Operation Christmas Child abre las puertas del Evangelio a los niños que nunca han oído antes del amor de Dios.
El salón estaba en silencio mientras los niños abrían sus cajas de regalos de Operation Christmas Child. No había gritos de entusiasmo, ni gritos de amigos para venir y ver los regalos dentro de las cajas.
Sin embargo, sus sonrisas eran tan grandes y luminosas que las expresiones verbales no se necesitaban para revelar el gozo desbordante de sus corazones.
“Me movió el corazón verlos tan felices. Es un regalo también para mí”, dijo Klaudia, quien enseña a un grupo de niños sordos en Opuwo, Namibia.
Los eventos evangelísticos de Operation Christmas Child marcaron la primera vez que los niños recibieron un regalo. Muchos niños pertenecen al grupo étnico Himba y vienen de familias de agricultores que viven en pequeñas chozas de lodo en aldeas aisladas.
Klaudia escuchó sobre los eventos evangelísticos mediante el pastor Rizera y su equipo regional, que empezó a alcanzar a los HImba para el Evangelio a través de Operation Christmas Child y La Gran Aventura desde hace seis años. Sus esfuerzos han resultado en varias iglesias de gnete Himba, personas que solían adorar a sus ancestros y a los espíritus.
Klaudia se entusiasmó para que sus estudiantes participaran en Operation Christmas Child porque quería que aprendieran del Evangelio y supieran que son hermosos a los ojos de Dios.
“Hoy se sintieron amados”, dijo. “Sonreirán toda la semana”.
Un nuevo comienzo
La clase de Klaudia es la única opción para niños sordos en Opuwo para recibir una educación a menos que viajen cerca de 10 horas a la capital, que no es una opción para estas familias empobrecidas.
Ninguno de los niños en la clase de Klaudia habían asistido a la escuela o tenido la oportunidad de aprender lenguaje de señas. Algunos estudiantes vienen como adolescentes, y han pasado toda su vida sintiéndose solos porque no podían comunicarse con familia o amigos.
Klaudia no es sorda y no tiene amigos o familiares sordos. Nunca había pensado en trabajar con niños sordos, pero Dios puso una carga en su corazón para alcanzar a este grupo marginado y supo que debía obedecer. Klaudia empezó a aprender lenguaje de señas y obtuvo un certificado educativo.
“Dios me llamó a esto”, dijo. “Es amor puro de mi corazón. Los niños me hacen sonreír y son mi todo”.
Dios está usando a Klaudia para mostrar Su amor a los niños que han sido abusados y tratados como marginados. Los niños sordos en la cultura Himba son vistos como discapacitados mentales e incapaces de aprender y funcionar como niños normales. Algunas veces se les considera malditos o se les culpa por lo que tienen.
“Las personas no creen que los niños sordos son como los demás”, dijo Klaudia. “Todos somos humanos, no hay diferencia”.
Por mucho que Klaudia quiera que sus estudiantes aprendan los fundamentos de leer y escribir, está más interesada en su condición espiritual. Ora fielmente para que sus estudiantes confíen en Dios y Su amor por ellos.
“Esto empezó aquí, hoy, con las cajas de regalos de Operation Christmas Child”, dijo.
Recibiendo a Cristo como Salvador
Kavari es uno de los muchos estudiantes que recibieron una caja de regalos este año. Antes de unirse a la clase de Klaudia, ayudó a cuidar del ganado de su familia. Nunca había ido a la escuela ni esperaba hacerlo.
Kavari no había conocido a otro niño sordo hasta que empezó a tomar las clases. Nunca lo invitaron a jugar los otros niños de la aldea por ser sordo. “A veces me pegaban y hostigaban”, dijo.
Pero ahora las cosas son diferentes en la escuela. “Me siento feliz y entusiasmado cuando veo que no soy el único sordo”, dijo. “Ahora puedo leer y escribir. La vida es mejor debido a la escuela”.
La familia y los amigos de la aldea de Kavari han cambiado también. Ven que no solo es capaz de aprender, sino que va bien en la escuela. “Mi familia sonríe cada vez que les muestro mis papeles de la escuela”, dijo Kavari.
Kavari se entusiasmó al ver los regalos dentro de la caja de Operation Christmas Child, especialmente el balón de fútbol. Sin embargo, no le emocionó tanto el juguete, sino el libro de La Gran Aventura. Además de oír el Evangelio antes de recibir su caja de regalos, los niños reciben un librito con 11 historias de las Escrituras que los invitan a seguir a Cristo.
Un día después del evento evangelístico Kavari ya estaba compartiendo las historias de su libro. “Estoy tan feliz de recibir el librito”, dijo. “Aprendí sobre la creación, cómo debemos amarnos y cómo los niños en la Biblia se emocionaron de ver a Dios”.
Las historias del librito se han convertido en más que historias para Kavari. Él sabe que son la verdad de Dios y que han cambiado su vida. “He decidido seguir a Jesús”, dijo.
Kavari dice que se alegra por ir a la iglesia con Klaudia y compartir su fe con otros.
“Quiero que otros acepten a Jesús en sus vidas”.
Por favor, ora por Klaudia, Kavari y todos los estudiantes de la escuela Opuwo. Pide a Dios que los atraiga a sí mismo más cada día.
Para saber más de cómo Dios usa Operation Christmas Child para cambiar vidas en Namibia lee esta historia.
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