Samaritan’s Purse y nuestros colaboradores proveen ayuda a las mujeres que viven en áreas de conflicto para recordarles que Dios no las ha olvidado.
El calor en el invierno es una necesidad básica que muchas mujeres en Ucrania no tienen mientras luchan por las vidas de sus hijos y sus comunidades. Juntas, enfrentan el crudo invierno. Algunas viven en hogares dañados por la guerra. Otras pasan horas en refugios subterráneos debido a los bombardeos.
Samaritan’s Purse responde al proveer de estufas de leña y combustible para proveer esperanza a quienes se han cansado, pero aún viven en la línea de fuego.
Lera*, de casi 50 años, vive en la misma aldea en el este de Ucrania donde nació y creció. Las tropas invasoras ocupan su aldea desde hace casi dos años, y destruyeron las plantas de energía en su camino. Esto dejó a la aldea sin electricidad ni agua. Incluso los anaqueles en las tiendas se encuentran vacíos.
“Estamos muy agradecidos. Esta estufa ayuda en mucho”.
Con la ayuda de un vecino, Lera aseguró un poco de trigo de una cosecha que lograron antes de la ocupación. Molió el trigo para hacer harina y lo escondió para usarlo gradualmente. Aunque podía encontrar un poco de esto y aquello, podía todavía hornear pan para ella y su comunidad. Esto era importante para el sostenimiento de su primer hijo, a quien traía en sus entrañas mientras la guerra seguía.
Las fuerzas ucranianas liberaron la aldea de Lera en 2022, pero el sabor de la victoria se desvaneció por la amenaza constante de artillería. Las bombas dañaron su casa, incluso sus ventanas, su techo y la chimenea. En esta casa semi-destruida dio a luz a su hijo, Andrii*.
Cuando Samaritan’s Purse le trajo una estufa de leña y combustible para su nueva familia, Lera dijo: “Hemos vuelto a la vida”. Ahora el niño, que ya camina, puede jugar cómodamente dentro de la casa.
“Estamos muy agradecidos”, dijo. “Esta estufa ayuda en mucho”.
Esta nueva casa caliente le trae seguridad y estabilidad en donde no hay casi nada.
Prevenir la recolección de leña
En otra región en el frente está un puñado de cuatro aldeas. Antes había 1300 personas fuertes, hoy solo quedan 400. Olga* y otras mujeres siguen en esta resiliente comunidad donde crecieron juntas, y ayudaban a sus padres en los campos y con los animales. Sus vidas giraban alrededor del trabajo, la familia y la bella naturaleza que las rodeaba, hasta que la guerra llegó a su puerta.
Ahora, no pueden ni siquiera ir a los bosques a buscar leña porque se arriesgan a pisar una mina. Estos objetos amenazan desmembrar a los que por ahí caminan.
Olga debe ahora enviar a sus vacas a pastar en pequeños grupos. Algunas se quedan; otras se van. De ese modo, si las vacas no regresan, no ha perdido todas.
Su familia vive dentro y fuera de refugios, y busca maneras de ocupar a sus hijos con juegos, pasatiempos y la escuela en línea mientras la guerra sigue. A pesar de estos desafíos, Olga dice que sus hijos la animan a seguir adelante.
Cada día, los miembros de la comunidad de Olga se unen más, y están al pendiente el uno del otro; sobre todo, ven que los más ancianos reciban comida y agua. Quieren desesperadamente que la guerra termine y que los sonidos del conflicto enmudezcan, pero mientras eso pasa, siguen juntos y hacia adelante.
Cerrar y abrir los ojos
Por valientes mujeres como Lera y Olga, los colaboradores de Samaritan’s Purse viajan a las zonas de conflicto con estufas, madera y la esperanza que solo se encuentra en Jesucristo.
“Sin Dios, ninguno de estos viajes habría sucedido”, dijo Kateryina*, una de nuestras colaboradoras”. “Hemos vuelto seis veces a casa solo por la gracia de Dios”.
Dijo: “Hemos ido a lugares donde el enemigo debía habernos visto, pero Dios cerró sus ojos”.
Al mismo tiempo, Dios está abriendo los ojos de los desesperados ucranianos a Su Amor durante este tiempo de necesidad. Desde el inicio de la guerra, Samaritan’s Purse ha provisto más de 11 900 estufas y 17 500 cargamentos de leña a los ucranianos. Por favor, ora que encuentren paz en Dios en medio del sufrimiento, y que este conflicto termine pronto.