Mientras Samaritan's Purse sirve a la gente del suroeste de la nación insular, nuestras iglesias colaboradoras crean conexiones para el Evangelio de Jesucristo.
El pastor Erroll Bennett llenó con alegría su furgoneta con suministros de Samaritan's Purse mientras describía la enorme necesidad que existe entre las personas que sufren en su comunidad.
El pastor Erroll Bennett se prepara para entregar lonas para refugios y suministros esenciales a familias necesitadas.
“Aunque ahora mismo la gente tenga dinero, no puede comprar nada, así que dependemos totalmente de la ayuda externa”, dijo. “A nuestro alrededor hay personas desesperadas que necesitan ayuda y agradecemos a Samaritan's Purse por venir, intervenir y compartir el amor de Dios con la gente”.
También describió cómo las labores de ayuda beneficiarán a la gente, ya que regresará con lonas para refugios, kits de higiene y otros suministros esenciales de Samaritan's Purse.
“Esta noche, alguien podrá dormir tranquilo sin mojarse con la lluvia. Habrá una familia que recibirá kits de higiene para poder bañarse adecuadamente. Hoy, la esperanza renacerá en la gente [porque saben] que hay quienes se preocupan, que aún existe un Dios que provee”, dijo.
Días antes de que el huracán Melissa azotara la costa jamaicana, el pastor Bennett y otros líderes de la iglesia local ya se preparaban para las consecuencias de la tormenta de categoría 5. En los días posteriores, sirvieron como instrumentos de Jesucristo en muchas comunidades aisladas.
A través de estas iglesias colaboradoras —vinculadas a nuestra labor por medio de Operation Christmas Child y nuestra respuesta al huracán Beryl en 2024— nuestros equipos están proporcionando toneladas de ayuda humanitaria donde más se necesita. Las iglesias van casa por casa, familia por familia, especialmente entre las más vulnerables, para brindar ayuda tangible y recordarles a los jamaicanos, abatidos por el dolor, que hay esperanza y que hay personas que se preocupan por ellos.
El personal de Samaritan's Purse carga suministros para ayudar a las comunidades más afectadas de la región de Black River.
Hasta el momento hemos brindado asistencia a casi 9000 familias con lonas para refugio, kits de higiene, lámparas solares y filtros de agua.
El 5 de noviembre también abrimos un Hospital Móvil de Emergencias en Black River y hemos desplegado unidades médicas móviles en zonas más remotas. Nuestros equipos médicos están brindando atención médica y quirúrgica de emergencia a las mismas comunidades que dependen de grandes instalaciones como el Hospital de Black River, el centro médico local que se encuentra sin techo, con las ventanas rotas y sin electricidad. Los médicos, enfermeros y demás personal también se encuentran en una situación de gran necesidad.
El estacionamiento del Hospital Black River ahora funciona como centro de distribución de ayuda de emergencia.
Mientras continuamos transportando por vía aérea y distribuyendo toneladas de ayuda a la nación insular, vemos cómo este trabajo fortalece a las iglesias locales que sirven junto a nosotros en el nombre de Jesús.
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“Esperamos que, al ver esa conexión, quienes antes no iban a la iglesia comiencen a asistir y así fortalezcamos la iglesia local”, dijo Peter Iannelli, miembro de nuestro equipo de distribución. “Esta es una oportunidad para evangelizar y discipular. Cuando llegue el momento de la necesidad, bajan las barreras”.
Una nueva perspectiva sobre la vida
Iannelli conoció a Davia Graham, una enfermera local que trabajaba en Black River.
Peter Iannelli, miembro del equipo DART de Samaritan's Purse, escucha y ora con el personal médico de Black River y los residentes locales mientras reciben ayuda de emergencia.
“Todavía no me lo creo”, dijo mientras visitaba nuestro punto de distribución para recoger suministros para ayudar a su familia. “Cada día vas, duermes y oras que sea una pesadilla”.
Para Davia, que estaba recogiendo provisiones en el mismo lugar donde solía estacionar su auto para ir a trabajar, esos breves momentos de conversación con Peter le brindaron un respiro ante la abrumadora situación. Habló del profundo impacto que sienten muchos residentes.
“Sinceramente, me da una nueva perspectiva de la vida. No importa de qué nos enorgullezcamos, ya sea la casa o el coche. He visto casas enormes destruidas por el huracán. Muchas cosas terrenales que antes me importaban ya no significan nada para mí”, dijo.
Los suministros básicos han marcado una gran diferencia en la vida de las familias desplazadas que esperan recuperarse en los próximos días.
El pastor Bennet ora para que la verdad del Evangelio y la fugacidad de la vida arraiguen en su región de la nación insular.
“Jamaica tiene más iglesias por kilómetro cuadrado que cualquier otro lugar. Y en estos tiempos de desesperación, es bueno que la iglesia sea esa fuente de esperanza”, dijo. “La gente puede ver claramente que la iglesia está en el centro. La iglesia se preocupa. La iglesia no es solo un lugar de reunión, sino que la iglesia puede responder a las necesidades”.
“Por mucho que tengamos, probablemente necesitemos más”, dijo Peter. “Lo material es importante, pero necesitamos lo sobrenatural; así que, en oración, pidan a Dios que bendiga al pueblo jamaicano, que ha sufrido mucho, y que veamos conversiones y discipulado. Queremos evangelización, discipulado y multiplicación; de eso se trata”.
El pastor Bennett añadió al llamado para orar: “Este huracán es uno de esos momentos que quedarán grabados en nuestra memoria en Black River; oren para que nos levantemos de nuevo y para que, a pesar de todo, sepamos que tenemos un Dios que se preocupa por nosotros. Oren para que superemos este momento acercándonos más a Dios”.
Los miembros de DART se han unido a las iglesias locales, en oración y para atender las necesidades, y abrir puertas al Evangelio en Jamaica.
