Los voluntarios continúan sirviendo en el nombre de Jesús, en Arkansas y otros lugares.
ACTUALIZACIÓN del 17 de abril: Por favor, sigue orando por el trabajo de North American Ministries después de estos tornados. Samaritan’s Purse está ahora respondiendo en Wynne, Arkansas, el sitio donde hubo un tornado EF3 el 31 de marzo. Los voluntarios comenzaron a servir allí el 13 de abril. También estamos sirviendo ahora en Savannah (Tennessee), para incluir los condados de Hardin, McNairy y Wayne, donde otro tornado EF3 dañó hogares y derribó árboles el mismo día. Hemos concluido nuestros despliegues tanto en Covington (Tennessee) como en Sullivan County (Indiana). Nuestra labor en Little Rock y en los dos lugares de Mississippi continúa.
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Lorena Tobias oró por los habitantes de Mississippi el día después que los tornados azotaron sus ciudades. Solo una semana más tarde, mientras ella y sus tres hijos se acurrucaban en el baño del vestíbulo de su casa en Sherwood, Arkansas, deseó que alguien estuviera orando por ellos.
“Mi esposo llamó desde el trabajo y dijo: ‘Métanse en el baño. Está yendo para allá’”, relató ella. “Fue apenas unos segundos antes de que nos golpeara”.
Las puertas hacia el exterior se abrieron de golpe por la presión. Se les taponaron los oídos. Las raíces superficiales de los hermosos robles de su jardín contribuyeron al medio minuto más aterrador en la vida de Lorena.
“Era como el sonido del latido del corazón”, dijo ella describiendo el pulso destructivo del tornado de categoría EF3, que golpeó la tarde del 31 de marzo. “Eso es lo que recuerdo. Como un latido. Y un estruendo fuerte. El estruendo más grande que escuché en mi vida”.
El gran estruendo fueron esos tres nogales desprendiéndose de la tierra empapada tras varios días de lluvias. Dos de los árboles se desplomaron sobre las esquinas de la casa.
“Gracias a Jesús, todavía estamos vivos”, dijo.
“Era como el sonido del latido del corazón. Eso es lo que recuerdo. Como un latido. Gracias a Jesús todavía estamos vivos. Y le doy gracias a Jesús por todos ustedes”.
El tornado fue uno de las decenas de tornados que se generaron en una franja de poderosas tormentas eléctricas que se extendieron por varios estados, el 31 de marzo y durante el resto del fin de semana. Decenas de personas perdieron la vida.
Samaritan’s Purse desplegó rápidamente los equipos de ayuda para desastres en Arkansas, Tennessee e Indiana. Ya estábamos trabajando en Mississippi, donde tornados anteriores causaron destrucción desde el Delta del Mississippi hasta Armory, una comunidad cerca del límite estatal de Alabama.
Cientos y cientos de voluntarios han respondido en cinco localidades (y ahora ahora en una sexta y una séptima; ver la actualización abajo). Trabajan arduamente cortando árboles grandes, limpiando los escombros de los jardines y aportando el ministerio de presencia para los propietarios cuyas vidas fueron sacudidas en los apenas segundos que tarda un tornado en causar tanta destrucción.
El trabajo voluntario después de los tornados
Angie Moore y su hija Brianna, habitantes de Arkansas, son solo dos de las voluntarias que salieron a servir. Ellas ayudaron en la casa de Lorena. “Hablamos sobre ir a trabajar voluntariamente a Mississippi”, dijo Angie, voluntaria por primera vez con Samaritan’s Purse. Pero cuando los tornados azotaron su estado natal, ella y Brianna decidieron ayudar a sus vecinos de Sherwood. “Ha sido muy significativo ayudar a estas familias, ser representantes de Cristo para ellos, y poder hacerlo con mi hija”.
Brianna dijo que la mayor parte de su trabajo fue limpiar las ramas y los escombros, pero que espera adquirir habilidades avanzadas para futuros despliegues. Lo más importante de haber sido una voluntaria en este viaje, dijo, fue ver cómo impacta la obra desinteresada a las personas que ayudaron: “He aprendido que puedes extender el Evangelio ayudando a otros. A personas que no conocías hasta unos minutos antes”.
La ayuda de los “desconocidos”
Lorena y su esposo Rey tuvieron que adaptarse a la idea de que unos desconocidos se presentaran para ayudarlos. Les parecían ciertamente sospechosas nuestras intenciones cuando nos ofrecimos a ayudar. Dijeron que otras familias les habían advertido que fueran precavidos con las cuadrillas de trabajo y de no ser objeto de estafas.
Sin embargo, desde el momento que nuestros asesores llegaron, hasta cuando nuestro equipo terminó de desmontar los grandes robles de la casa y del jardín, los Tobias pudieron ganar confianza en que nuestros voluntarios estaban simplemente para servirlos como las manos y los pies de Jesucristo.
“He aprendido que puedes extender el Evangelio ayudando a otros. A personas que no conocías hasta unos minutos antes”.
“Le doy gracias a Jesús por todos ustedes”, dijo Lorena después que nuestro equipo le regaló a la pareja una Biblia de Estudio Billy Graham especial, firmada en la primera página por los voluntarios. “No sé qué hubiéramos hecho. Todavía tendríamos los árboles dentro de nuestra casa. Gracias a Dios por ustedes”.
Justo a tiempo en Tennessee
A las pocas horas de la tormenta, Samaritan’s Purse estaba evaluando los daños cerca de Little Rock (Arkansas); en Covington (Tennessee), al norte de Memphis; y en Sullivan County (Indiana).
“Granizó durante un instante. Luego, paró”, dijo una residente de Covington (Tennesee), Aleasha Cox, quien se acurrucó en el baño de su casa rodante con su hijo de 13 años de edad. “Luego de eso, las sirenas estallaron”.
El tornado que derribó muchos árboles grandes en su comunidad causó una trayectoria de casi dos kilómetros de ancho a lo largo de la zona. Árboles enormes habían caído alrededor de su casa. Estaba agradecida de que la limpieza fuera la mayor preocupación para ella y para sus vecinos.
“Dios nos protegió”, dijo Aleasha. “Recuerdo que después oré: ‘Dios, por favor, ayúdame. No puedo hacerlo sola’”.
Se enteró de Samaritan’s Purse por una amiga que le dijo que nos llamara.
“Así que los llamé”, recordó mientras observaba, asombrada, que más de una docena de voluntarios con camisetas naranja rápidamente cortaban maderas y troncos para que fueran apilados por los operarios de nuestros minicargadores. “No sabía qué esperar. Mi amiga dijo: ‘Si te dijeron que van a ir, irán’. Y ustedes lo hicieron. ¡Y, además, aparecieron justo a tiempo!”.