Una voluntaria de Operation Christmas Child en Fiyi ofrece un vistazo a cómo las cajas de regalos hacen la diferencia en las vidas de los niños y sus familias en esta isla.
Te presentamos a Ravina Kuma, coordinadora nacional de discipulado de Operation Christmas Child en Fiyi. Es una de las 6.100 personas globalmente que son voluntarios en los equipos nacionales de liderazgo para guiar nuestros esfuerzos de evangelismo, discipulado y multiplicación en sus países. Lee y conoce más de cómo el ministerio está llevando el Evangelio en el Pacífico a través de cajas de regalos y nuestro programa de seguimiento La Gran Aventura.
P: ¿Puedes compartir sobre la percepción de Fiyi y el contraste con la realidad?
R: Como una moneda, Fiyi tiene dos lados. El primero es el bueno. Fiyi es el paraíso, un hermoso paraíso con playas hermosas y gente amigable en todas partes. El otro lado de la moneda son sus muchos desafíos. Tenemos ciclones cada año de noviembre a abril, y muchas inundaciones en ciudades y aldeas. Durante las inundaciones, los niños sufren. Algunas veces se mojan sus libros. Deben abandonar sus casas durante semanas y vivir en centros de evacuación. Son algunos de los retos.
P: ¿Cómo ha sido Dios fiel a pesar de los retos de un clima violento?
R: Pase lo que pase, ciclones o inundaciones, el ministerio se mueve y también el equipo de Operation Christmas Child. Avanzamos, a veces a pesar del clima hacia los niños en necesidad. Después de los ciclones y sus daños, el trabajo de Operation Christmas Child da a los niños y a sus familias esperanza. les damos cajas del Evangelio porque queremos que sepan que, aunque su casa ya no exista, alguien los ama.
P: Describe la reacción de un niño cuando abre una caja de regalos.
R: Cuando los niños abren sus cajas, solo escuchas: “¡Sí! ¡Sí!” No puedes hablar ni callarlos. Es imposible. Puedes oír sus risas, sus porras, sus gritos, todo el ruido. Vas por ahí y ves a los niños mostrando sus juguetes. Puedes ver todo tipo de reacciones. Están tan metidos en sus cajas que a veces ni quieren irse a casa. Cierran y abren su caja. Por un momento miran sus cajas, luego las abren otra vez. La emoción sigue y sigue y no sabes cuánto durará. Todos nos agradecen. Si estuvieras ahí, actuarías como un niño también.
P: ¿Puedes describir el gozo que vez en los rostros e los niños que han venido de todo Fiyi?
R: Estuve en un evento evangelístico que tocó mi corazón. Los niños venían descalzos de lejos. Eran niños respetuosos y escucharon la presentación del Evangelio. Cuando llegó la hora de abrir los regalos vi a un niño sostener su caja, abrazarla y luego llorar. Le pregunté: “Hijo, ¿por qué estás llorando?” Él dijo: “Tía, voy a la escuela descalzo. No tengo chancletas. Comparto con mi hermana un par de zapatos. Cuando voy a la escuela, algunos niños vienen con zapatos caros y presumen. Todo el tiempo oro. Incluso hoy le pedí a Jesús que me dé unos zapatos de regalo”. Yo le pregunté: “¿Y no los recibiste hoy?” Él abrió la caja y me mostró. Había un par de zapatos de marca con luces. Estaba tan contento que besó sus zapatos. Quizá lo recordará toda su vida. El Señor les da más a estos niños de los que piden a través de las cajas.
P: ¿Cómo es el curso de La Gran Aventura efectivo para que los niños crezcan en su fe?
R: El programa de La Gran Aventura es una manera sencilla para que entiendan el amor de Cristo, por qué vino al mundo, qué ha hecho por nosotros y cuánto nos ama. Cuando vamos a lo profundo, a las aldeas, vemos a los niños recibir las cajas y luego seguir con las 12 lecciones. Después de su graduación, escuchamos sus testimonios. Ya que empezaron a orar durante las lecciones, los niños aprenden a orar. A través de sus oraciones las familias se reúnen. Los padres separados se juntan de nuevo.
P: ¿Qué te enorgullece cuando ves a los estudiantes de La Gran Aventura?
A: A través de La Gran Aventura, aprenden cosas nuevas. Como madre, si mi niño aprende la verdad y acepta a Cristo, lo sigue y comprende el propósito de su vida, esto me llena con gozo de que mi niño va por el camino correcto. Si ellos comparten quién es Cristo con un pequeño verso de La Gran Aventura, si comparten con alguien en el autobús o los juegos o con otros niños de la escuela y alguien más lo recibe, se emocionan, y yo me gozó de que he cumplido con mi trabajo. Este niño de la clase de La Gran Aventura está compartiendo. Y puedo ver la multiplicación. Allí es cuando como una madre me siento feliz de ver a mis hijos creciendo en Cristo a través de La Gran Aventura y Operation Christmas Child.
P: ¿Nos puedes decir por qué la oración es tan importante para Operation Christmas Child y La Gran Aventura?
R: Porque debemos enfrentar muchos retos y sabemos que no podemos hacerlo solos. “No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu”. (Zacarías 4:6). Cuando oramos, podemos ver a Dios moverse. Cuando oramos, podemos ver el camino que ha trazado, los senderos que ha preparado, la lluvia que se detiene, las inundaciones que descienden. Podemos ver todo tipo de movimientos cuando nos detenemos y oramos, porque cuando oramos, Dios se mueve.
P: ¿Cómo podemos orar por Fiyi?
R: Ora por nuestro equipo mientras caminamos juntos, con voluntarios y colaboradores con iglesias locales, para que alcancemos más niños y toquemos cada corazón con el Evangelio y el amor de Jesucristo.