Mientras nuestros voluntarios sirven como las manos y los pies de Jesucristo, recordamos a los residentes que no están solos.
Durante toda la tarde, Rebecca Clement se sentó afuera para observar a los voluntarios de Samaritan's Purse trabajar en su techo. Sacó su teléfono para tomar fotografías mientras cubrían con lonas los daños recientes y algunos agujeros antiguos. Esto incluía las perforaciones de hace tres años, cuando una rama de árbol golpeó su techo durante el huracán Ida.
Los voluntarios trabajan meticulosamente para garantizar que la lona brinde protección sólida contra los elementos.
En aquel entonces, un amigo tapó los agujeros. Luego un sobrino intentó cubrir los daños con una lona pues con el paso de los años surgían nuevas filtraciones. Pero el agua seguía entrando, lo que empeoró el problema mucho antes de que el huracán Francine llegara a la ciudad a principios de septiembre. Cuando Rebecca regresó a su casa después de la tormenta, notó que las filtraciones y los daños estaban peor que antes. Temía que su techo no tuviera solución.
“Escuchaba una gota de agua y pensaba: 'Mi techo se va a derrumbar ahora mismo. Esto es todo lo que tengo y lo voy a perder'”, dijo Rebecca.
Cuando vio la Unidad de Ayuda en Desastres de Samaritan's Purse estacionada en una iglesia cercana, Rebecca no tenía muchas esperanzas de que se pudiera hacer algo, pero decidió que no perdía nada si llamaba al número para solicitar ayuda.
“Ni siquiera se puede llegar hasta allá arriba”, le dijo Rebecca al personal de Samaritan’s Purse. Le respondieron: “Veremos si es posible”.
Los voluntarios oran con Rebecca después de trabajar en su casa. Ella volvió a comprometer su vida a Jesucristo después de conversar con los capellanes de Billy Graham durante nuestra estancia allí.
Al día siguiente, un equipo de seis voluntarios, bajo la guía experta de su líder de equipo, comenzó a colocar una nueva lona resistente sobre el techo de Rebecca. Aunque las lonas de Samaritan's Purse no son una solución permanente, pueden durar intactas durante aproximadamente un año bajo el duro clima de Luisiana.
“Me siento muy aliviada”, dijo Rebecca mientras tomaba una foto. “Podré dormir y no me preocuparé de que, si llueve esta noche, la piscina infantil que está en mi sala se llene”.
Cuesta trabajo describir la angustia emocional de los sobrevivientes de la tormenta en el centro-sur de Luisiana, o su capacidad para recuperarse. El gerente del programa para asistencia en desastres de Samaritan's Purse, Andrew Metcalfe, ha respondido a casi una docena de desastres en el estado.
“La gente aquí es resiliente”, dijo Metcalfe. “Hemos visto a mucha gente que todavía está intentando recuperarse del huracán Ida, y ahora han sido azotados por el huracán Francine, que ha destruido algunas de las reparaciones temporales que habían hecho mientras intentaban seguir adelante con sus vidas”.
Al ofrecer ayuda, compartimos la esperanza en el nombre de Jesús
Rebecca compartió que su fe sufrió “tremendos golpes” desde el huracán Ida y ahora Francine. Dijo que los constantes azotes a la región la han dejado con algunas preguntas difíciles para Dios.
Nuestros voluntarios trabajaron duro para reparar su techo, pero también le recordaron el amor de Dios por ella.
“Está el estrés de lo que pasó antes y uno piensa: ‘Si viste que no íbamos bien, ¿por qué lo haces otra vez?'”
Mientras nuestro equipo trabajaba en su casa, le recordaron a Rebecca que Dios los guio hasta ella. Durante los descansos para beber agua, continuaron alentándola con la verdad de que Dios la ama y que envió hasta allí para satisfacer sus necesidades. Rebecca comenzó a ver que sus acciones coincidían con sus palabras.
“Todos sudaban a cántaros y trabajaban muy duro con una actitud increíble”, dijo Rebecca. “Es como presenciar el amor de Dios en acción”.
Durante dos días, el equipo cubrió cada centímetro del techo de Rebecca con una lona. Durante ese tiempo, los capellanes del Billy Graham Rapid Response Team también pasaron a orar con Rebecca y escuchar su historia. Durante el transcurso de su conversación, Rebecca decidió volver a dedicar su vida a Jesucristo.
“Me siento más tranquila ahora porque no tengo que preocuparme por tantas cosas”, dijo Rebecca. “La única razón por la que esto es realmente posible es por la obra que Dios hizo en la vida de otras personas. Por eso, creo que es hora de permitirle que trabaje más en la mía”.
Francine es el primer huracán que golpea Houma, Luisiana, desde que Ida azotó el estado en 2021. Samaritan's Purse permaneció en la zona ese año durante más de seis meses para ayudar a los muchos afectados. Más tarde, regresamos para reconstruir viviendas en Houma. Aun así, muchas familias de la zona han luchado por recuperarse poco a poco, y el último desastre las pone de nuevo en modo de supervivencia.
Damos gracias a Dios por haber podido regresar y ayudar a muchas de estas mismas familias después de Francine. Por favor, ora por las familias del centro-sur de Luisiana que buscan esperanza y una salida en medio del desastre.
