La salvación llega luego de la inundación

20 de agosto, 2024 • Estados Unidos
Los voluntarios de Samaritan’s Purse hacen una pausa para orar con Dipyanti y Hardik, de Savannah (Georgia), mientras limpian su casa.

Familias de Savannah confían en Dios después de la tormenta devastadora.

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Eva estaba resuelta a llegar a su casa para estar con sus hijos y su madre, aunque para ello tuviera que andar en bote por las calles inundadas de su vecindario en Savannah, Georgia. Ella y su esposo, Gregory, habían ido a Nueva York para asistir al funeral del hermano de Gregory, cuando los vecinos empezaron a hacerles llegar las novedades sobre la amenaza de inundaciones.

Quedaron conmocionados, ya que todo había estado bien cuando se fueron. La tormenta tropical Debby había llegado y se había ido; creyeron que estaban fuera de peligro. Pero Debby había descargado un montón de lluvia y, en los días siguientes a la caída inicial, el río Ogeechee comenzó a subir lenta y silenciosamente hasta que, finalmente, sus orillas desbordaron.

La pareja llegó desde Nueva York cerca de las 2 a.m., ansiosos por verificar cómo estaba su familia y su casa. Se encontraron con uno de los amigos de Gregory, cerca del estacionamiento de una tienda de comestibles, donde dejaron su auto y subieron a su bote.

Los voluntarios acarrean una alfombra empapada, aislante y un muro de yeso a un contenedor de basura afuera de la casa de Eva.

“Ni siquiera sabíamos cómo usar esa cosa”, relató Eva. “El motor no funcionaba y solo teníamos un remo. Llegamos flotando por la calle. Solo pudimos ver la parte de arriba de la señal de pare”, dijo señalando el final de la calle.

Encontraron a los niños y a la madre de Eva en la planta alta, por encima de la inundación, y todos estaban sanos y salvos. La familia tuvo que usar el bote durante los días siguientes para recorrer la ciudad, mientras esperaban que el agua retrocediera. Habían pasado menos de 24 horas de la crecida, cuando un equipo de evaluación de Samaritan’s Purse llegó a la puerta de su casa.

Eva se conecta con una voluntaria de Samaritan’s Purse, mientras un equipo trabaja para limpiar su hogar.

“Acababa de leer una publicación en Facebook sobre Samaritan’s Purse. Antes de que pasaran cinco minutos, ustedes golpearon la puerta. Ni siquiera tuve la oportunidad de llamar para pedir ayuda. Pensé: ‘¡Alabado sea Dios!’”.

Toda la planta baja de la casa, donde se encuentran mayoría de los dormitorios, estaba inundada. Los voluntarios de Samaritan’s Purse trabajaron duro durante dos días y sacaron muebles dañados, pertenencias personales, paredes de yeso y pisos.

“Quién sabe cuánto tiempo habría quedado todo eso así hasta que pudiéramos llegar ahí”, dijo Eva. “Por más rápido que hagas las cosas, el moho enseguida se fija”.

Eva dijo que, aunque la tormenta había provocado muchas emociones que suelen “llegar en oleadas”, los voluntarios de Samaritan’s Purse le dieron la esperanza de saber que “hay una luz al final del túnel”.

Nueva vida en Cristo

La inundación no es la única prueba que se le ha presentado a Eva en los últimos meses. Ha luchado con una prótesis de cadera, una enfermedad ósea degenerativa y también otros problemas de salud, así como el desafío de encontrar un empleo nuevo tras retirarse de sus 20 años de servir en el Ejército. Gregory también se jubiló del Ejército.

“Los niños están tan acostumbrados a verme enferma. Pero, también, todavía me ven haciendo lo que tengo que hacer”, dijo.

Alabamos a Dios porque, ahora, Eva y Gregory pueden depender de la fuerza de Dios para superar los momentos difíciles. Ambos oraron para recibir a Jesucristo como su Señor y Salvador, gracias al testimonio de nuestros voluntarios y de los capellanes de Rapid Response Team de Billy Graham.

