Dios está usando a Operation Christmas Child y La Gran Aventura para transformar vidas en una aldea remota en África Occidental.
Epiphani nunca había recibido nada como la caja de regalos de Operation Christmas Child, llena de objetos como lápices, libros y un par de sandalias azules. Le encantó recibir semejantes regalos especiales, pero cuando conoció a un niño llamado Daniel, que tenía dificultades, decidió que él necesitaba sus tesoros más que ella.
“Le regalé mi caja a Daniel porque quería que él conociera la bondad de Dios”, dijo la niña.
Epiphani (de 11 años) vive en una aldea remota de Ghana, y recibió su caja de regalos durante un evento evangelístico de Operation Christmas Child. Durante las semanas siguientes, se sumó a otras niñas y niños para aprender más acerca de Dios y Su Palabra en el programa de discipulado de 12 lecciones, La Gran Aventura.
“Gracias al programa, ahora sé quién es Jesucristo. Las clases me cambiaron la vida”, dijo ella. “He puesto mi confianza en Jesús: Él es el único que vino y murió por nuestros pecados. Él nació para salvarnos”.
La última de las 12 lecciones de discipulado animó a los niños para que compartieran su fe con sus familiares y amigos. Epiphani se tomó muy en serio lo que aprendió.
“Quiero que todo el país conozca a Jesús”, dijo ella. “Debemos ser seguidores de Dios”.
Ella empezó a compartir audazmente su fe en Cristo con las personas de su comunidad. Un día, Dios la guió a Daniel. Lo vio revisando la basura en busca de desechos de metal para venderlos, con el fin de tener dinero para la comida. No dudó en compartir con él las Buenas Nuevas.
“Compartí el Evangelio con él, oré por él y lo invité a la iglesia”.
También le dio a Daniel su caja de regalos, un acto generoso que dejó una buena impresión en el corazón del muchacho. Su artículo favorito en la caja son las sandalias azules que él usa casi todos los días.
Pero el impacto de este regalo es mucho más grande que los bienes materiales.
Madre e hijo llegan a la fe
Daniel quedDaniel quedó tan intrigado por la atención de Epiphani, así como por su entusiasmo y su amor por Jesús, que quiso saber más. Aceptó su invitación para ir a la iglesia y empezó a estudiar la Biblia. En particular, disfrutaba aprender sobre la resurrección y el poder de Jesús.
Uno de sus versículos bíblicos favoritos es Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Poco después, Daniel se arrepintió de sus pecados y entregó su vida a Cristo. “Tengo paz interior”, declaró.
Ahora asiste habitualmente a la iglesia, e incluso toca la batería durante el servicio de adoración. Seguir a Jesús le ha dado un propósito importante a su vida: “Les hablo de Jesús a las personas para que puedan tener una vida de abundancia”, dijo.
Daniel se aseguró de hablarle a su familia sobre el Salvador que cambió su vida. Su madre, Rita, también entregó su vida a Cristo y disfruta de ir a la iglesia. “Escuchamos sobre cómo el Evangelio debe guiar nuestras vidas”, dijo la madre. “Nos sentimos amados. Sentimos que ahora tenemos una familia en la iglesia”.
Sentirse amados y apoyados no es algo a lo que Rita y Daniel están acostumbrados. Su familia tiene grandes dificultades para sobrevivir, a veces no tienen para comer y no pueden pagar los uniformes ni las cuotas de la escuela.
Ahora, la iglesia está ayudando a la familia con sus necesidades materiales y también los discipula y los anima en su fe.
Por primera vez en la vida, Daniel y Rita experimentan el gozo del Señor y de caminar a la luz de Su amor y Su paz.
Una iglesia que crece
Daniel, Rita y Epiphani asisten a una iglesia que ha experimentado un crecimiento importante gracias a Operation Christmas Child y a La Gran Aventura.
“Los niños fueron a su casa y les contaron a sus padres lo que aprían en La Gran Aventura. Luego, la mayoría de los padres también comenzó a ir a la iglesia”, relató el pastor Joseph Gatror.
El pastor Joseph quería que su iglesia organizara el evento evangelístico y las clases de discipulado porque desea desesperadamente alcanzar con el Evangelio a los niños y a las niñas. “Los niños son nuestros futuros líderes”, dijo.
Al principio, intentó comenzar la iglesia (la primera de la aldea) yendo puerta por puerta e invitando a las personas. Solamente fueron unas 15 personas. Ahora, luego de los eventos evangelísticos de Operation Christmas Child, más de 100 están asistiendo a la iglesia.
Frank y su esposa, Gifty, son dos de los adultos de la iglesia cuyas vidas fueron transformadas mediante el testimonio de los niños. Sus tres hijos se acercaron a la fe durante La Gran Aventura y se entusiasmaron por compartir las Buenas Nuevas con sus padres.
“Ellos nos contaron cómo nacer de nuevo. Nos dijeron que Jesucristo es el Salvador de todo el mundo. Mi esposa y yo también decidimos seguir a Cristo”, dijo Frank.
Frank y Gifty empezaron a ir a la iglesia con sus hijos. Nunca habían escuchado mucho sobre Dios o la Biblia, pero cuanto más aprendían, más cambiaban sus vidas.
“Dejé de beber, y ya no soy terco”, compartió Frank.
Ahora, Gifty está comprometida a honrar a Dios. “Yo estaba en el mundo y hacía cosas que no eran respetables. Pero le entregué mi vida a Cristo y decidí vivir la vida cristiana”.
La pareja está agradecida porque Dios usó a sus hijos (y a Operation Christmas Child y La Gran Aventura) para llevar esperanza a su aldea remota. “Recibimos el Evangelio con alegría”, dijo Gifty. “Continuaremos compartiendo las Buenas Nuevas con otros”.
Alabamos a Dios por cómo Él está usando a los niños para compartir el mensaje de Su amor eterno. Por favor, ora por Epiphani y Daniel, ya que siguen proclamando el Evangelio en su comunidad. Ora para que más padres como Rita, Frank y Gifty sigan el ejemplo de sus hijos y caminen en obediencia a Cristo. Ora por el pastor Joseph, quien discipula a la iglesia.
“Que nadie te menosprecie por ser joven. Al contrario, que los creyentes vean en ti un ejemplo a seguir en la manera de hablar, en la conducta, en amor, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12).