Samaritan's Purse brinda educación, refugio, artículos de primera necesidad, cuidados en amor, y mucho más, para niños en riesgo en todo el mundo. Lee y mira estas historias de Liberia y Vietnam.

Millones de niños y niñas viven en la pobreza, enfrentando a diario los riesgos que conllevan el hambre, la violencia y la explotación. Es por eso que Samaritan’s Purse trabaja arduamente en lugares difíciles, para cubrir las necesidades de estos niños en crisis.

Tenemos proyectos para servir a las familias que sufren y a los jóvenes vulnerables en todo el mundo, ayudándolos siempre en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, quien con Sus propias palabras nos recuerda: “Dejen que los niños vengan a mí; no se lo impidan, porque el reino de Dios es de quienes son como ellos” (Marcos 10:14).

Este año estamos haciendo énfasis en nuestra labor con los niños de Vietnam y Liberia. En Vietnam proveemos para los niños huérfanos y abandonados que están en los centros de servicios sociales. También sostenemos una escuela de cocina que ofrece a los jóvenes de zonas alejadas con oportunidades para aprender habilidades que les cambian la vida. Muchos de estos estudiantes provienen de entornos empobrecidos.

En Liberia, brindamos educación y formación a los niños con necesidades especiales; también generamos entornos seguros para que estos jóvenes puedan aprender y desarrollarse. Si no fueran cuidados por nuestras iglesias asociadas, dichos niños y niñas podrían ser abandonados, marginados o abusados.

El amor llega muy lejos

En un centro de asistencia social del norte de Vietnam, las risas resuenan en los pasillos cuando decenas de niños ríen mientras suben las escaleras para asistir a la clase de inglés que enseña Samaritan’s Purse. No siempre hay tanta alegría en el centro al que decenas de huérfanos y niños vulnerables consideran su hogar. Pero, hoy, la expectación es palpable mientras los maestros se preparan para la clase.

Ninguno de los niños está más entusiasmado que Manh.

Cuando era un bebé, Manh fue abandonado en la entrada del centro; pesaba cinco libras (menos de dos kilos y medio). Nunca conoció a sus padres ni su fecha de nacimiento; ni siquiera, su verdadero nombre. Durante la infancia, sufrió constantes problemas de salud porque nació prematuro. Además, a menudo era ignorado por sus compañeros.

Manh (que ahora tiene 15 años), ha visto que muchos de sus amigos fueron adoptados por hogares amorosos, mientras que él sigue en el centro. También ha visto a muchas organizaciones ir y venir, pero ninguna ha influenciado su vida como Samaritan’s Purse.

“Los cambios que hay en mí y en mis amigos no son solo por los métodos de aprendizaje o las actividades; pienso que una parte crucial se debe al amor y al cuidado del personal de Samaritan's Purse”, dijo Manh. “Los chicos huérfanos como nosotros somos muy susceptibles al amor. Sabemos inmediatamente cuándo alguien se nos acerca con un corazón sincero, y podemos sentirlo de parte del personal de Samaritan’s Purse”.

En el centro de Manh, así como en otros distribuidos por Vietnam, brindamos educación básica y apoyo emocional a casi 70 niños en riesgo. Donde no hay tales centros, los niños suelen tener que trabajar en lugar de ir a la escuela. Nuestros equipos enseñan inglés, habilidades sociales importantes como la oratoria y la gestión de emociones, y ofrecemos oportunidades de becas para los estudiantes mayores que están en la transición hacia la vida universitaria.

Tua (18 años) recibió una beca de Samaritan’s Purse para ir a la universidad en Hanoi. A pesar de que ahora vive en la capital, suele regresar al centro para ver a sus viejos amigos y participar del club de inglés.

“Ser admitido en el centro de protección y recibir una beca me dio las oportunidades para tener una vida mejor”, dijo Tua. “Las habilidades que aprendí allí también me sirvieron mucho en el ámbito universitario”. Él llegó al centro con solo cinco años de edad, después de haber perdido a ambos padres: su padre falleció en un accidente automovilístico y su madre, fulminada por un rayo.

Además de la educación, nuestros equipos también ofrecen diversos programas de apoyo, ya que los niños muchas veces están desorientados, frustrados o traumatizados por su pasado. Nuestro equipo de maestros y terapeutas calificados los guían a atravesar problemas importantes, mediante charlas individuales y actividades grupales. Durante el proceso, a cada niño se le recuerda que su identidad no está determinada por lo que le pasó, sino en el valor que Dios le ha dado.

“Lo mejor que aprendí aquí es el amor”, continuó Tua. “Lo aprendí a través del cuidado y del cariño que me demostró Samaritan’s Purse”.

Lieu (17 años) también llegó al centro a una edad temprana. Luego de que sus padres murieran cuando tenía 7 años, Lieu empezó a faltar a la escuela para ir a trabajar en los campos escalonados de arroz de su abuela. Ahora, Lieu puede aprender y crecer mirando al futuro con esperanza, gracias al apoyo de los programas de enriquecimiento.

A través del “Buddy Club,” el plan de estudios de Samaritan’s Purse, Lieu ahora tiene más confianza en quién es ella y de qué forma se comunica.

“Antes de venir aquí, mi vida era difícil. Pero desde que me mudé, mi vida ha mejorado considerablemente”, dijo Lieu. “El personal del proyecto de Samaritan’s Purse me ha enseñado muchas habilidades necesarias como de qué manera mostrar afecto y compasión por los demás”.

Señas de amor para personas con discapacidad auditiva

Sally se concentra como un láser en la tela que pasa por su máquina. Está haciendo un vestido, dice, mientras le explica a un intérprete con la seña para “vestido”. Luego, hace el trabajo rápido de una puntada recta usando su máquina de coser a pedal.