Eva oró con los capellanes del equipo Rapid Response de Billy Graham para aceptar a Cristo como su Señor y Salvador.

“A veces, sucede que los ángeles vienen y llaman a tu puerta para decirte cómo ser salvo. Hemos sido bendecidos”, dijo Eva. “Abrimos nuestro corazón y nuestra mente a algo nuevo”.

Volver a empezar

En un vecindario que está apenas a unos minutos de distancia de la casa de Eva, los equipos de Samaritan’s Purse se desplegaron y sirvieron a los propietarios damnificados que también han esperado durante días que el agua retrocediera.

Dipyanti y su esposo, Hardik, no quisieron dejar su casa. “Evacuamos primero a mis suegros y a mi hijo a un hotel para que pudieran estar a salvo. Mi esposo y yo nos quedamos para intentar salvar todo lo que pudiéramos de la casa. Llevamos cosas a la planta alta y pusimos bolsas de arena en todas partes”, contó ella.

Una voluntaria saca las pertenencias arruinadas de la casa de Dipyanti y Hardik, hacia el camino de la entrada.

Siguieron esperando que el agua dejara de amenazar a su vecindario, pero eso no sucedió. La pareja decidió irse con su familia al hotel, pero salieron con tanta prisa que solamente agarraron algo de ropa.

Al día siguiente, necesitaron volver urgentemente a su hogar a buscar artículos importantes como sus medicamentos. Un vecino les prestó un kayak para que pudieran ir y venir desde el hotel. “Fue desolador”, dijo Dipyanti cuando se dio cuenta de que el agua estaba tan alta, que todavía no podían usar el auto.

Llegaron a su casa y se encontraron con que el agua cubría el primer piso, y había serpientes y peces muertos en la entrada.

Los equipos de Samaritan’s Purse acarrearon muchas carretillas llenas de escombros hasta la acera en Savannah, Georgia.

Dipyanti sabía que era importante que ella fuera una presencia tranquilizadora y que apoyara a su esposo, ya que él tiene hipertensión y arritmia cardíaca que se agravan con el estrés. Pero también sabía que sería difícil hacer todo el trabajo necesario en su casa, una vez que pudieran regresar a salvo del hotel.

Se emocionó cuando supo que los voluntarios de Samaritan’s Purse irían a su casa y removerían las pertenencias personales empapadas, la alfombra, el piso y las paredes de yeso. También fumigaron para evitar la aparición de moho.

“Me sentí aliviada”, dijo. “No los conozco, pero están aquí para ayudarnos. Realmente, quiero agradecer a todas las personas que nos ayudaron en esta situación”.

Cada propietario a quien servimos recibe una Biblia firmada por todos los voluntarios que trabajaron en su casa. Cuando nuestro equipo le entregó la Biblia a Dipyanti y a Hardik, compartieron la esperanza eterna de Jesucristo.

Dipyanti y Hardik reciben una Biblia firmada por los voluntarios de Samaritan’s Purse que trabajaron en su hogar.

Cuando el líder del equipo preguntó si querían orar y recibir la salvación, Hardik sonrió y de inmediato dijo que sí.

Tanto Hardik como Dipyanti le pidieron a Jesús que sea su Señor y Salvador. A pesar de que ninguno ha leído la Biblia en su vida, dijeron que eso pronto cambiará.

“Vamos a leerla”, dijo Hardik. “Sin duda, vamos a leerla”.

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Ayuda para desastres en EE. UU. Cada donación a U.S. Disaster Relief nos abastece para responder a catástrofes como el huracán Helene y otros desastres naturales en nuestra nación. Samaritan's Purse moviliza y prepara a miles de voluntarios para brindar ayuda de emergencia a las víctimas de inundaciones, tornados, incendios forestales y huracanes. Dondequiera que vayamos, llevamos consuelo y la esperanza del Evangelio de Jesucristo. Tras las grandes tormentas, solemos quedarnos para reconstruir casas para las personas que no tienen dónde recurrir para pedir ayuda.

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