estamos recuperándonos tras la destrucción”, afirmó Serhiy.
Un símbolo de esperanza y solidaridad
Durante más de dos décadas, la familia de Oleksiy ha trabajado la tierra enfrentando los desafíos constantes de la naturaleza: las duras heladas invernales y los veranos tórridos que ponían en peligro sus cosechas.
Pero nada podría haberlos preparado para la adversidad que soportaron en la primavera del 2022. Rusia atacó su pueblo y dejó en ruinas el 95% de las edificaciones.
“Miramos hacia el futuro con una esperanza aún más grande. Dios está aquí: Su presencia es indiscutible”.
Mientras los misiles caían alrededor de ellos, Oleksiy y otros 16 pobladores se apiñaron en un refugio bajo tierra que él había construido allá por el año 2014, al comienzo de la guerra con Rusia. En aquel momento, los vecinos se burlaron de ese proyecto que él tenía, insinuándole que un estacionamiento sería mucho más útil; pero, siguiendo sus instintos, Oleksiy tuvo su parte en salvar a más de doce vidas, una década más tarde. Acurrucados bajo capas de ropa para protegerse del frío, estos pueblerinos escucharon el rugir de la guerra sobre sus cabezas.
La madre de Oleksiy, Oksana*, también decidió no abandonar el pueblo, y prefirió acampar en el sótano de su casa en la granja. Cuando el granero de su hijo fue atacado cerca de allí, las semillas de girasol que había adentro se prendieron fuego, lanzando chorros de aceite hirviente a su refugio en el sótano.
Por un milagro de Dios, ella sobrevivió.
Sin embargo, sus preocupaciones estaban lejos de terminarse: el impacto de la artillería golpeó más cerca aun de su casa.
“Escuché un estruendo anormal y olí algo que se quemaba. Sabía que estaba pasando algo terriblemente malo. Entonces, me di cuenta de que mi casa había desaparecido”, relató.
“Le agradezco a Dios porque sobreviví una vez más”.
A pesar de estar rodeados por las cenizas de lo que alguna vez fue la finca de la familia, Oleksiy y su esposa se negaron a perder la esperanza, y comenzaron a reconstruir.

Exhibiendo su espíritu de resiliencia, Oleksiy, su esposa y uno de sus tres hijos posan frente a su tractor.
Alabado sea Dios porque Samaritan’s Purse pudo reacondicionar el depósito de almacenamiento de Oleksiy, lo cual recuperó su capacidad de acopio de 1000 toneladas de grano.
“Su ayuda es nada menos que un milagro”, dijo Oleksiy. “Cuando la guerra se extiende por tu país, tal apoyo se siente como una intervención divina. Es por esa razón que miramos hacia el futuro con una esperanza aún más grande. Dios está aquí: Su presencia es indiscutible”.
Dasha Midhal, directora del programa de restauración de graneros de Samaritan’s Purse, explicó cuán importante es esta ayuda para el país en conjunto.
“Es desgarrador ver pueblos y casas reducidos a escombros, como al que pertenece la familia de Oleksiy”, dijo ella. “Sin embargo, en medio de la destrucción generalizada cerca del frente de batalla, un granero reparado se levanta como un símbolo de resiliencia y esperanza en un futuro mejor. Para esta familia es más que la simple recuperación de una construcción: es un poderoso recordatorio de que no están solos en la adversidad”.

El granero reparado de Oleksiy puede acopiar 1000 toneladas de grano.
Ahora Ivan, Serhiy, Oleksiy y otros agricultores ucranianos trabajan sus campos con un espíritu de determinación.
“Todavía no hemos recuperado los niveles de siembra previos a la guerra”, dijo Oleksiy. “El terreno es peligroso, está lleno de minas. Pero nosotros mismos limpiamos nuestros campos, porque debemos seguir adelante. No tenemos otra opción”.
Por favor, ora para que estos agricultores perseveren y gocen de la protección de Dios, a pesar de las dificultades que los rodean. Ora también para que Dios les conceda cosechas abundantes que alimenten a su nación desesperada.
*Se cambió el nombre por seguridad
