Dios usó las cajas de regalo Operation Christmas Child para traer gozo y esperanza a las familias devastadas por el fuego.
Guanaja es una de las tres islas pintorescas de Honduras, ubicadas 44 millas al norte de la costa en el Caribe. Uno de sus cayos es hogar de un pequeño pueblo muy poblado llamado El Cayo, con 5300 pobladores. Se le conoce como la Venecia de Honduras por una serie de canales serpenteantes que van a la par de las calles y callejones angostos.
El 2 de octubre de 2021, muchas brigadas informales usaron el agua de los canales para combatir un incendio devastador antes del amanecer que sucedió en El Cayo, y que convirtió este destino turístico y de pesca en un infierno. Más de 200 hogares y negocios se dañaron o destruyeron. El Cayo no tiene un servicio de bomberos, lo que permitió que ardiera durante horas fuera de control. Finalmente, las llamas cedieron cuando llegó la Fuerza Aérea de Honduras y lanzó agua sobre la isla. Aunque nadie murió, cientos de residentes se quedaron sin hogar.
Operation Christmas Child había planeado tener un evento evangelístico en El Cayo, pero las dificultades de logística para llegar a la isla resultaron problemáticas. Julia Bonilla, la coordinadora general de las cajas en las islas Bay, había orado por Guanaja desde que el huracán Mitch devastó el área en 1998. Se unió a Samaritan’s Purse en 2011 y empezó a orar que las cajas de regalos se distribuyeran un día en Guanaja y que el Evangelio pudiera compartirse con los niños de la región. Le rompió el corazón ver que muchos de la isla, antes enfocados en la familia, cayeran presas de las drogas y el alcohol. Los niños, creía, eran la llave del cambio.
“Oro porque la isla de Guanaja venga al Señor”, dijo. “Para lograrlo, debemos comenzar con los niños y que vengan a Dios, así la siguiente generación será diferente”.
“El tiempo de Dios es perfecto”
En 2020, las dificultades de transporte se resolvieron y se puso una fecha para el evento evangelístico para el mes de noviembre en la iglesia Bautista del Cayo en El Cayo. Mientras se hacían los preparativos finales sucedió el incendio. El evento, unas semanas después, en la iglesia que no sufrió daños por las llamas llegó en el momento preciso.
“El tiempo de Dios es perfecto”, Julia dijo en el evento en el que participaron 120 niños y recibieron cajas y escucharon el Evangelio. Muchos niños oraron para recibir a Cristo y se les discipuló en La Gran Aventura. “Dios sabe todo de antemano. Sabía exactamente cuándo necesitarían esto”, continuó Julia. El pastor de la iglesia, Rigoberto Mejía, estuvo de acuerdo. “Los niños y sus padres estaban tan agradecidos. Estaban desesperados. Habían perdido todo. Gracias a Operation Christmas Child por venir y ayudar a estos niños a recuperar la esperanza”.
“Los regalos les trajeron mucho gozo”
Héctor Sevilla Peña, su esposa Yohemy y sus tres hijos perdieron su hogar y todas sus posesiones en el incendio y dieron gracias por las cajas de regalos.
“Perdimos todo. No pudimos salvar nada”, dijo Héctor. “Mis hijos estaban tan contentos cuando vieron sus regalos y juguetes porque les trajo un poco de lo que perdieron. Los regalos les trajeron gran gozo”.
Cuando los miembros de la iglesia vieron el impacto de las cajas de regalos, los inspiró a hacer más. Compraron mochilas, sandalias y otros artículos para los niños para que pudieran volver a la escuela. Héctor dijo que los regalos extras fueron una bendición. “La iglesia les dio las cosas que no podemos comprar. Damos gracias a Dios”.
Pero el impacto más grande fue el Evangelio. Héctor y su familia pusieron su fe en Cristo y ahora son miembros activos de la iglesia.
“En la vida de esta familia, Dios ha hecho cosas grandes”.
“Hacía las cosas a mi manera”, dijo Héctor, “pero ahora pienso diferente. Le digo a mi esposa: ‘Hagamos las cosas a la manera de Dios’. Es nuestro plan, servir al Señor con devoción, con todo el corazón”.
El pastor Rigoberto también notó el cambio en Héctor y su familia. “Esta familia es un ejemplo de las personas que creen y sienten el amor de Dios”, dijo. “Dios es quien cambia vidas, y en la vida de esta familia, Dios ha hecho cosas grandes”.
Una limpieza espiritual
Dios también está haciendo cosas grandes en Guanaja desde el incendio, que Julia ve como una limpieza espiritual. El resultado son menos drogas en la isla y más gente viniendo al Señor.
“Más niños y sus padres vienen a la iglesia ahora”, dijo. Desde el incendio y el evento en noviembre 2021 otros eventos se han llevado a cabo en las islas. “Samaritan’s Purse ha sido de impacto en las islas Bay. Doy gracias a Dios por todos los que hacen su parte al enviar las cajas de regalos que traen tanta esperanza a cada niño”.
El pastor Rigoberto estuvo de acuerdo. “Hemos visto un gran impacto en los padres como resultado de estos eventos”, dijo. “Antes los papás no hacían que los niños vinieran a la iglesia, pero ahora ellos mismos los traen”.
“Todo está en las manos de Dios”
Algunas casas y negocios en El Cayo se han reconstruido, pero muchas otras todavía están en proceso de reconstrucción. Héctor y su familia rentan de su tío un departamento en la isla y han comenzado un negocio en la planta baja, donde venden refrigerios y otros alimentos mientras trabajan en reconstruir su casa. Sin importar lo que pase después, Héctor agradece cómo Dios rescató a su familia del fuego y ahora los ha bendecido en los días y meses siguientes.
“Todo está en las manos de Dios”, dijo Héctor. “Él ha provisto para nosotros. Tenemos fe en Dios y no dudaremos”.
Por favor, pide por las personas en El Cayo que han perdido tanto y por nuestros equipos de Operation Christmas Child para que sigan ministrando en las islas Bay.
Puedes bendecir a otras comunidades como ésta empacando para la semana nacional de recolección del 13 al 20 de noviembre, donde más de 4500 centros de recolección se abrirán en todo el país.