Evangeline and the Glitter Notebook

Evangeline y los útiles escolares


Creciendo en un lugar donde se bota la basura, solía oler humo y otros desagradable olores, pero la caja de regalos olía muy bien.

Crecí en una pequeña isla en las Filipinas. Había cinco niños en mi familia. Yo soy la segunda más grande. Mis dos padres eran muy jóvenes cuando se casaron, mi mamá tenía 16 y mi papá 17. No sabían lo que estaban haciendo, por lo que nuestra abuela nos crió a mi hermano mayor y a mí. Cuando ella murió, yo tenía 6 años, mis padres nos llevaron de regreso a casa a mi hermano y a mí de forma permanente. Tuvieron más niños y yo tenía 9 años cuando mi mamá quedó embarazada de mi hermana la menor.

En ese tiempo, mi papá estaba trabajando en una fábrica que se quemó. Él era un supervisor y el fuego empezó en su departamento. Después de la tragedia, ya no quiso ser nuestro papá y en lugar de eso, se convirtió en un alcohólico y drogadicto. Esto sucedió al mismo tiempo que el gobierno de la isla decidió convertir la tierra donde teníamos nuestra casa, el lugar del basurero municipal. Esto afectó nuestra supervivencia. Después que mi papá perdió su trabajo y no quería saber nada de nosotros, mi mamá y mi hermano mayor iban a los basureros a buscar por cosas que podrían vender para comprar comida. Así de difícil era nuestra vida.

DESCUBRIENDO A CRISTO

Cuando mi hermana menor tenía 3 años, ella se escapaba para ir a la iglesia del lugar del basurero. Cada vez que la buscaba, ahí era dónde la encontraba. Personas en la iglesia enseñaban historias de la Biblia a los niños, cantaban canciones de la Biblia y les daban comida a los niños. Pensé era una estafa, pero Dios me mostró que era algo diferente.

Uno de nuestros vecinos me invitó a ayudar a cocinar la comida de los niños. La primera o segunda vez que yo fui, el pastor me presentó a Cristo. Aunque no estaba originalmente receptiva, ahora sé que la semilla se plantó en mi corazón inmediatamente. Después de eso, realmente me involucré con la iglesia. Cada semana los ayudaba a cocinar. Leía historias de la Biblia a los niños y cantaba canciones de la Biblia. Se convirtió en mi rutina de cada sábado y lo disfrutaba mucho.

Alrededor de la Pascua, mi pastor me invitó a asistir a un campamento de jóvenes, donde acepté a Jesús en mi corazón. Ese fue el comienzo de mi caminar con el Señor y ha sido maravilloso desde entonces.

UNA ESPERANZA REALIZADA

Un diciembre, Samaritan's Purse vino a nuestro sitio de basurero municipal. Yo era muy alta para una niña de 13 años y para ser de las Filipinas, por lo que me pidieron que los ayudara a distribuir las cajas de regalos a los niños. Yo ayudé, pero cada vez que le daba una caja a un niño, yo la sacudía y la olía. Creciendo en un lugar donde se bota la basura, hay olores como el humo y otras cosas desagradables, pero la caja de regalos olía muy bien. Estaba orando que Dios me diera una de esas cajas.

Mientras seguía repartiendo las cajas, la pila de cajas se iba desapareciendo poco a poco. Los niños continuaban viniendo. Pensé no iba a quedar ninguna caja para mí. Mi hermano menor y mi hermana recibieron las suyas y se sentaron afuera de la iglesia con sus cajas y esperaron a que yo terminara.

Para mi sorpresa, una señora de Samaritan's Purse me guardó una caja al final del evento. Cuando tocó mi hombro yo estaba encantada. Este era el primer regalo que había recibido en mi vida. Era precioso. Muy especial. Yo tenía 13 años y nunca había recibido un regalo. Significó mucho para mí.

Dentro de la caja encontré útiles escolares y lo que más me gustó fue un cuaderno rosado con brillantina, que usé ese año escolar. Recuerdo que pretendía ser una escritora. También recibí lápices, toallas de tela, un cepillo de dientes y dos jabones frescos. Ese era el buen olor de las cajas.

EXPERIMENTANDO EL AMOR DE DIOS

Recibí mi caja de regalos el mismo año que acepté a Cristo y eso reafirmó mi relación con Él. Supe que mi vida cambió cuando acepté a Jesús en mi corazón y lo sentí a través de la caja. Él me mostró que el vacío de mi corazón se había llenado con amor. Era un regalo de Él. Este amor del Padre Celestial significó mucho porque fue en un momento que mi relación con mi papá se estaba desmoronando.

Desde entonces, he podido presentarle a Cristo a muchos de mis familiares (primos, hermanos menores, tías y tíos). Pero, desafortunadamente, mi hermano mayor, mi mamá y mi papá aún no han recibido a Cristo. Aún creo que ellos vendrán a Él y estoy agradecida que el resto de mi familia ya aceptó a Jesús en sus corazones.

Ahora como adulta, disfruto empacar caja con mi esposo y dos hijas, desde nuestro hogar en Kansas City, Kansas. Hace unos años, pudimos regresar a Filipinas y observé una de las clases de discipulado de "La Gran Aventura", que se ofrece a los beneficiarios de las cajas. Sentí como si hubiera completado el círculo cuando veía la clase. Fue como si hubiera sido ayer que recibí la caja de regalos.

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