Operation Christmas Child está ayudando a llevar las Buenas Nuevas de Jesucristo a las comunidades aisladas en las montañas.
De los agujeros del techo goteaba chorros constantes, y había charcos por todas partes en el piso. La lluvia golpeaba incansablemente y amenazaba con ahogar cualquier otro sonido en la pequeña iglesia. Pero mientras continuaba el temporal de humedad y viento, las canciones de alabanza se elevaban más fuerte.
Rita Danso recién comenzaba su presentación del Evangelio, cuando la lluvia desplegó su momento más agresivo, haciendo que para los niños fuera casi imposible escucharla. Ella no quería que los niños y las niñas se perdieran una sola palabra, así que los dirigió en canciones de adoración hasta que la presentación pudiera continuar.
Por varios años, Rita había orado por este momento en la comunidad de montaña, en Ghana. Sentía una carga por alcanzar a las aldeas aisladas y pobres con las Buenas Nuevas, porque sabía que muchas personas adoraban ídolos y nunca habían escuchado hablar de Jesús.
Pero nadie quería acompañarla. Cada amigo y líder de iglesia a quienes les preguntaba la rechazaban. Incluso su equipo ministerial era reacio. Las respuestas eran siempre las mismas: Las aldeas están demasiado lejos, los caminos son muy malos, el viaje sería demasiado difícil.
Finalmente, Rita encontró a alguien que le respondió que sí. Se puso en contacto con los líderes de Operation Christmas Child en Ghana, quienes querían llevar el Evangelio a grupos de personas no alcanzadas. “Les dije que tenía un lugar en mente. Ellos respondieron: ‘Hagámoslo juntos’”.
Unos meses después, Rita estaba ayudando a dirigir dos eventos evangelísticos de Operation Christmas Child en la comunidad, el mismo día. “Solo Dios pudo ordenar mis pasos para estar aquí”, dijo ella. “Mi oración es que cada semilla del Evangelio pronto dé fruto”.
No hay vuelta atrás
Sembrar las semillas del Evangelio no fue fácil. Rita hizo el arduo viaje hasta la aldea antes del evento evangelístico, y fue acompañada por líderes de Operation Christmas Child y por el equipo de su ministerio. Ella organizó el equipo ministerial durante el brote del COVID-19, como una forma de ir puerta por puerta llevando el Evangelio, ya que las reunios de grupos grandes no estaban permitidas.
Ninguno estaba preparado para el desafío empinado, embarrado y rocoso que les esperaba. “En cierto momento que ya habíamos caminado mucho, nos preguntamos si debíamos regresar. Estábamos realmente muy cansados”, relató Rita.
Siguieron adelante, y la caminata de dos horas y media valió la pena. El cacique de la aldea les dio su bendición y su permiso para organizar el evento evangelístico de las cajas de regalos. Rita y el equipo se sintieron conmovidos por sus palabras: “El hecho de que hayan venido aquí significa que nos quieren”.
El día de los eventos, un tractor transportó los contenedores llenos con cajas de regalos a la cima de la montaña. Los líderes de Operation Christmas Child se sumaron a Rita y a su equipo para vivir un día especial.
“Queremos alcanzar a los chicos con estas cajas de regalos. Es la primera vez que les presentan el Evangelio a estos niños”, dijo George Gumah, un representante internacional en el terreno. “Queremos discipularlos para la gloria de Dios”.
“Queremos alcanzar a los chicos con estas cajas de regalos”.
Los niños de las aldeas se emocionaron al recibir tantos regalos en sus cajas; una expresión concreta del amor de Dios por ellos. Para la mayoría de ellos, fue la primera vez que recibió un regalo. Tetteh (14 años) dijo que sus objetos favoritos de la caja fueron un cuaderno, los lápices y las gomas de borrar. “Estoy contenta y emocionada de tener todo esto. No sabría cómo conseguir estas cosas”.
Es la mayor de ocho hermanos, y sus padres (como todo el mundo en su aldea) son granjeros a los que les cuesta cubrir las necesidades básicas de su familia. La ubicación apartada de la comunidad no ofrece otra opción para ganar otros ingresos. Incluso ir a la escuela o a un hospital significa hacerlo a pie por la montaña.
Pese a los desafíos de llegar a la casa aislada de Tetteh, ella y muchas otras chicas y chicos tendrán la oportunidad de participar del curso de discipulado de La Gran Aventura porque Rita y su equipo volverán para ayudar a enseñar las 12 lecciones.
”Operation Christmas Child es poderosa puerta de entrada”.
“Operation Christmas Child es una poderosa puerta de entrada a una comunidad”, dijo Rita. “Las cajas de regalos sirven para poder acceder y, una vez que lo haces, puedes seguir con el material de discipulado porque has ganado su confianza y puedes desarrollar una relación”.
Confiar solo en Dios
Rita es optometrista y disfruta de usar sus habilidades y conocimientos para mejorar la visión y la calidad de vida de niños y adultos. Pero su principal prioridad es hablar a las personas de su Salvador. “Jesús es todo para mí. Yo encontré a mi Jesús, y Él es suficiente”, dijo.
Le apasiona compartir el Evangelio a través de Operation Christmas Child, porque su vida fue transformada cuando se convirtió al cristianismo de pequeña. Quiere que otros niños y niñas tengan esa experiencia de conocer a Jesús a una edad temprana y le entreguen a Él sus vidas.
”Yo encontré a mi Jesús, y Él es suficiente”.
Rita no creció en una familia Cristiana, y debió enfrentar la resistencia de su familia cuando comenzó a seguir a Jesús. Pero no se detuvo.
“Mis padres no vieron la semilla en mí, la semilla de mostaza (Mateo 13:31-32). Pero esa semilla es poderosa y, ahora, no pueden detenerla”, relató. “Yo creo que Dios puede sembrar esa semilla en estos niños. Nosotros solo debemos seguir regándola”.
Rita desea continuar compartiendo el amor de Dios con muchos niños de Ghana, por medio de Operation Christmas Child.
“Si Dios nos da vida, haremos esto por un largo tiempo”, afirmó Rita.