Un equipo de cirujanos de Samaritan's Purse proveen cuidados ortopédicos que están cambiando las vidas de pacientes desesperados al sureste de África.
Henry ha provisto por su familia por años, dependiendo del balanceo constante y rítmico de su martillo. Arriba y abajo, adelante y atrás, el herrero ondea el martillo y fabrica artículos para vender en el mercado cercano a la aldea de Malawi.
Esta ha sido la única forma que conoce de ganarse el sustento, pero le fue arrebatada en el momento en que un carro lo golpeó una tarde que caminaba hacia su casa de regreso de su trabajo. Henry pasó dos semanas en el hospital solo para ser enviado a casa con el húmero fracturado (el hueso superior del brazo), ya que la cirugía ortopédica que necesitaba no estaba disponible.
Eso sucedió hace 18 agonizantes meses y sus aflicciones no han cesado. "Aún tengo dolor en el hueso", dijo Henry. "Esto ha sido muy duro".
Al perder su empleo, Henry ha tenido mucha dificultad en suplir las necesidades básicas de sus cuatro hijos, incluyendo su alimentación, vestimenta y gastos escolares. "Su calidad de vida ha disminuido", dijo Henry. "Ellos están sufriendo de muchas formas".
Henry está agradecido con los amigos que han ayudado a su familia lo mejor que pueden al proveerles a sus niños con los fondos para ir a la escuela. También ha recibido muchas oraciones de su iglesia. "Pese a que estamos sufriendo, podemos ver la mano de Dios. La iglesia nos ha motivado a nunca perder la esperanza. Un día, Dios hará maravillas".
Henry supo que Dios estaba obrando cuando escuchó sobre un equipo de cirugía ortopédica de World Medical Mission que Samaritan's Purse había enviado al Hospital Misionero Nkhoma. "Realizaron un gran trabajo y estoy muy contento. Muchísimas gracias", dijo él, después de la cirugía que corrigió su brazo.
Henry fue uno de los 23 pacientes que recibieron cuidados ortopédicos durante la semana que nuestro equipo estuvo en Malawi. La mayoría de los casos que nuestro equipo atendió eran difíciles e intensos, debido al tiempo que las personas llevaban sufriendo estas lesiones óseas.
"La falta de cirujanos ortopédicos y de equipo médico en el país han hecho todo más difícil", dijo el Dr. Dylan Nugent, director del equipo de cirujanos ortopédicos. "La cantidad de casos que pueden atender...es mínimo comparado al volumen abrumador".
El Dr. Nugent es un cirujano de Missouri y también participó en el programa de World Medical Mission llamado Post-residencia sirviendo en Corea. Vino a Malawi a ofrecer esperanza en el nombre de Jesús y para ser obediente al llamado de Dios en su vida de servir en las misiones médicas.
El Dr. Nugent demostró el amor de Dios a Henry al proveerle la necesaria cirugía por la que había esperado tanto tiempo. "Ahí es donde Jesús empieza, alcanzando a las personas a nivel físico", dijo él. "Somos solo un instrumento que abre puertas para el Evangelio".
El futuro está en juego
La caminata de 20 minutes de Shakira hacia su escuela siempre ha sido una ordinaria, pero gradualmente se convirtió en un obstáculo que amenazaba con arruinar su futuro.
La caminata de la casa a la escuela y viceversa se convirtió en algo muy difícil para la niña Shakira de 11 años, debido a una infección de hueso que tenía en su pierna izquierda y que estaba empeorado. El dolor era tan severo que Shakira ya no podía caminar y no tenía forma de ir a la escuela.
Después de un año de estar en casa y deseando desesperadamente regresar a la escuela, Shakira decidió valientemente intentar otra vez la caminata de 20 minutos.
Solo pudo asistir a la escuela por un par de semanas antes de que el dolor en su pierna y rodilla se convirtiera en uno insoportable. Nuevamente, ella se encontró confinada en casa. Su familia se dio cuenta que, a menos que Shakira sanara, no podría regresar a la escuela y sin educación, la posibilidad de una vida mejor desaparecería.
Marko estaba en una situación similar. Su papá Fimba pensó que su hijo perdería la oportunidad de tener una educación después de una herida en su brazo al caer de su bicicleta.
"Marko asistía a la escuela, jugaba y hacía de todo", dijo Fimba. "Ahora, él no puede ir a la escuela. Tiene mucho dolor en su brazo. Era muy doloroso para mí, como padre, el verlo así".
Fimba es un pobre granjero que lucha por proveer para su esposa y cuatro hijos. No hubiera podido realizar el viaje de cuatro horas a Nkhoma para la cirugía de su hijo si su hermano no le hubiera ofrecido llevarlo.
El equipo de Samaritan's Purse realizó las cirugías tanto de Marko como de Shakira para hacer posible su recuperación. Con esta sanidad física, ellos podrán regresar a la escuela y tener un mejor futuro.
La gracia de Dios sostiene
Moise huyó a Malawi para escapar de las peleas continuas e inestabilidad de su país de origen. Se unió a su hermana y cuñado Dennis, en un campamento de refugiados. Pese a que la amenaza inmediata de sus vidas disminuyó, no han sido libres de las luchas que enfrentan día a día dentro del campamento de refugio.
"No tenemos deseos en esta vida", dijo Dennis. "Siempre estamos luchando para tener algo que comer".
Además de todo esto, Moise, de 18 años, vive con una cabeza femoral deformada (parte superior del muslo), haciendo de cualquier movimiento uno muy difícil. Aún recuerda sus años de infancia cuando jugaba con otros niños y no podía alcanzarlos. "No puedo correr o caminar rápido. Tengo que usar muletas", dijo él.
Moise no tenía idea de cómo, o si una cirugía sería posible y se emocionó mucho de saber que nuestro equipo ortopédico podría realizar el procedimiento necesario. Se recuperó bien y mejoró muy rápido. "La pierna está bien, por la gracia de Dios", dijo él.
Moise espera un día poder compartir con otros la misma gracia y sanidad que él recibió. "Siempre he soñado con ser un doctor. Mi pasión es ayudar a otras personas con problemas como los míos".