Samaritan’s Purse socorrió a miles de personas en nuestro Hospital Móvil de Emergencias en una zona liberada del este de Ucrania.
Mientras guardaba reposo en un catre del Hospital Móvil de Emergencias de Samaritan’s Purse, Yulia sintió el deseo de compartir su historia. Aún dolorida por la cirugía que esperó durante mucho tiempo, hablaba en voz baja y gesticulaba de dolor cada vez que se movía en su cama. Una enfermera vestida con el ambo azul identificado con el logo de la cruz de la organización, que hacía su ronda en el lugar, sonreía y asentía al escucharla. Ahora, Yulia está a salvo. Por fin pudo ser escuchada.
“Realmente, yo tenía miedo”, dijo Yulia. “No sabía si sobreviviría. Llorábamos y teníamos miedo. Le pedimos a Dios que nos salvara y nos protegiera para que lográramos sobrevivir a los ataques y a los bombardeos”. Mientras Yulia relataba sobre la época que estuvo atrapada en la ocupación ucraniana, contuvo sus lágrimas. Las escenas de violencia y horror han dejado cicatrices en su memoria, una herida que ninguna cirugía podría curar.
Yulia fue una de los muchos que decidieron quedarse en su ciudad durante la invasión. Cuando le preguntaron por qué se negó a huir, su respuesta fue simple: Este es su hogar, y ella no tenía ninguna intención de dejarlo.
Responder en el nombre de Jesús
A mediados de septiembre, más de 2400 kilómetros cuadrados al este de Ucrania fueron liberados de un día para otro. Ciudades y pueblos que habían resistido meses de cautiverio detrás de las líneas del frente, finalmente, fueron libres.
A medida que se daban a conocer los informes sobre la liberación, los reporteros de todo el mundo se volcaron a la región de reciente acceso y conmocionaron al planeta con los titulares sobre las ejecuciones de civiles, las torturas, las fosas comunes y los hospitales destruidos por las bombas. Donde alguna vez hubo escuelas, viviendas e iglesias, ahora había pilas de cenizas y montañas de escombros, cada cual señalando los horrores que se habían cometido a la sombra del conflicto.
Para atender las necesidades físicas y espirituales de las familias que sufren en el este de Ucrania, Samaritan’s Purse montó otro hospital móvil de emergencias; esta vez, en una ciudad recientemente liberada, cerca de las líneas del frente de guerra. Al comienzo del conflicto, gestionamos un hospital en Lviv, en el oeste de Ucrania.
Mientras el conflicto seguía tan impredecible como siempre, el ministerio mantuvo un bajo perfil para nuestra respuesta en el Este: cuidadoso por proteger al personal y a los pacientes. A comienzos de este mes (diciembre), la instalación fue cedida al Ministerio de Salud ucraniano para que siga usándolo en las zonas donde sea necesario. Este traspaso ahora nos permite compartir con nuestros socios y con los creyentes de todo el mundo gran parte de lo que Dios hizo por medio de esta respuesta.
Sobrevivir a los horrores de la guerra
“Fue una experiencia muy terrible”, dijo Yulia. “Durante los primeros ataques, mi vecina y yo nos escondimos en un sótano. Recuerdo que hubo varios ataques aéreos y las bombas cayeron cerca de nosotros”. Yulia continuó explicando que, cuando por fin cesó el primer bombardeo, eran casi las cuatro de la madrugada. Con la esperanza de que el bombardeo hubiera terminado, ella y su vecina salieron lentamente del sótano, para encontrarse con que todo había quedado diezmado. “Cuando salimos, vimos que no había ninguna construcción: fueron destruidas”.
Yulia compartió que a medida que continuaba la invasión, ella solía sentir dolor por una enfermedad sin tratar que padecía. Su hija y su nieto huyeron para ponerse a salvo, mientras que Yulia se quedó y cuidó a su esposo paralítico. Su provisión de alimentos era escasa y la electricidad estaba completamente cortada. Yulia no tenía idea de cómo sobrevivirían.
Yulia pasó meses escondida, sufriendo dolores intensos y el racionamiento de alimentos. Luego, un día de septiembre, unos soldados ucranianos llegaron a su puerta y pidieron ver sus documentos de identidad. Ellos le comunicaron que la ocupación había terminado y que era seguro para ella salir. “Fue un día realmente emotivo”, compartió Yulia. “No podía creer que habíamos sido liberados”.
No encontrar ningún otro lugar dónde ir
Yulia, como muchos otros que buscan tratarse en uno de nuestros hospitales móviles, llegó con una ambulancia local, ya que no tenía ningún otro lugar dónde ir. El hospital de su ciudad había sido cruelmente bombardeado durante la invasión, y ella necesitaba atención médica cuanto antes.
Cuando ingresó en la instalación (estratégicamente oculta entre la marea de edificios y casas en ruinas), Yulia fue llevada a la sala de emergencias. Allí, nuestros médicos y enfermeras de todo el mundo empezaron a examinar su estado. Su dolor era intolerable y la había enfermado al punto de que no podía hablar ni sentarse adecuadamente.
Yulia explicó que había consultado a un médico local en febrero, quien le dijo que tenía piedras en la vesícula, de un tamaño peligrosamente grande, que debían ser eliminadas. Sin embargo, antes de que pudiera programar la intervención, la guerra comenzó. Mientras ella hablaba, una preocupación silenciosa se apoderó de la sala: había estado al borde de una catástrofe médica por más de ocho meses.
Yulia necesitaba que quitaran las piedras de su vesícula lo antes posible. De lo contrario, podía infectarse y corría el riesgo de morir.
Experimentar un cuidado extraordinario
Horas después de llegar al Hospital Móvil de Emergencias de Samaritan’s Purse, Yulia recibió la cirugía crítica que había necesitado durante más de ocho meses. La atendieron con amor y compasión, y tuvo la oportunidad de contar su historia de sobrevivir a la ocupación.
Mientras se preparaba para ser dada de alta del hospital y regresar a lo que quedaba de su hogar, Yulia expresó su gratitud, diciendo: “Su cirujano tocó mi herida y me miró detenidamente. Me demostró su atención. Las enfermeras que tienen aquí son verdaderas hermanas de la misericordia. Nunca he experimentado esta clase de cuidado y de bondad”.
Continúa en oración
Para Yulia y para más de 3500 pacientes que recibieron atención en nuestro Hospital Móvil de Emergencias en el este de Ucrania, la instalación fue mucho más que un refugio para enfermedades físicas. El hospital se convirtió en un faro de luz para personas cuyas vidas habían quedado completamente destruidas por la oscuridad de la guerra. Más de 190 miembros del personal de Samaritan’s Purse se desplegaron con valor para servir en esta respuesta en Ucrania.
En localidades de toda Ucrania, el personal de Samaritan’s Purse (en colaboración con las iglesias locales), ha distribuido cerca de 45 000 toneladas de alimentos, ha atendido a más de 23 500 pacientes en múltiples instalaciones médicas y, en total, cuidado de más de 10 millones de personas en necesidad.
Te pedimos que sigas orando por las familias de Ucrania que han sido afectadas por esta guerra devastadora. Asimismo, ora por el personal de Samaritan’s Purse y por los increíbles compañeros de las iglesias que, día tras día, sirven a los indefensos.