La gracia los alcanza después del tornado de Missouri

marzo 24, 2025 • United States

Las familias de Poplar Bluff ven obrar de la mano de Dios después de que las tormentas atravesaron su pequeña ciudad.

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Michelle Worley-Hurtz estaba sirviendo con Samaritan’s Purse en Kentucky, cuando supo del mortal tornado categoría EF3 que había afectado a su ciudad natal, Poplar Bluff, Missouri, el 14 de marzo. Condujo a prisa para ir a casa y, cuando llegó, encontró que la comunidad que ama ya estaba haciendo lo que esperaba. Los cristianos locales, muchas veces a través de Samaritan’s Purse, están ayudando a sus vecinos necesitados.

“Sé cómo demuestra su amor por las personas, porque sé de qué maneras concretas los voluntarios de Samaritan’s Purse aman a los propietarios a quienes sirven”, dijo Worley-Hurtz. “No deseo una tormenta aquí… Pero me encanta que Samaritan’s Purse esté aquí para mostrarles amor”.

La Enseña Nacional flamea como un símbolo de esperanza sobre la destrucción en Poplar Bluff.

En respuesta al tornado que se cobró una vida en la comunidad y dejó cientos de edificios dañados o destruidos, Samaritan’s Purse desplegó rápidamente a su personal y una Unidad de Ayuda en caso de Desastres hacia Missouri y, por consiguiente, llevando a toda la «familia» de Michelle a un lugar. Su familia de Samaritan’s Purse conoció a sus vecinos y a sus amigos.

Los residentes como Angie Jackson están ofreciéndose para servir a otros en el nombre de Jesús.

“Solo sentí que tenía que hacer algo por nuestra comunidad, porque Dios nos había bendecido y
protegido”, dijo Jackson, una de las muchas personas de Poplar Bluff que se ha sumado a los equipos de voluntarios de Samaritan’s Purse. “Preparé comidas para la gente los primeros días, y sentía que tenía que hacer algo más. Cuando vi el camión de Samaritan’s Purse en la Primera Bautista, me dije ‘Eso es lo que yo hago’”.

El personal y los voluntarios de Samaritan's Purse respondieron rápidamente a Poplar Bluff, la ciudad de Missouri azotada por el tornado.

Ese famoso sonido a tren de carga

Ronnie McComb y su esposa recién habían terminado de desempacar las cajas de su mudanza y por fin estaban acomodándose en su nuevo hogar, cuando las tormentas fatales pasaron por la ciudad, dejando un rastro de destrucción que pasó por encima de su casa.

Encontrar linternas, radiotransmisores y las provisiones necesarias para la tormenta fue casi imposible en medio del desembalaje, pero lograron bajar al sótano para refugiarse.

“Tuvimos, diría, entre seis y siete minutos antes de escuchar que el viento se lanzaba. Fue bastante escalofriante y terrorífico. En el pasado, me habían contado de ese famoso sonido a tren de carga y, por primera vez, yo mismo lo escuché”, dijo McComb.

Un voluntario de Samaritan’s Purse le obsequie a Ronnie McComb (derecha) una Biblia firmada por el equipo que lo sirvió.

Escucharon la furia del viento y el desparramo de escombros desde la seguridad de su sótano, pero se fue con la misma rapidez que había llegado. Había caído un árbol, que prácticamente bloqueaba la salida del sótano. Observando a través de la oscuridad, Ronnie examinó los daños y le dijo a su esposa que no podría creer la devastación que había quedado. El patio trasero adaptado para los nietos de pronto estaba cubierto por tres ramas y escombros, al punto de que ya no se podía ver el cemento ni la cubierta de la piscina debajo de ellos.

“Podría haber sido mucho peor, mucho más grave; sin embargo, puedes ver la gracia de Dios, aún más alto que antes”, dijo McComb. “Y sabemos que Él tiene todo el control, que vela de corazón por nosotros y nos envía Su amor a través de Su pueblo”.

Una sonrisa en cada rostro

Para McComb, los voluntarios de Samaritan’s Purse vestidos con las camisetas anaranjadas se convirtieron en una expresión tangible del amor de Dios. A él y a su esposa les habían dicho que la ayuda tardaría mucho tiempo en llegar, porque los reclamos a los seguros llovían de sus vecinos y de los cientos de familias impactadas, pero en ese momento, supieron de Samaritan’s Purse.

“Literalmente, vinieron al día siguiente, y fue todo un saludo del equipo”, relató McCom. “Me preguntaron todas las cosas que necesitaba que se hicieran y, con una sonrisa en el rostro, dijeron que estaban aquí, que estaban dispuestos y estaban listos. Ver el entusiasmo de cada persona que participó, las oraciones que hacían y el trabajo en sí mismo, la unidad del grupo, el equipo, fue abrumador”.

Estuvo con una sonrisa de oreja a oreja mientras el equipo de voluntarios trabajó durante dos días para limpiar la propiedad. Algunos de los voluntarios eran gente local que dejó de lado sus propias casas dañadas para ir a ayudarlos.

McComb (centro) ora con el equipo de voluntarios de Samaritan’s Purse que trabajó para retirar de su propiedad los árboles caídos.

“Me quedé sin palabras: nunca había estado en el lugar de necesitar esta clase de ayuda, y ver que fue, básicamente, inmediata”, dijo McComb. “Pero fue una respuesta de lo rápido que es nuestro Señor, que Su mano se extiende hasta nosotros, nos alcanza y toca cualquier situación”.

Un cimiento firme

El Salmo 62:6 dice: “Solo él es mi roca y mi salvación; él es mi refugio, ¡no caeré!”. Desde la puerta delantera de Ronnie puedes ver que la tierra que rodea su casa fue visiblemente sacudida (árboles enormes fueron arrancados de raíz y dejaron grandes hoyos en la tierra), pero cuando la tierra se sacude, solamente Dios es nuestro cimiento firme.

“Él es la gracia que nos alcanzó en medio de todo esto”, afirmó McComb. “Solo Él”.

Nuestra iglesia anfitriona, la Primera Bautista, tiene un cartel junto a la puerta de salida que dice: “Ahora estás ingresando al campo misionero”; qué recordatorio conmovedor para nuestros voluntarios, lo último que ven antes de comenzar cada día.

Los voluntarios forman un círculo para orar antes de salir de la Primera Iglesia Bautista a su día de servicio en el nombre de Jesús.

“Solo quiero decirles muchas gracias por usar sus capacidades y sus habilidades”, dijo McComb sobre los voluntarios de Samaritan’s Purse. “Me siento instantáneamente inspirado a hacer más, para echar mano de toda la capacidad que haya en mí para que Dios lo permita. Sé que mientras Él me mantenga como un instrumento en esta tierra Suya, es para lo que fui diseñado: para alcanzar, para llegar más lejos”.

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Ayuda para desastres en EE. UU. Cada donación a U.S. Disaster Relief nos abastece para responder a catástrofes como el huracán Helene y otros desastres naturales en nuestra nación. Samaritan's Purse moviliza y prepara a miles de voluntarios para brindar ayuda de emergencia a las víctimas de inundaciones, tornados, incendios forestales y huracanes. Dondequiera que vayamos, llevamos consuelo y la esperanza del Evangelio de Jesucristo. Tras las grandes tormentas, solemos quedarnos para reconstruir casas para las personas que no tienen dónde recurrir para pedir ayuda.

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