Mary Damron, fiel y amada seguidora de Operation Christmas Child, se fue a casa para estar con el Señor el 26 de diciembre.
—Hermano Graham, soy Mary. Le tengo unas cajas de regalos para Dios. ¿Dónde las quiere?
Así fue como se presentó Mary Damron a Franklin Graham, hace 30 años. Esposa de un minero del carbón del Oeste de Virginia y con un gran amor por los niños, Mary se convirtió en una embajadora mundial de Operation Christmas Child apenas durante el segundo año del proyecto.
De izquierda a derecha: Ricky Skaggs, Tommy Coomes, Mary Damron, Dennis Agajanian y Franklin Graham rememoran el ministerio en Bosnia en el evento del año 2013 para celebrar los 100 000 000 de cajas de regalos empacadas.
Había visto a Graham cuando describió el ministerio de las cajas de regalos en la Trinity Broadcasting Network, y ella misma se encargó de recolectar regalos de Navidad para los niños de Bosnia, de las cañadas pobres donde ella vivía. Mucho antes de que Operation Christmas Child enviara millones de cajas de regalos, Mary y su familia recolectaron regalos para 1256 niños, los subieron a un camión de carga y los llevaron a través de las montañas hasta la sede central de Samaritan’s Purse en Boone, Carolina del Norte, donde arribaron el día después de Acción de Gracias de 1994.
Mary Damron y su hijo Tad acompañan al presidente de Samaritan’s Purse, Franklin Graham, y al artista Dennis Agajanian en la conferencia Global Connect 2023 en Orlando, Florida, para alabar a Dios por los 30 años de Operation Christmas Child y los 200 000 000 de cajas de regalos recolectadas.
Aunque las circunstancias de su vida fueron difíciles, Mary sirvió durante tres décadas con Samaritan’s Purse y supervisó las colectas de cientos de miles de cajas de cajas llenas de regalos en el Oeste de Virginia y los estados vecinos. Siguió dándose de corazón y con toda su alma a Operation Christmas Child, hasta que el Señor la llamó a su hogar el 26 de diciembre del 2024. Tenía 70 años.
“Doy gracias a Dios por el impacto que ella tuvo en los niños de todo el mundo a causa del Evangelio”. —Franklin Graham
“Sin duda, vamos a echar de menos a la señorita Mary, pero doy gracias a Dios por el impacto que ella tuvo en los niños de todo el mundo a causa del Evangelio”, dijo Graham hoy. “Sé que los familiares de Mary agradecerán sus oraciones”.
Dispuesta y lista para servir
Inmediatamente, la fe y la generosidad de Mary le causaron una buena impresión a Graham en 1994, y la invitó a acompañarlo en el viaje para entregar las cajas llenas de regalos en Bosnia.
—Iré —dijo ella enseguida.
En 1995, Franklin Graham y Mary Damron entregando una caja de regalos que empacaron el presidente Clinton y su familia para una niña de Bosnia.
Mary nunca había viajado fuera del país, y Graham se preguntó si ella entendía que estaba yendo a una zona en guerra. Podría necesitar un chaleco antibalas.
—¿Pa’ qué? —preguntó ella—. Tengo el Espíritu Santo de Dios, jovencito. Tengo los santos ángeles que me rodean, el Espíritu de Dios está en mí, y Jesús camina conmigo a cada paso que doy. ¡Voy a estar bien!
En 1995, mientras la administración de Clinton negociaba el Acuerdo de Paz Dayton para poner fin al combate en Bosnia, el Presidente quiso conocer a los civiles que habían servido allá. Sus empleados encontraron un recorte de periódico sobre Mary y llamaron a su casa en Ikes Fork, en el Oeste de Virginia.
—¿Es usted Mary Damron?
—Ahá.
—Hablo de la Casa Blanca.
—No, no es así.
—Sí, así es. Llamo de parte del Presidente.
—No, no es cierto.
Franklin Graham y Mary Damron llevan las Buenas Nuevas del amor de Dios a los niños en un hospital de Bosnia.
Finalmente, la persona que llamaba la convenció de que no se trataba de una broma telefónica: el Presidente quería invitarla a la Casa Blanca. Tad, el hijo de Mary, se dio cuenta de que era como en la película de 1994, Forrest Gump. —Viste al hermano Graham en la tele; salimos a recoger algunas cajas, las llevamos allá, a Carolina, te mandaron a Boz-ni-a, y ahora los del Prezi-dente te llamaron para que vayas a Washington. Eres ni más ni menos que Mamá Gump.
Cuando Mary conoció al Presidente, tuvo el atrevimiento de entregarle una caja vacía y le pidió que la llenara de regalos para una niña. Luego, le preguntó: “Señor Prezi-dente, ¿le molesta si oro por usté?”. Todos los presentes en el Despacho Oval se tomaron las manos y ella dijo una oración que conmovió el corazón del comandante en jefe.
Mary Damron se conectaba de una manera asombrosa con los niños.
Ciertamente, los Clinton empacaron una caja de regalos, y Mary la llevó a Bosnia y se la regaló a una niña de 7 años llamada Zlada, que había perdido una pierna en un ataque de artillería mientras celebraba la Navidad, en 1993.
El Presidente le dijo a Graham: “Es la mujer más poderosa que conocí en mi vida. Si tuviera cinco mujeres como ella, podría tomar el Congreso”.
El presidente Bill Clinton y su esposa, Hillary, reciben a la familia Damron en la Casa Blanca.
El Señor recompensó la fe y la audacia de Mary y, en 1995, ella recolectó cinco veces más cajas de regalos que el año anterior. Ese año, dirigió uno de nuestros equipos que entregaron regalos en un hospital de Croacia que trataba a niños heridos en la guerra. En otro momento Forrest Gump, su equipo incluyó al ganador del premio Grammy, Ricky Skaggs.
En un hospital de niños de Sarajevo, la ciudad marcada por la guerra, Mary condujo el momento de entonar una de sus canciones favoritas, “El Dios de la montaña”:
Porque el Dios de la montaña es el mismo Dios del valle
Si la vida se te nubla, Él la aclarará.
Los buenos y malos tiempos, ambos vienen de mi Padre.
El Dios que está en el día, de noche te cuidará.
Randy Riddle, director general de Operation Christmas Child, trabajó y viajó con Mary a lo largo de los años. “Cada vez que uno se encontraba con Mary”, relató, “era claro que estaba en la presencia de una persona llamada a servir a Jesús”. Él la describió como “una feroz guerrera del Evangelio”.
Dondequiera que viajara Mary con Operation Christmas Child, siempre encontraba maneras de compartir el amor de Dios con los niños, aunque ella no conociera su idioma. Sus abrazos llegaron lejos.
Mary Damron interactúa con niñas de Uganda mientras ellas descubren los tesoros que hay en sus cajas de regalos.
Cuando Graham le preguntó cómo lograba relacionarse tan bien con ellos, ella respondió: “Hermano Franklin, me veo a mí misma en estas personas. Como ellos, crecí haciéndome fuerte; tuve una infancia difícil. No teníamos dinero. Pasábamos hambre. En invierno, no podíamos calefaccionarnos. Sé lo que están sufriendo”.
