A través de nuestros programas de agua, salubridad e higiene (WASH) en el occidente de Níger, las puertas se están abriendo para el Evangelio de Jesucristo.
Durante la estación seca, Aminatou Ibran se despertaba cada mañana muy temprano y se unía a otras mujeres de la aldea para un recorrido de más de catorce kilómetros para recoger agua para beber, cocinar y dar al ganado. Por lo menos así fue durante muchos años.
Pero, recientemente, la vida de Aminatou, de 35 años, ha comenzado a cambiar, así como para otras mujeres de Gofat, un puñado de aldeas en el occidente de Níger en el vasto desierto del Sahara.
Samaritan’s Purse inició recientemente su trabajo en la región de Agadez en Níger. Muchas aldeas de Gofat sufren de ganado que muere de sed o enfermedades traídas por agua contaminada porque no tienen acceso a fuentes de agua potable.
Para comprender dónde Aminatou vive, encuentra la capital de Níger, Niamey, en un mapa y con tu dedo traza unos miles de kilómetros al este. Ahí es donde los pueblos Fulani y Tuareg sobreviven en uno de los ambientes más duros de la tierra.
Para las mujeres de la región, después de las horas de caminata en busca de agua le seguía el trabajo de recoger leña, preparar la comida, cuidar las cosechas, los niños y los animales. En los meses de lluvia, el agua podría estar más cercana, pero había otros problemas.
Aminatou dice que en la temporada de lluvias hay agua, pero las instalaciones sanitarias son un problema porque desechos de animales y humanos contaminan el agua. Sin importar el tiempo del año, algo tan básico como el lavado de manos era impensable con la preciada agua.
“Ya no tenemos suficiente agua para tomar. ¿Cómo lavarnos con lo poco que queda?” dijo Aminatou. “Bebemos la misma agua cuando cae la lluvia, pero también ahí beben nuestros animales. No hablemos de higiene”.
Una fuente de agua para el cansado
Pero ahora, a través de nuestro proyecto de agua, salubridad e higiene (WASH) llamado Fuente de Agua viva, nuestro equipo ha podido proveer un pozo y ayuda para rehabilitar dos orificios de agua que no habían funcionado en años.
Después de establecer fuentes confiables de agua, otras importantes oportunidades se abrieron en la aldea. Nuestro equipo de especialistas WASH empezó a enseñar estrategias sencillas para no enfermarse, como el lavado de manos y cómo deshacerse de los desechos humanos y de animales.
Además, las familias pueden considera otra vez la educación de sus hijos, una actividad que se volvió muy difícil ante la constante lucha por encontrar agua.
“No nos importaba la higiene o ir a la escuela. El agua es la fuente de vida para todo ser vivo. En todos estos años, desde la fundación de nuestra aldea, nadie nos vino a ayudar para tener agua y menos para nuestros animales”, dijo Aboubacar Amadou de 67 años. Dijo que no había tiempo para pensar en nada salvo en sobrevivir. “Hoy tenemos la solución a muchos de nuestros problemas. Ahora que tenemos agua, nuestros niños pueden ir otra vez a la escuela”.
El agua ayuda a llevar el Evangelio a los no alcanzados
El proyecto WASH en Gofat es solo el principio para un trabajo a largo plazo en la región Abalak. Samaritan’s Purse en Níger se enfoca en traer ayuda física y espiritual a las remotas tribus y aldeas de esta área donde el Evangelio del Señor Jesucristo no se ha escuchado.
Al proveer para sus necesidades críticas, como agua, comida para el ganado, vacunas para animales y otros esenciales de supervivencia, se abren puertas apara las familias Fulani y Tuareg para que escuchen de la esperanza que Dios ofrece por medio de su Hijo. Recientemente se distribuyeron Biblias en audio para estas familias nómadas para escuchar la Escritura en sus propios idiomas, una estrategia de evangelismo para un grupo que es principalmente analfabeta.
En general, el trabajo de Samaritan’s Purse ha sido bien recibido en el desierto. El jefe de la tribu Mohamed Dindin dijo que puede ver el impacto en los rostros de las familias de su aldea.
“Como pueden ver, estamos felices y nuestros niños también, porque empezarán a ir a la escuela”, dijo Mohamed.
Aminatou dice que nuestro trabajo le ha dado a ella y a su familia más libertad para construir un futuro.
“Estoy muy conmovida”, dice”. Tengo lágrimas de felicidad cuando veo lo que estamos viviendo hoy con la provisión de agua”.