Trayendo el Evangelio a los Himba
Los líderes tribales se reunieron alrededor del fuego y rogaron a los espíritus ancestrales. La sequía parecía interminable, las familias cada vez más pobres y las promesas del médico brujo por sanidad fallaban vez tras vez.
El pueblo Himba en Namibia le llama el fuego santo, la forma en que se comunican y adoran a sus ancestros, a quienes ven como dioses. En una cultura definida por tradiciones, el fuego santo es muy importante.
Pero las respuestas que ansiaban escuchar de sus ancestros nunca venían. Sus clamores desesperados por paz se esfumaban como el fuego y el humo subía al cielo nocturno.
Los Himba son agricultores y ganaderos nómadas que viven en pequeñas chozas de tierra sin electricidad o agua potable. No tienen un lenguaje escrito, así que son narradores orales que por lo general completan sus días con cantos.
Su apariencia física es particular por el barro rojo que las mujeres ponen sobre su piel a los elaborados tocados de cabello que parecen los cuernos del ganado, hasta las faldas hechas de pieles y sandalias hechas con viejos neumáticos.
Para llegar a la aldea Himba más cercana uno debe caminar varias horas por senderos polvorientos. Y a veces, después de una lluvia pesada, aún los autos no logran atravesar los lechos enlodados del río.
Las familias Himba son tan pobres que muchos niños suelen comer una comida al día. Si van a la escuela, usan su ropa tribal y no el uniforme pues no tienen dinero para comprarlo.
Los Himba han sido un pueblo olvidado durante años.
Hasta que Dios guio el corazón de un pastor para llevar el Evangelio de Jesucristo ha donde nunca había llegado…
A los Himba en Namibia.
Dios provee
El pastor Rizera Hipakua ha hecho cosas muy difíciles. Soportó el ridículo de su familia al hacerse cristiano. Obedeció el llamado de Dios a dedicar su vida al pastorado, aunque implicara incertidumbre financiera.
Pero llevar el Evangelio ha donde nadie había escuchado el nombre de Jesús sería su mayor reto. ¿Cómo responderían los Himba? ¿Permitirían que entrara a sus aldeas? ¿Cómo podía explicar el Evangelio a quienes adoraban los espíritus de sus ancestros? ¿Y a gente que no podía leer la Biblia, incluso si existiera en su idioma?
El pastor Rizera y los miembros de su congregación estaban a mitad de una semana de oración y ayuno, pidiendo a Dios cómo alcanzar a los Himba, cuando un individuo vino a la iglesia para compartir sobre un proyecto de Samaritan’s Purse llamado Operation Christmas Child.
La primera aldea que el pastor Rizera visitó con Operation Christmas Child estaba a unas horas de Ombaka. Invitó a miembros de la iglesia y otros creyentes locales a ayudarle con un evento evangelístico. Distribuyeron cajas de regalos, presentaron el Evangelio y disfrutaron conocer a las familias Himba.
"Fue la respuesta de Dios. Operation Christmas Child abrió una puerta y nos ayudó a ser amigos de los Himba”. El pastor Rizera
"Podías ver el gozo en sus rostros. Decían: ‘Gracias por traernos la Palabra de Dios’”.
El primer evento evangelístico entre los Himba tuvo más éxito que lo que esperaba el pastor Rizera, pero no planeaba detenerse. Le pidió a Alma, una maestra de Escuela dominical y de la escuela local que guiara a los niños en Ombaka con La Gran Aventura, el curso de discipulado de Samaritan’s Purse para los que reciben las cajas de regalos.
"Amo a Jesús y le he dado mi vida”, dijo Alma. “Queremos que los niños Himba conozcan a Jesús, sigan a Jesús y cuenten a otros de Jesús”.