Hoy está aprendiendo a cortar y hacer un dobladillo. Estas clases que duran una hora se dan al final de cada día, luego de las clases donde aprenden a leer, escribir, matemáticas y otros temas, que incluyen lecciones bíblicas.

El Evangelio es primordial para el plan de estudios de la escuela Hope for the Deaf (Esperanza para los sordos), que sostiene Samaritan’s Purse. Los alumnos como Sally aprenden cómo fueron creados por Dios a Su imagen. Escuchan sobre la verdad del amor de Dios, que les fue demostrado a través de Jesucristo.

Estas verdades que cambian vidas están transformando el corazón y el futuro de los niños con discapacidad auditiva provenientes del interior de Liberia. A muchos niños nacidos con ceguera, discapacidad auditiva, labio leporino y otras discapacidades se los trata como si estuvieran malditos. Los marginan y los expulsan. Sin embargo, escuelas como Hope for the Deaf están cambiando las vidas de los jóvenes y moldeando la mentalidad sobre las discapacidades que hay en este país. Sin dichos programas, estas jóvenes vidas están en riesgo de muchas formas de explotación, violencia y desamparo.

Sally desea ser una modista. En su contexto, esto es maravilloso.

“Mis padres no tienen dinero para ayudarme. Y allá a nadie le importa, porque soy sorda”, dijo Sally. “Gracias a Dios que la escuela me trajo aquí y me han apoyado en todo momento”.

Y ella quiere ayuda a los demás.

“Mi vida habría sido difícil. Cuando estaba en el interior… No sé cómo hubiera sido la vida para mí. Pero, desde que llegué aquí, mi vida está progresando y va bien”, dijo. “Si llego a ser una buena modista, me gustaría construir una casa en el futuro, y también ayudar a otras personas como Dios me ayudó a mí”.

Al principio, Sally se sorprendió de poder coser. Era insólito que le enseñaran lo que fuera. En Liberia, no hay muchas oportunidades para que los niños sordos vayan a la escuela. Una iglesia local se había enterado de la situación de Sally y le había ofrecido la oportunidad de estudiar. La trasladaron desde su pueblo natal, un lugar donde los discapacitados a menudo son escondidos y estigmatizados.

Aquí, ella sabe que es valiosa y tiene una comunidad de amigos que la entienden.

“En este lugar, tengo un montón de amigos que me ayudan, y yo los ayudo a ellos”, dijo Sally. “Nos enseñamos unos a otros. En lo que otros no entienden, yo los ayudo; en lo que yo no entiendo, ellos me ayudan. Mi parte favorita en la escuela es que me encantan las cosas que me rodean, cómo soy bendecida porque veo a mis amigos y compañeros sordos que vienen a la escuela. Hacemos bromas. Nos reímos juntos”.

Además del sonido de las máquinas de coser, del generador cercano y de la maestra cuando arrastra los pies, es la secundaria más silenciosa que se puede visitar. Sin embargo, es bulliciosa cuando los alumnos cantan y ríen. Sally se siente en su casa. Ella y sus compañeros se sienten amados por Dios y por quienes les enseñan y los cuidan.

Pastelería con un propósito

Con un gorro alto de pastelera, Dai se para con orgullo junto a su plato de tiramisú y pastelitos rellenos de crema, mientras los jueces pasan. Ella y su equipo de seis compañeros estudiantes de gastronomía esperan ganar el concurso de cocina de la escuela de formación profesional en Hanoi, Vietnam. Los jueces concluyen la degustación, deliberan y nombran ganadora a Dai.

Para Dai, es un sueño hecho realidad y representa la oportunidad continua de impulsar un futuro más promisorio, después de un pasado sombrío.

Dai renunció a su pasión por la pastelería cuando su mamá y su papá fallecieron antes de que ella cumpliera doce años. De repente, en lugar de ir a la escuela, empezó a trabajar en los arrozales aterrazados de su pueblo natal, en la región montañosa al norte de Vietnam. Ella y sus tres hermanos vivieron un tiempo con su tío, luego de que su madre muriera de cáncer. Pero, finalmente, fueron enviados a un centro de asistencia social. Allí, Dai tuvo contacto con Samaritan’s Purse y se enteró de nuestra asociación con una escuela de formación profesional de la ciudad. Ahora, a los 16 años, Dai está aprendiendo a preparar pastelería de alto nivel para un día ganarse la vida y mantenerse a sí misma y a sus dos hermanos menores, quienes todavía están en el centro.

“Quiero poder trabajar para una pastelería y, más adelante, quiero comprar la maquinaria para poder abrir mi propia pastelería en mi pueblo”, dijo Dai. “Quiero mantener a mi abuela y al resto de mi familia”.

Samaritan’s Purse ha ayudado a que cientos de niños como Dai se levanten de la pobreza y se procuren una profesión, por medio de nuestra asociación con una escuela de formación profesional en Hanoi. Desde el 2002, Samaritan’s Purse ha entregado becas a cientos de niños vulnerables de etnias minoritarias de todo Vietnam, para que asistan a la escuela y se dediquen a oficios como la costura, la cocina, la pastelería, etcétera. Algunos estudiantes pudieron trabajar para restaurantes prestigiosos, o comenzar su propio negocio.

“Queremos que los estudiantes vulnerables y marginados consigan una vida mejor, asegurándose un empleo. Queremos ayudar a que los estudiantes rompan el círculo de la pobreza”, afirmó Dave Kletzing, director nacional de Samaritan’s Purse en Vietnam.

Como estamos constantemente con los niños en crisis de Vietnam, Liberia y otros países de todo el mundo, ora para que el Señor mismo se les revele a ellos.

“La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es esta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones y conservarse limpio de la corrupción del mundo”.

Santiago 1:27
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