Los doctores y enfermeras de Samaritan's Purse reflejan una luz de esperanza en el lugar de contagio global del coronavirus.
Lavarse las manos. Ponerse los guantes. Asegurarse la mascarilla N-95. Vestirse con la bata médica. Cubrirse la cabeza con la net de pelo. Colocarse el protector facial. Reforzarse con un segundo par de guantes e ingresar a la "zona de fuego".
Este proceso se ha vuelto surrealista, pero una rutina ya familiar para el personal médico de Samaritan's Purse, que a la fecha ha enviado seis Hospitales Móviles de Emergencias alrededor del mundo especializados con unidades de cuidados respiratorios, como respuesta al COVID-19.
Cerca de año y medio después de nuestra primera respuesta al COVID-19 en el norte de Italia en marzo de 2020, los doctores y enfermeras de Samaritan's Purse están de nuevo colocándose el equipo de protección personal (PPE por sus siglas en inglés), para tratar a los pacientes contagiados del coronavirus en Jackson, Mississippi.
Con cada capa de equipo que se ponen para proteger sus cuerpos físicos, el personal médico de Samaritan's Purse también se cubre de la oración y de la armadura completa de Dios que se encuentra en Efesios 6. Su fortaleza espiritual y resiliencia son de suma necesidad al cuidar a los pacientes con coronavirus, en el nombre de Jesús.
"Se siente como si fueras a una guerra y tienes que ponerte todas esas capas de la armadura", dijo Taryn McCoy, enfermera del Equipo de Respuesta de Ayuda para Desastres (DART por sus siglas en inglés). "El equipo usualmente ora en voz alta mientras se pone su protección y suspira profundamente diciendo: 'Estoy protegido física y espiritualmente y Dios está conmigo'".
Esta rutina al inicio de cada turno le da a los doctores y enfermeras una oportunidad de entregar su trabajo a Dios y a Su misión.
"Esto nos permite concentrar nuestras mentes a lo que realmente vamos a enfrentar y cómo Dios también va a trabajar en este lugar", dijo Taryn.
Recibimos el primer paciente el 18 de agosto en nuestro Hospital Móvil de Emergencias de 36 camas, construido en un parqueo adjunto al Centro Médico de la Universidad de Mississippi (UMMC por sus siglas en inglés).
Mississippi es actualmente el centro de infección global del contagio del virus y los sistemas de salud están sobrecargados. Las camas están llenas, existe una larga lista de espera y el descanso para los trabajadores de salud parece como un sueño distante.
En total, nuestros equipos ya han atendido a 47 pacientes mientras les recuerdan al mismo tiempo que Dios los ama y no los ha olvidado.
De incrédula a agradecida
Una de nuestras primeras pacientes fue Shalonda Stevenson quien pasó dos semanas en el UMMC. Fue admitida con una severa dificultad para respirar, mareos y falta de equilibrio. Cuando fue transferida inicialmente a nuestro hospital, era incrédula y estaba frustrada.
"Estaba molesta por esto. Yo estaba muy, muy enojada", dijo Shalonda sobre su transferencia a nuestra unidad móvil.
Taryn fue una de las enfermeras que cuidó de Shalonda durante su tiempo en el Hospital Móvil de Emergencias. Despacio pero seguro, empezó a mostrar progresos y sus niveles de oxígeno empezaron a mejorar.
Durante los siguientes días el rostro de Shalonda también mejoró, cambiando de frustración a uno de gratitud y alegría.
Ella mencionó que los cuidados amorosos que recibió de nuestro equipo médico le dio un entendimiento más profundo del amor de Dios. "Ellos no me conocían pero eso es el amor: no tienes que conocer a las personas para amarlas o desear lo mejor para ellas", dijo ella. "No me gustaría tener que vivir esta experiencia otra vez, pero siempre recordaré a Samaritan's Purse".
Shalonda fue el primer paciente que fue dado de alta de nuestro Hospital Móvil de Emergencias. El personal de Samaritan's Purse la animó cuando salía, gritándole frases motivadoras y saludándola con objetos ruidosos. La sonrisa en su rostro fue una verdadera señal de cuán lejos había llegado tanto espiritual como emocionalmente.
"Verla salir caminando de aquí llenó de lágrimas mis ojos", dijo Taryn. "Para los pacientes, estos son los mejores momentos porque están orgullosos de ellos mismos y los motivamos porque realmente sentimos amor por ellos. Ella solo sonreía de oreja a oreja".
Por favor, continua orando por la salud y seguridad de nuestros equipos en Mississippi y por nuestro personal médico, mientras atienden a los pacientes de coronavirus en el nombre de Jesús.