Los voluntarios de Samaritan’s Purse ayudaron a más de 30 propietarios en el noreste de Arkansas después que un tornado pasó por el área.
La vida de Connie Carter consiste en ayudar a la gente. Durante los últimos 40 años, toda su carrera profesional se ha dedicado a ayudar a los ancianos. Y siempre está ayudando a la comunidad, desde ver que todo vaya bien cuando alguien no está en casa a llevar contendedores de basura a la calle para los vecinos más ancianos.
Pero cuando un reciente torrando barrió por Trumann, Arkansas, Connie descubrió, a pesar de su frustración, que ahora ella necesitaba ayuda. Su movilidad es limitada debido a muchas cirugías en su brazo y su hombro, lo que le causó dolor el poder limpiar los escombros en su patio después de la fuerte tormenta.
Connie no podía creer que los voluntarios de Samaritan’s Purse vinieran de todo el país a servirla a ella y a otros en Trumann. No solo nuestro equipo ayudó a limpiar el patio, sino que le ofrecieron ánimo espiritual mientras ella se condolía por tantos en su pueblo que también están sufriendo por la tormenta.
“Me pasé tres días llorando. Hoy es el día que no he llorado”, dijo Connie.
Nuestro equipo también trabajó en el hogar de la vecina de Connie, Donna Brown, que asiste a la iglesia bautista Maple Grove que sirvió como base de nuestro despliegue de ayuda. Donna conduce un ministerio de recuperación de adicciones y es un increíble recurso, pues tiene su propia historia de cómo la gracia de Dios le ayudó a salir de su adicción de drogas y alcohol.
Como Connie, Donna ha vivido en Trumann toda su vida y es casi imposible soportar ver cómo las familias que ama están sufriendo. “Me parte el corazón”, dijo. “Crecí en este pueblo y mi calle está destruida”.
Donna agradeció a Samaritan’s Purse una y otra vez por venir al noreste de Arkansas en un tiempo de tanta necesidad. “No saben cuánto significa”.
“Dios estuvo con nosotros”
Connie compartió que en los días siguientes al tornado lloraba cada vez que caminaba por su calle, pues fue de las áreas más afectadas en Trumann. Vio los escombros de casas amadas ser retiradas por máquinas pues no había nada digno de salvar.
Supo de una joven pareja que, unos segundos después de refugiarse en la bañera con su bebita de ocho meses, se encontraron en la misma bañera, pero en medio de la calle, pues la increíble fuerza del tornado los lanzó fuera de la casa.
Connie también supo de amigos como Delbert y Doris Reeves, otra familia de la calle que también recibieron ayuda de los voluntarios de Samaritan’s Purse que sirven en el nombre de Jesús.
“Me esperé hasta el último segundo para meterme en la bañera. Casi me lleva. Logré cerrar la puerta pues muchas cosas golpeaban la casa”, dijo Delbert.
La tormenta dejó un enorme hoyo en el techo directamente arriba del dormitorio de la pareja, lo que hizo que el techo cayera sobre la cama.
Delbert da el crédito a Dios por mantenerlos despiertos esa noche, por lo que estaban alertas durante la tormenta. Si se hubieran dormido “hubiéramos despertado de un modo rudo”, dijo”. “Dios estuvo con nosotros esa noche”.
Nuestros voluntarios pusieron una lona sobre el techo de los Reeves y ayudaron a remover el escombro del patio.
“No sabes cuántos te aman hasta que algo así pasa”, dijo Doris. “Lo que ustedes hacen es increíble”.
Tristemente, no es la primera vez que el desastre golpea cerca el hogar de Doris, pues dijo que tanto su abuela como una tía murieron por un tornado años atrás. Doris nunca esperó que tendría que vivir el trauma y el dolor de otro tornado.
Devolver el favor
Alabamos a Dios por los voluntarios que están dispuestos a servir a los que se duelen en medio de un desastre natural. Tuvimos más de 90 voluntarios que vinieron a Arkansas, trabajo que concluyó el 18 de diciembre.
Jeff Watson, pastor asociado de la iglesia Rock Church en Jonesboro, Arkansas, se unió a varios de sus miembros para ser voluntario en Trumann. Jeff ha estado listo para servir con Samaritan’s Purse desde que un ejército de camisetas anaranjadas apareció en su hogar el año pasado cuando un tornado devastó Jonesboro.
Jeff, su esposa y una vecina de edad avanzada se arrinconaron en el baño y oraron. “No habíamos ni dicho ‘Jesús’ cuando oí cosas caer en la casa. Fue terrible. Pero no teníamos miedo. Creemos en Jesús”.
“El Señor confirmó Su Palabra de nunca dejarnos ni abandonarnos. Ahí estuvo, y la paz que sobrepasa todo entendimiento llenó el lugar”.
Paredes enteras se cayeron en casa de Jeff y muchas posesiones personales terminaron inservibles. Jeff recuerda caminar alrededor sin idea de dónde, o cómo empezar a levantar las piezas. Pero también recuerda la mañana que aparecieron nuestros voluntarios.
“Levanté la vista y vi a la iglesia. Traían camisetas anaranjadas”, dijo Jeff. “Mi primer pensamiento fue: Qué bueno es Dios. Es una bendición ser parte Su gran familia. No sé que hubiera hecho sin mis hermanos y hermanas en Cristo ese día.
Jeff se ofreció como voluntario en Trumann porque quiso animar a las familias que andan por el mismo complicado camino por el que él anduvo el año pasado. Y porque quiso devolver el favor.
“Me siento honrado en portar esta camiseta anaranjada. Soy un voluntario de Samaritan’s Purse porque sé lo que se siente como propietario el ver estas camisetas anaranjadas aparecer” dijo. “De no tener esperanza pasas a tenerla. La esperanza se restaura. Soy voluntario porque quiero ayudar a mantener esa esperanza viva”.
"Soy voluntario porque quiero ayudar a mantener esa esperanza viva”.
Jeff y nuestros voluntarios trabajan duro para ayudar a Delbert y Doris, Connie y Donna y otros en esa calle. Han compartido oraciones y ánimo de la Palabra de Dios.
“No sé cuántas personas en esta calle son creyentes, pero les garantizo que están viendo a Jesús ser honrado”.