El socorro crítico y la atención médica continúan presentes en Black River y en las comunidades que permanecen aisladas en las semanas posteriores al huracán Melissa de categoría 5.
Derick Ewan salió de su refugio para inspeccionar la tormenta que él acababa de sobrevivir. El huracán Melissa había se había sacudido durante horas sobre Black River, Jamaica, y, por lo que él podía ver, su comunidad estaba en ruinas.
La lona plástica para refugio de Samaritan’s Purse le brindó a Derick un lugar seco donde dormir, después de que su techo fue arrancado. Podrían pasar muchas Semanas antes de que él pueda reconstruir lo que Melissa ha destruido.
The once-lush tropical forests had been stripped of all color, while aluminum roofs and household possessions were strewn across the streets.
Aluminum roofs lay twisted in the streets among broken trees and scattered belongings. Tens of thousands of Jamaicans lost their homes in the 185-mph winds.
“El huracán Melissa fue un monstruo. Se llevó mi techo y los de muchos de mis vecinos. Fue terriblemente devastador”, dijo Derick. “Cuando nos juntamos después del huracán, otras personas dijeron que nunca habían visto una cosa así. No tengo agua corriente. No hay electricidad. Estamos pidiendo ayuda. Se lo suplicamos a cualquiera que pueda ayudarnos”.
Al anochecer, las familias recorrían a pie sus vecindarios, asimilando el desastre que el huracán Melissa había dejado a su paso.
Dos días después de la tormenta, Samaritan’s Purse ya estaba presente en el territorio, trabajando a través de las iglesias asociadas con las que tenemos relación mediante Operation Christmas Child. Desde que nuestro Equipo de Respuesta para Asistencia en caso de Desastre (DART, por su sigla en inglés) llegó al país insular, el 30 de octubre, hemos brindado atención médica, agua potable y materiales para refugio para miles de jamaicanos. Varios vuelos de nuestros aviones DC-8 y 757 llevaron más de 500 000 libras (227 toneladas) de socorro crítico.
Las estaciones de agua potable se convirtieron en salvavidas para los niños que habían pasado días sin una fuente segura de agua.
Desde entonces, nuestros equipos han instalado sistemas de filtrado de agua dulce que suministran miles de litros de agua potable por día. También montamos una unidad de desalinización por ósmosis inversa, con la capacidad de filtrar fuentes salobres cuando fallan los pozos y las redes municipales.
Aproximadamente 2000 pacientes han recibido atención médica en nuestro Hospital Móvil de Emergencias, emplazado en Black River, y de las unidades médicas móviles.
En todo el suroeste, miles de hogares están recibiendo kits para refugio, lámparas solares, bidones y Biblias. Los equipos que operan las motosierras han despejado carreteras retirando árboles caídos y postes de servicios públicos, muchos de los cuales mantenían a comunidades enteras aisladas desde la tormenta.
El trabajo realizado a través de las iglesias asociadas ha acelerado nuestros esfuerzos y ha fortalecido el ministerio de las congregaciones locales.
Sheelyn Manya (izquierda) afirmó que Samaritan’s Purse fue una respuesta a sus muchas oraciones mientras Melissa avanzaba hacia la isla. Agradeció poder usar su escuela como un punto de distribución para proveerles a sus vecinos isleños lonas para refugios, una lámpara de energía solar y demás suministros. Sin energía eléctrica segura en la zona, las noches son totalemente a oscuras.
“Dios obra de maneras misteriosas”, dijo Sheelyn Manya, coordinadora del equipo directivo de Operation Christmas Child en St. Elizabeth Parish. Ella alaba a Dios por cómo Él preparó su red antes de la tormenta. “Nuestros colaboradores de Operation Christmas Child son quienes nos han ayudado a llegar a muchísimas personas que no habrían recibido nada de nada”.
Derick Ewan fue uno de los pobladores exhaustos por la tormenta que recibió con gratitud estos suministros simples pero críticos.
Sonrió mientras sujetaba la lona plástica que serviría para mantener seca su cama y las pocas pertenencias que le quedaron. La lámpara solar, dijo, será “una gran ayuda para que pueda ver y caminar por aquí durante la noche”.
“Estoy agradecido de que Samaritan’s Purse haya venido, que haya escuchado nuestras necesidades, nuestros lamentos, y también haya escuchado nuestra historia para ayudarnos”, dijo él. “Que Dios los bendiga y haga que su gente siga ayudándome a mí y a otros”.
Oraciones contestadas gracias a la atención médica
Nuestro Hospital Móvil de Emergencias y las unidades médicas móviles suplen el vacío que dejó la devastación causada por la tormenta en los centros de salud locales. Son al menos cuatro los hospitales importantes que fueron gravemente dañados.
Michelle Samuels, una habitante de Alligator Pond, quedó con dolores de pecho y de hombros después de limpiar los escombros de su patio y reparar su techo. Alabó al Señor cuando vio la carpa de Samaritan’s Purse brindando atención médica gratuita.
INSIDE THE MOBILE MEDICAL TENT, MICHELLE MET WITH A DOCTOR WHO PRAYED WITH EACH PATIENT who came through for care. The opportunity to speak with someone and receive treatment brought her welcome relief after long days of strain.
“Llegué aquí estando emocionalmente triste”, relató Michelle. “Y Dios me ha puesto en el camino correcto. Es un milagro, porque yo no sabía que Samaritan’s Purse estuviera aquí. Gracias a Dios. Vine aquí y recibí más aún de lo que pedí. ¡Gracias, Jesús!”.
Las enfermeras y los médicos atendieron sus lesiones, escucharon su historia, oraron con ella y la animaron con la Palabra de Dios. Ella contó que el simple hecho de hablar sobre el trauma de las últimas semanas la alivió, después de tantos largos días de esfuerzo y pérdidas.
“Mis oraciones están recibiendo respuestas, porque antes del huracán le pedí a Dios que Él enviara todo lo necesario para Sus hijos, para curar, consolar y suministrar”, dijo ella. “El Consolador ha venido a darnos alivio”.
El Dr. Steve Haverly, parte de una unidad médica móvil que sirve a las comunidades alejadas, dijo que la necesidad ha sido urgente.
“Todas estas comunidades tenían centros de salud; clínicas estatales que fueron destruidas”, dijo. “Por eso, las unidades médicas móviles se acercan a ellos a los lugares donde están”.
Alabamos a Dios por las vidas que Él ha tocado y sanado mientras continúa contestando las oraciones en toda Jamaica. Por favor, sigue orando por las familias que han comenzado a reconstruir, y por nuestras iglesias y equipos asociados que están cubriendo las necesidades urgentes en el nombre de Jesús.
