Una parcela de tierra productiva puede darles tranquilidad a los habitantes de Sudán del Sur, y una oportunidad para agradecer a Dios.
A pesar de que está en plena estación seca, Angelina se agacha para cuidar los abundantes frijoles que crecen en la próspera porción de tierra.
Es lógico que los miembros del equipo de Samaritan’s Purse hayan elegido este lugar para el huerto de capacitación, ya que el riachuelo cercano presume sus orillas exuberantes de plantas prósperas. Del otro lado del río, las acacias achaparradas parecen ser lo único capaz de crecer a lo largo de kilómetros.
Angelina está entusiasmada por ser parte del programa integrado de formación en resiliencia. El programa les enseña a personas de Sudán del Sur cómo progresar incluso ante adversidades como la sequía y el conflicto.
“Me enteré de que estaban repartiendo semillas en la iglesia”, dijo ella, “así que fui y me dieron semillas y herramientas, y nos enseñaron cómo sembrar para poder tener comida”.
Angelina y otras seis mujeres cultivan sus huertas y, además, desarrollan su resiliencia aquí, en el condado de Mayom.
Ahora han aprendido a plantar sus cultivos sobre el nivel del agua, de modo que los nutrientes valiosos no sean lavados por las lluvias cuando llegue su época. Durante la estación seca, sembrarán las semillas cerca de los ríos para no tener que caminar largos kilómetros para ir a buscar agua.
Las mujeres también están aprendiendo a orar y a dar gracias a Dios por Su provisión.
“Nos enseñaron que, si sembramos esto, el resultado será que un día no dependeremos de otros, y podremos proveer para las personas con necesidades”, dijo Angelina. “Eso es lo que quiero: ser una persona independiente”.
La formación en resiliencia brindada por Samaritan’s Purse ayuda a las comunidades locales a dar un paso más a la abundancia en una tierra de escasez. La escasez lleva a la desesperación y al conflicto. La abundancia genera vinculación y prosperidad.
Mientras las mujeres trabajan juntas en la misma parcela de capacitación (y disfrutan de una buena cosecha), ofrecen una imagen de lo que podría llegar a ser una tierra seca y árida.
“Me emociona mucho lo que estoy aprendiendo a hacer”, dijo Angelina. “Ahora puedo ir a casa y hacer esto en mi propio terreno”.
LAYLA* ES UNA VIUDA que fue desplazada cuando el conflicto y la violencia la obligaron a huir de su hogar. Cuando finalmente pudo regresar a su comunidad, Samaritan’s Purse le proveyó un lote y un sistema de riego. Ahora, cultiva tomates, papas, cebollas y cacahuates. La venta de verduras ayuda a Layla a mantener a su familia. Tu donación de $35 ayudará a que las familias de agricultores como la de Layla recojan una cosecha abundante, ya que les proveemos herramientas, semillas y capacitación, y les comunicamos que también les espera una cosecha espiritual abundante a aquellos que confían en Cristo. “Bendito el hombre que confía en el SEÑOR y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua” (Jeremías 17:7-8). *Nombre alterado por seguridad.