Las manos solidarias y el Evangelio de Jesucristo llevan esperanza y restauración a una comunidad desgarrada por la inundación de Nueva York.
La Avenida Mountain es la memorable entrada a Highland Falls, Nueva York. Esta calle sinuosa desciende desde su inicio en la cima de una colina hasta el pintoresco centro de la ciudad, casi a orillas del río Hudson. La avenida, colmada de casas que se extienden sobre ambas veredas, ofrece una comunidad muy unida de vecinos que confían unos en otros y que están siempre cerca para brindarse ayuda, especialmente, durante las crisis.
Cuando las lluvias intensas y las inundaciones repentinas golpearon a Highland Falls a comienzos de julio, los habitantes que viven a lo largo de la Avenida Mountain fueron testigos de la corriente rápida. El agradable riachuelo que corre detrás de sus hogares rápidamente se transformó en un torrente destructor.
“La calle era un río rugiente; fue horrible”, dijo un propietario de la Avenida Mountain. “El arroyo subió increíblemente en cuestión de segundos”.
Samaritan’s Purse ayudó a gran cantidad de propietarios a lo largo de la Avenida Mountain, y todavía está trabajando por todas partes en Highland Falls y en las comunidades de los alrededores. Mientras quitan los pisos y los paneles de yeso estropeados, limpian los escombros y rocían los productos contra la humedad, los propietarios experimentan el amor concreto de Dios. A la par que se van cubriendo las necesidades materiales, el Señor también está transformando para la eternidad los corazones de las familias de la Avenida Mountain.
Una comunidad agradecida
Lleno de gratitud y deseoso de ayudar, Jason Santiago no podía quedarse quieto mientras los voluntarios de Samaritan’s Purse trabajaban en su casa.
El chaparrón torrencial que había caído apenas semanas atrás causó que el arroyo de su jardín trasero creciera hasta una altura que él nunca había visto en los 20 años que lleva viviendo en Highland Falls. El agua en movimiento se precipitó a través de su jardín, esparciendo desechos y desplazando el muro de contención de su propiedad. En lo alto, una filtración en su techo provocó un daño importante en su casa.
“Estaba muerto de miedo por mi familia”, dijo Jason.
Jason estaba al otro lado de la ciudad cuando llegó la crecida, así que su familia estaba sola cuando el agua subió casi 15 pies (cuatro metros y medio).
“Pinché [un neumático] al otro lado de la montaña”, explicó Jason. “Por la calle bajaban cantos rodados y mi familia estaba demasiado nerviosa para quedarse en la casa, así que comenzaron a cruzar aquí”, señaló con un gesto hacia la calle donde el agua que llegaba hasta la rodilla bajaba a toda velocidad por la colina en plena tormenta.
“Nuestros vecinos vinieron a ayudarlos; mi mamá estuvo a punto de caerse y ser arrastrada”, continuó. “Me sentí bendecido por tener una comunidad tan buena con nosotros”.
A pesar del cansancio, el estrés y el desastre sin precedentes, Jason se mantuvo alegre y servicial. Mientras los voluntarios de Samaritan’s Purse limpiaban su casa, cortaban las paredes de yeso mojadas y rociaban un producto antihumedad, Jason se mantenía ocupado y no quería sentarse. A la hora del almuerzo, como cualquier neoyorquino de verdad, Jason trajo pizza para los voluntarios de Samaritan’s Purse.
“Para mí, nosotros fuimos enviados a ustedes, y ustedes fueron enviados para nosotros. No tengo palabras suficientes para darles las gracias”, dijo al hablar con uno de los grupos de voluntarios.
Tres generaciones de fe
Los Santiago siempre habían pertenecido al catolicismo (asistían a los servicios de vez en cuando), pero entendían poco cómo era tener una relación genuina con Jesucristo. Para Jason, entre el estar a cargo de su familia (incluidas su madre y su suegra) y tener que viajar una hora por día a su trabajo, la iglesia nunca fue una prioridad. No obstante, gracias a las conversaciones con los capellanes de la Billy Graham Evangelistic Association y al trabajo realizado por los voluntarios de Samaritan’s Purse, Dios ablandó los corazones de los Santiago, uno por uno.
La madre de Jason, Carmen, padece una enfermedad crónica que paraliza continuamente su cuerpo. Enfrentó con miedo la crecida de las aguas que puso en peligro su vida al escapar de su hogar inundado. Cuando los capellanes hablaron con ella, se enteraron de que el español es su idioma natal y rápidamente le obsequiaron una Biblia en español. Carmen compartió que teniá dudas de su condición para con Dios y, luego de tener otras conversaciones, aceptó a Jesucristo como su Salvador y su Señor. Con su Biblia nueva en la mano, sonreía de oreja a oreja.
Sin embargo, como no tenía cerca sus anteojos de lectura, Carmen le dio la Biblia a su nieta, Kayla, para que le leyera un pasaje en voz alta. La hojeó hasta el primer capítulo del Evangelio de Juan, y Kayla leyó en español el versículo 12, que dice: “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hechos hijos de Dios”. Perpleja e interesada, acudió a los capellanes que estaban allí mismo para hacerles sus preguntas apremiantes. Alabado sea Dios porque Kayla, una estudiante universitaria de segundo año, recibió a Cristo momentos después que su abuela.
Por fin, cuando vio que su madre y su hijas eran salvas, Jason se conmovió hasta las lágrimas. Apoyado contra su auto y sudando por la humedad en el aire, Jason le pidió a Jesús que entrara en su corazón como su Señor y Salvador, con la ayuda de un capellán. Se sumó a su madre y a su hija como nuevos creyentes.
Las Escrituras nos dicen que “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman” (Romanos 8:28).Lo que esta familia de la Avenida Mountain podría haber visto como un desastre, Dios lo vio como una oportunidad para revelar Su gloria. Tres generaciones de fe es un milagro que únicamente el Señor puede orquestar.
Por favor, ora por las familias que están recuperándose de los daños que dejaron estas inundaciones y por los equipos de voluntarios de Samaritan’s Purse que sirven a los propietarios en el nombre de Jesús.
Nuestro trabajo continúa en Nueva York, Vermont y Oklahoma. Por favor, considera en oración la posibilidad de ofrecerte como voluntario. Para más información, ingresa en spvolunteer.org..