En el mar de Bering, una iglesia surge en Nunivak, azotada por los vientos.
Más de 200 voluntarios de Samaritan’s Purse de 26 estados construyen una iglesia en la remota isla de Nunivak este verano. El sitio de construcción se encuentra en la frontera de la aldea nativa de Mekoryuk, el único yacimiento en la isla cubierta de tundra en Alaska.
Las personas que hablan cup’ig han vivido en Nunivak, la segunda isla más grande del mar de Bering, por 2000 años. A unos 50 kilómetros de la tierra firme en Alaska, lo apartado y la geografía de la isla ha permitido que la gente, que se autonombra Nuniwarmiut, conserven su cultura tradicional incluso en el siglo XX. No había un puesto comercial en la isla antes de 1920. El Evangelio se enraizó aquí a mediados de 1930, con conversiones masivas que se dieron por la predicación del misionero Inupiaq, Jacob Kenick.
A principios de 1960, se construyó el actual edificio. Aunque sirvió fielmente su propósito, las instalaciones son difíciles de calentar y estaba con reparaciones necesarias. La estructura existente no es tan grande ni diseñada para acomodar el robusto ministerio de la congregación con sus niños y jóvenes. Aunque la población de la aldea es de 200, cerca de 50 niños en edad escolar participan en la Escuela Dominical y otros programas.
Debido a esta necesidad y como respuesta a muchas oraciones, nuestro equipo de proyectos de North American Ministries decidió construir una iglesia más grande y nueva para la congregación Mekoryuk.
La aldea anticipa el nuevo espacio de adoración y ministerio
El trabajo empezó a finales de mayo este año con los primeros miembros del personal llegando para “acampar” en la escuela local, quitar la nieve del lugar y descargar una barca con toneladas de materiales y equipos, incluyendo un camión de volteo y un manipulador telescópico.
La bien construida iglesia tendrá un santuario, un salón social, una oficina para el pastor, tres salones, una entrada con rampa y más. Construida sobre cimientos triodéticos para soportar las heladas, la iglesia debe durar unos 100 años.
“Dios puede usar este nuevo edificio para que los jóvenes aprenden más de la Palabra”, dijo Bea Kiokun, una líder de iglesia y madre de tres niños de 10, 12 y 14 años.
Steven Whitman, vicepresidente del consejo tribal de la aldea Mekoryuk, ve esta nueva iglesia como central para que todo el año se reúnan los jóvenes y para el uso de todos en la aldea, especialmente para eventos como bodas y funerales. “Tener una nueva iglesia es importante para nuestra comunidad”, dijo.
Los voluntarios alegremente viajan al norte
Los equipos de voluntarios de Samaritan’s Purse están ocupados para completar este proyecto de 16 semanas (17 de junio al 7 de octubre) que finalizará con un servicio de dedicación de estas instalaciones a principio de octubre. Nuestro servicio de Mission Aviation juega un rol crucial de principio a fin, pues llevan personal y voluntarios dos veces a la semana desde nuestra base en Soldotna, a unos ochocientos kilómetros de vuelo en la península Kenai en Alaska.
Brent Baumann de Great Falls, Montana, es uno de los voluntarios que viajó al norte de Alaska para trabajar en la iglesia. Su trasfondo como campeón de jinete en rodeo y profesional en el laso jugaron un rol clave para colocar entramados en el techo.
“Me siento muy cómodo con una cuerda en mis manos”, dijo y describió el vuelo de estas estructuras de madera con cuerdas y poleas.
Baumann, también geólogo, trabajó en una mina grande en el norte de Alaska durante algunos años y comprende los desafíos en las regiones remotas. Conoce la aldea y especialmente a los miembros de la iglesia, y aprecia los esfuerzos de los voluntarios que vienen de tan lejos para ayudar en el nombre de Jesús.
“Es una tremenda respuesta a la oración”, dijo Baumann. “Significa mucho para ellos. Mira lo que Dios ha hecho”.
