Las cartas de niños de zonas rurales de Camboya revelan cómo llegaron a la fe después de recibir una caja de regalos de Operation Christmas Child y de participar en el programa de discipulado La Gran Aventura.
Cada año, millones de cajas de regalos de Operation Christmas Child son empacadas para niños y niñas con necesidades de todo el mundo. Muchas de las cajas incluyen un correo electrónico o una dirección postal con una invitación para que el niño responda la carta.
Si alguna vez has empacado una de esas cajas y desearías saber algo del niño que la recibió, permite que las siguientes cartas provenientes de Camboya te den ánimo sobre cómo Dios está usando cada caja de regalos empacada en oración para impulsar el Evangelio de Jesucristo.
De parte de Makara, un chico de 14 años
“Vivo en la aldea Trokeat de la provincia de Takeo, en Camboya. Me encantan los deportes y, en el futuro, quiero ser médico.
“Mis padres se divorciaron cuando tenía 9 años. Mi vida no tenía ninguna esperanza.
“Un día me invitaron a la Iglesia Bautista Nueva Vida en mi aldea. Vi que llegaban un montón de niños y se sentaban en bancos, por edades. Me preguntaba [¿de qué se trata todo esto?], pero me senté con ellos, también. Durante el evento, la maestra nos mostró un afiche sobre la creación.
“Ella mencionó que el hombre es la mejor creación de Dios, porque Él creó al hombre a Su propia imagen y amó [a las personas] como nosotros con todo Su corazón. Es por eso que debemos amar a los demás como a nosotros mismos, porque Dios es [el Padre de todos]. Yo estaba muy triste en ese momento, porque nunca sentí el amor de mis padres. Tenía el corazón hecho pedazos. Se me escapó una lagrimita de los ojos, pero la sequé antes de que mis amigos la vieran.
Niños y niñas de Camboya esperando el momento de poder abrir sus cajas llenas de regalos.
“Después de la clase, la maestra levantó la voz y nos dijo: ‘Tenemos una caja de regalos para cada uno de la clase’. Me sorprendí cuando levantó una tela y había muchas cajas debajo de ella. Todos dijeron: ‘¡Qué increíble!’.
“Ella nos repartió una caja de regalos a cada uno. Agarré la caja bien fuerte con mis manos. Empecé a abrirla con delicadeza. [Esta vez,] las lágrimas se me escaparon porque estaba súper emocionado. Había tantas pelotas, lápices y lapiceras, muchos autitos y camiones de juguete hermosos, un cuaderno, pantaloncitos cortos y una linda camiseta, ropa interior, un cepillo de dientes y una cartuchera, algo que nunca había tenido en mi vida.
”Ahora sé que Jesús está en mi corazón. Él siempre está en mi vida. Me da esperanza. Me da gozo; mi corazón está lleno de paz”.
“Mi corazón estaba lleno de felicidad. Me fijé en mi amigo, y todos estaban emocionados y felices, lanzaban fuertes gritos. Fue la experiencia más emocionante de mi vida. Me sentía lleno de gozo. Me sentía querido. Sentía el amor de la maestra, y ella me invitó a volver para la clase de discipulado La Gran Aventura al día siguiente.
“Al día siguiente, yo y mi otro amigo volvimos para La Gran Aventura. Durante la clase, reconocí que yo era un pecador. Siempre estaba enojado con mis padres, enojado conmigo mismo, e infeliz con todas las circunstancias de mi vida.
Muchos destinatarios de las cajas de regalos, como Makara y Lim, asisten a los cursos de discipulado La Gran Aventura en Camboya.
“Le he pedido perdón a Dios; le he pedido que venga a mi corazón, que me salve de mi pecado y que sea mi Salvador.
“Ahora sé que Jesús está en mi corazón. Él siempre está en mi vida. Me da esperanza. Me da gozo; mi corazón está lleno de paz. Siempre vuelvo a las clases de La Gran Aventura porque quiero saber de Él, quiero que Él me guíe según Su voluntad.
“¡Muchísimas gracias, Operation Christmas Child , por llevarme a Jesús!”.
De parte de Lim, una niña de 12 años
“Vivo en la aldea Somroung de la provincia de Kandal, Camboya. Amo andar en bicicleta. En el futuro, me gustaría ser maestra.
Cada niño recibe un ejemplar del folleto evangelístico La Gran Aventura, junto con su caja de regalos.
“Me emocioné mucho cuando me dieron la caja de regalos porque es el primer regalo que recibí en mi vida. Estaba tan emocionada que las lágrimas empezaron a fluir [ya que tenía] alegría en mi corazón. Cuando abrí mi caja de regalos, vi un montón de cosas con las que había soñado y que deseaba tener, como pinzas para el cabello, lápices, lápices de colores, muñecas, zapatos, una pulsera, un collar y un vestido hermoso. Nunca esperé tener todas estas cosas. Empecé a sentirme cuidada y querida por alguien que nunca había conocido.
“Gracias al curso de discipulado La Gran Aventura hice una declaración de fe en el Señor Jesucristo”.
“Al día siguiente, vine de nuevo a la Iglesia de la Comunidad Evangélica. Gracias al curso de discipulado La Gran Aventura hice una declaración de fe en el Señor Jesucristo. Mientras estudiaba, aprendí que Dios me busca cada día. Yo sabía que estaba perdida. Pedí perdón y lo acepté como mi Señor y Salvador, quiero conocer más de Él y de Su voluntad para mi vida. Mi historia favorita de la Biblia fue sobre cómo David pudo matar al león y a Goliat (1 Samuel 17).
“Muchas gracias por la caja de regalos. ¡Ustedes me han traído a Dios!”.
Tú puedes ser parte de cómo Dios está escribiendo historias como estas en las vidas de otros niños de todo el mundo. Empaca una caja de regalos e invita a tu iglesia o a tu grupo a hacer lo mismo. ¡Podrías recibir una carta como estas!
