Descubre por qué un voluntario camboyano de Operation Christmas Child está inspirado a servir y orar por los niños de su país.
Mientras los voluntarios colocan las cajas de regalos rojas y verdes en las manos ansiosas y extendidas de los niños —que no tienen ningún concepto de qué es un regalo, o el amor de Cristo—, un hombre que lleva puesta una camiseta con el logo de Operation Christmas Child observa en silencio, con una mirada reflexiva en su rostro.
“Cada vez que veo esto, me siento cautivado porque sé que el Evangelio cambió mi vida, y sé que el Evangelio cambiará la vida de ellos, también”, dijo Nisay*.

Nisay entrega las cajas de regalos en un evento evangelístico de Operation Christmas Child donde el Evangelio se comparte con claridad.
Nisay es el coordinador de oración de Operation Christmas Child en Camboya, puesto que toca una fibra sensible cuando ora por los niños que están dando los mismos pasos que él transitó hace años, antes de que escuchara sobre un Salvador que tenía un llamado para su vida. Ese llamado lo llevaría a convertirse en pastor, fundador de iglesias, el fundador de un orfanato, y asociado de Operation Christmas Child.
Con las cicatrices de un hogar roto
Su infancia fue enturbiada por el dolor que dominó la vida de su papá y el matrimonio de sus padres. El amor era un concepto que no existía para él. En lugar de ello, recuerda que su padre lo amenazaba intensamente. Nisay corría hasta que no podía más y, finalmente, pasaba la noche en un cementerio donde deseaba morir; cualquier cosa que le pusiera fin al sufrimiento de su vida. Cuando su padre falleció, él y sus hermanos se quedaron abruptamente sin hogar y se vieron obligados a vivir en las calles de Camboya, un destino que parecía peor que la muerte.
“En todas las casas, papá es el héroe, pero para mí era diferente”, relató Nisay. “En Camboya, los niños les tienen miedo a los fantasmas o al hombre de la bolsa, pero a mí esas cosas realmente no me asustaban. Lo que más miedo me daba a mí era mi papá”.

La imagen que tenía de su padre creó una idea cruel y distorsionada del amor. La restauración llegó mediante un amigo de la infancia que lo invitó a la iglesia, donde escuchó sobre el amor de un Padre, amor que él no tenía que ganarse, que no era vengativo ni amenazante, y era gratuito para todos.
“Fui lleno de un amor que nunca había experimentado”, dijo Nisay. “Me sentí abrigado porque sabía que Dios estaba en mi corazón. Desde ese momento, empecé a cantarle al Señor y a alabarlo”.
Crecer en la fe y encontrar un propósito
No hubo ningún cambio inmediato en su vida física después de que aceptó al Señor —todavía había luchas y dificultades—, pero él se dio cuenta que ya no estaba solo. Pronto, el pastor lo invitó a vivir en la iglesia y a liderar el grupo de jóvenes, pese a que él batallaba contra cuestiones de su pasado.
“Yo cuestionaba a Dios: ‘Dios, ¿por qué a mí? ¿Por qué tuve que nacer en una familia destruida?’”, relató Nisay. “Se lo pregunté al Señor muchas veces, y un día me di cuenta de que Dios me había permitido pasar por todo eso porque Él tenía un propósito para mí, y ese propósito era que compartiera el amor que tenía con otras personas en Camboya que lo necesitaban, como yo”.

Además de servir como coordinador de oración de Operation Christmas Child en Camboya, Nisay sirve como pastor y fundador de iglesias.
Fue a la facultad de teología y se convirtió en pastor; luego, regresó a Camboya para fundar iglesias en comunidades que necesitaban desesperadamente el Evangelio. Pero en su corazón seguía sintiéndose cautivado por los niños relegados a las calles, hasta que no una sino dos de las congregaciones que él había plantado se convirtieron en socios ministeriales de Operation Christmas Child y vio el impacto que producían las cajas de regalos. Comenzó a “orar sin cesar” (1 Tesalonicenses 5:17) por el éxito de Operation Christmas Child hasta que, finalmente, supo de una oportunidad para convertirse en el coordinador de oración del proyecto de Samaritan’s Purse en Camboya.

“Únicamente la oración podía cambiar la vida de nuestra gente. Nada más lo logrará, excepto la oración y el poder de Dios”.
“Únicamente la oración podía cambiar la vida de nuestra gente. Nada más lo logrará, excepto la oración y el poder de Dios”, dijo Nisay.
Transformamos un país de a una caja por vez
Sin embargo, la mayoría de los camboyanos observan otras religiones. Parece poco probable que una simple caja de regalos pudiera influir en las creencias que han sido heredadas generación tras generación durante miles de años, pero la vida de Nisay es un testimonio del hecho de que nada es imposible con Dios.
“Las cajas de regalos han cambiado las vidas de los niños de la comunidad, niños a los que en verdad no podíamos alcanzar… pero que, gracias a las cajas de regalos, pudimos establecer una conexión con ellos y llevarlos a la iglesia”, dijo Nisay.
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Las carcajadas flotan en el aire mientras él contempla a los niños desempaquetar el primero y único regalo que muchos de ellos recibirán en su vida, descubriendo el tesoro que hay adentro. Recorriendo la muchedumbre con la mirada, él observa a aquellos niños que están fascinados por el cuadernillo evangelístico El Mejor Regalo , que vino dentro de sus cajas de regalos, y lo sostienen con mucho cuidado en sus manos, mientras voltean delicadamente las páginas y absorben las ilustraciones coloridas de un hombre llamado Jesús, que ama a los niños pequeños como ellos.

Una caja repleta de regalos, divertida y personalizada, deleita a uno de los más de 1 500 000 niños que han recibido una caja de regalos de Operation Christmas Child desde el año 2000.
“Estoy tan feliz que se me llenan los ojos de lágrimas, pero estas lágrimas son distintas a las que tenía por causa de mi papá. Son lágrimas de gozo al ver que estos niños reciben una caja de regalos y, especialmente, porque experimentan el amor de Cristo”, confesó Nisay. “Sigan orando para que Dios no solo abra la puerta para Camboya, sino para que abra el corazón de cada niño”.
Vivir una vida completamente redimida
Estar parado aquí, el día de hoy, regalándoles a los niños la esperanza de Cristo en forma de una caja de regalos e invitándolos al curso de discipulado de Samaritan’s Purse, La Gran Aventura, superó sus sueños más descabellados de un niño que vivía en la fosa de la vida, abandonado al costado del camino. No tenía idea de que Dios no lo había olvidado, sino que lo amaba tal como él era, y que tenía planes increíbles para usarlo para promover el reino de los cielos en Camboya.
“Porque ustedes empacaron las cajas de regalos, ellos pueden escuchar el Evangelio”.
“Ustedes no conocen a estos niños, pero yo sé que un día los verán en el Cielo, y ellos les darán las gracias”, dijo Nisay. “Porque ustedes empacaron las cajas de regalos, ellos pueden escuchar el Evangelio”.

Por favor, ora por nuestros equipos nacionales de liderazgo voluntario que están en los países que reciben las cajas de regalos. Pídele a Dios que los fortalezca y potencie sus esfuerzos por compartir el Evangelio con los niños por medio de las cajas de regalos.
¡Todavía hay tiempo para empacar una caja de regalos! La semana nacional de recolección tendrá lugar en apenas tres semanas. Se abrirán puntos de entrega en todo el país del 17-24 de noviembre para recibir las cajas de regalos que has empacado con devoción para los niños necesitados.
*Nombre cambiado por seguridad