Doug Fagley de Millville, Delaware, ayudó a Samaritan’s Purse a construir una nueva iglesia en Dillingham, Alaska, en 2019, y regresó este año para ser voluntario en Mekoryuk. “Me gustan los proyectos de construcción”, dijo . “Hago gabinetes por oficio. Puedo cortar y ensamblar”.
Dice que admira cómo los equipos de Samaritan’s Purse prestan mucha atención a la calidad de los materiales y el trabajo, pero también cuidan que haya tiempo para cultivar relaciones en la aldea. “Se enfocan en Jesús. Si se hace, se hace bien”.
Algunos regresan año tras año
Otros son voluntarios que repiten esto cada año, ahora en la isla Nunivak, como Mark Atcherson de Dagsboro, Delaware. Es su cuarto viaje de construcción con Samaritan’s Purse a Alaska. La camaradería, comunión y gracia que ha experimentado entre los voluntarios es una de las razones por las que regresa.
También ha llegado a amar este estado fronterizo y a su gente. Al hablar de creyentes nativos que ha conocido en Mekoryuk este año, y en Koyuk el año pasado, y otros lugares, dice: “Viven con poco, pero aman al Señor profundamente”.
Jon Austin de Evansville, Indiana, ha servido varias veces en Alaska; también ha sido voluntario con U.S. Disaster Relief en Florida, Tennessee, Luisiana, Kentucky y Oklahoma. Vino a Mekoryuk a finales de junio y principios de julio este año. Además de construir, vino a dirigir la alabanza para los jóvenes un domingo por la noche.
“Me encanta estar con ellos”, dijo John de sus compañeros voluntarios. “Debemos construir un edificio, pero estamos aquí para construir el reino de Dios. Así lo vemos”.
Jon ha disfrutado tanto sus experiencias con Samaritan’s Purse que invitó a otro amigo de Evansville, Tom Kempf, para acompañarlo este año. La respuesta de Tom fue sencilla: “Dije: ‘Puedo hacerlo’. Siempre me ha gustado ayudar a otros”. Recién jubilado, Tom viajó a Alaska con Jon este verano, su primer viaje misionero, y se siente bendecido. “El equipo, los trabajadores, y cómo nos cuidan es sorprendente”, dijo.
El líder de Samaritan’s Purse, Russ Richardson, ha estado en Mekoryuk desde el primer día en el proyecto. Le alegra contar a los voluntarios, sea su primera vez sirviendo o varias veces en Alaska: “Gracias por obedecer a Dios y tomar el avión para venir”.
La construcción lleva a dar testimonio en la última frontera
A pesar del viento, el frio, la lluvia, la nieve, los mosquitos, la arena y otros desafíos, el trabajo sigue. Aunque nuestros voluntarios siguen enfocados en la construcción de la iglesia y los toques finales, también sirven a los miembros de la comunidad con proyectos de reparación en la aldea. Muchas semanas, ha dirigido los servicios los domingos también.
A final de cuentas, todos nuestros esfuerzos en Mekoryuk crean una plataforma de relaciones y conversaciones en que personal y voluntarios señalan a las Buenas Nuevas del Señor Jesucristo.
Edward Kiokun, el esposo de Bea, es un miembro del consejo y presidente del consejo tribal. “Agradezco que Samaritan’s Purse venga para construir el edifcio”, dijo. “Mi esperanza principal y oración personal es que los voluntairos puedan alcanzar a las personas en la aldea, a los que nosotros no podemos”.
Por favor, ora por la iglesia en Mekoryuk para que enseñen con fidelidad la Palabra de Dios para jóvenes y ancianos y los muchos en la aldea que abrazan el Evangelio. Ora para que el nuevo edificio se llene de adoración alegre. Ora porque el personal y los voluntarios de Samaritan’s Purse terminen de consturir el proyecto a tiempo y tengan oportunidades para compartir el amor del Señor Jesucristo en palabra y hecho con todos los que están en la isla Nunivak.
El trabajo en Mekoryuk representa el proyecto 36 que Samaritan’s Purse ha hecho en Alaska desde 2006.