Los voluntarios ayudan a las familias a recuperarse después de las inundaciones históricas que crearon caos en las comunidades de Fort Lauderdale.
El miércoles 12 de abril, una lluvia histórica inundó el área de Fort Lauderdale, transformando calles en ríos y atrapando a muchas familias en sus casas. Un residente de 93 años, Paul Peloquin, estuvo entre los que no pudieron escapar.
Grethel E. Smith, la cuidadora de Paul, estuvo con él durante la tormenta. Compartió: “Llovía y llovía sin parar. Miré cómo subía el agua cada vez más. Antes que te dieras cuenta, ya estaba metiéndose”.
Durante una hora de tormenta, Fort Lauderdale recibió la cantidad de lluvia de un mes. En total, cayeron 26 pulgadas de lluvia durante la tormenta. Los servicios de emergencia se vieron sobrepasados y cientos de hogares y negocios se rodearon de mucha agua.
Samaritan’s Purse desplegó a su personal a Fort Lauderdale durante el fin de semana y un camión de ayuda para desastres, lleno de herramienta y equipo, llegó el domingo 16 de abril. Al día siguiente, los voluntarios comenzaron a remover las pertenencias empapadas, a quitar las alfombras, cortar árboles y rociar los hogares para prevenir el moho, para que así las familias puedan vivir a salvo en sus hogares.
Su patio parecía un estanque
En el hogar de Paul, la lluvia alcanzó 18 pulgadas. “El patio delantero parecía un lago. Había agua en todas partes. La casa tenía agua por doquier”, dijo Grethel. Les llevó dos días drenar el agua de su hogar. Durante ese tiempo, Grethel anduvo por la casa tratando de cuidar bien de Paul.
Junto con Grethel, muchos vecinos vieron por Paul. Un vecino cercano informó a Samaritan’s Purse sobre su necesidad de ayuda inmediata. El vecino también compartió que muchos vecinos oraban por Paul para que reconociera a Jesús como su Salvador.
Rich Morris fue el primero de Samaritan’s Purse en visitar el hogar de Paul. Morris dijo: “Su patio trasero parecía un estanque. Supe que debíamos ayudarlo”. A la siguiente mañana, Morris guio a un grupo de voluntarios al hogar de Paul.
PUEDES SER UN VOLUNTARIO EN FLORIDA
Mientras los voluntarios trabajaban en su casa, se sentaron con Paul y le ministraron. Paul les preguntaba si podían visitarlo todos los días, pues disfrutó enormemente de su compañía. “Los voluntarios me hicieron olvidar las malas cosas. agradezco que dieran de su tiempo y sus capacidades para venir aquí”, dijo Paul.
El cambio fue instantáneo
Mientras los voluntarios trabajaban, los capellanes de Billy Graham llegaron a su hogar. Christine McKinley le preguntó a Paul si sabía que compartía el nombre con uno de los hombres más famosos de la Biblia. Le explicó lo que la Biblia dice sobre él, pues era un renegado y había matado personas, pero “Dios lo cambió de inmediato”, dijo.
Paul, propietario, admitió: “Yo también era un renegado”. McKinley compartió cómo Dios transforma vidas al instante a través del Evangelio. Paul estaba listo para el cambio. Oró con los capellanes y puso su confianza en el Señor Jesucristo. El gozo llenó su hogar y los voluntarios alabaron a Dios por esa primera conversión en su primer día sirviendo en Ft Lauderdale.
Morris, gozoso después de servir en el hogar de Paul, compartió: “Es un momento poderoso saber que venimos para mostrar el amor De Jesús y que él pudo ver y decidir creer en Dios. Es lo mejor que pudo suceder”.
El cambio en Paul fue instantáneo, su rostro cambió completamente. “Cada vez que llevábamos algo afuera, nos cantaba. Canciones como Cristo me ama y otras. Ese no es el mismo Paul de ayer. Todo ha cambiado”, dijo Morris.
Tanto Paul como Grethel agradecieron la ayuda de los voluntarios, pero se entristecieron por verlos partir. Estella compartió sobre tu tiempo con los voluntarios: “Fue una gran experiencia. Me encantó. Fue increíble”.
Dios usó el trabajo de cada voluntario, así como sus conversaciones y sus sonrisas para mostrar Su amor por Paul y responder a los años de oraciones de sus vecinos.
Cada día, los voluntarios de Samaritan’s Purse siguen sirviendo a las familias en Fort Lauderdale que no saben por dónde comenzar. Los voluntarios ayudan con las necesidades físicas, pero también muestran el amor de Dios y le recuerdan a los propietarios como Paul que Dios los ama y tiene un propósito más grande en las tormentas de la vida.
Por favor, sigue orando por nuestra respuesta en Florida.