Un grupo de niños y adultos en Ombaka vinieron a la fe en Jesucristo como resultado del evento evangelístico y La Gran Aventura. Estaban ansiosos por continuar aprendiendo así que empezaron a reunirse regularmente bajo un árbol grande en la aldea para adorar y orar. Con el tiempo, el pastor Rizera vio a Dios transformar las vidas de quienes no tenían esperanza espiritual.
Ya no se reunían en el fuego santo para orar a sus ancestros. El alcoholismo empezó a desaparecer. Los niños, más respetuosos y obedientes a sus padres, cantaban alabanzas de la Escritura creadas con tonadas tradicionales de la tribu.
"Dios sopló nueva vida en ellos. Son una nueva creación”, dijo el pastor Rizera.
Unos años después del evento evangelístico, Samaritan’s Purse colaboró con Seed Company, una afiliada de los traductores bíblicos Wycliffe, y los cristianos en Ombaka para construir un santuario en el terreno donado por el jefe de la aldea.
"Una fuente de Agua Viva, esto es la iglesia”, dijo el pastor Rizera. “No la encontrarán en ningún otro lugar. La gente que estaba en tinieblas, ahora vive en la luz de Cristo”.
Otra iglesia empieza
Después del evento evangelístico de Operation Christmas Child en Ombaka, el pastor Rizera empezó a orar a dónde ir después, y Dios lo guio a los Himba en Otutati.
Como en la aldea Ombaka, los Himba en Otutati recibieron con entusiasmo las Buenas Nuevas a través de Operation Christmas Child y La Gran Aventura. También empezaron a reunirse con frecuencia para adorar y orar.
"No quieren ir a casa; quieren estar en la iglesia”, dijo Karituu, quien sirve como pastor. “Oran unos por otros. Sus vidas han cambiado”.
Karituu dio su vida a Jesucristo años atrás después de oír el Evangelio por parte del pastor Rizera. Ella es originaria de Otutati pero recientemente regresó a su aldea. Cuando lo hizo, se deleitó en encontrar que una iglesia había comenzado, y que Samaritan’s Purse ayudara a construir un edificio para que los creyentes se reunieran durante los días de clima extremo.
"Les dije a otros en la comunidad a venir y reunirse y adorar. Quiero que todos los Himba le den su vida a Cristo”, dijo Karituu.
"La iglesia es muy importante. Sé que Dios está ahí”. Mariueute
Mariueute, cuyo hermano —el jefe de la aldea— murió el año pasado, ha vivido en Otutati toda su vida y nunca había visto algo como lo que sucedió con Operation Chrsitmas Child y La Gran Aventura. Agradece que las personas vengan a Cristo. “Animo a mis nietos a ir a la iglesia. Sé que Dios está ahí”, dijo. “Es muy importante que los pequeños tengan la Palabra de Dios para que puedan crecer con ella hasta su vejez”.
"Le pido a Dios que me dé fuerzas para servirlo”. Kapaa
Una de sus vecinas, Kappa, es una joven madre que vino a la iglesia de Otutati durante un tiempo difícil. Su familia pagaba al médico brujo mucho dinero, pero aun así no podía caminar. No había respuesta para la misteriosa enfermedad que la había plagado durante meses.
"La iglesia me animó a orar”, dijo Kapaa. “Empecé a sentirme más y más fuerte”.
Kapaa empezó a asistir a la iglesia regularmente, y después de oír el Evangelio y aprender sobre el amor de Dios por ella le entregó su vida a Jesucristo. Una de sus hijas también creyó en Jesús después de asistir a la iglesia con su madre.
Los eventos evangelísticos siguen adelante
Por la gracia de Dios, el Evangelio avanza en Otutati y Ombaka mucho después de que terminaran los eventos de Operation Christmas Child y La Gran Aventura.
"Si no le hubiera dado mi vida a Jesús, sería una gran pérdida”.
Djouje, 20, es un ganadero que no había escuchado de Jesús hasta que vino a la iglesia de Ombaka. Vio cómo las vidas cambiaban en la aldea y aunque nadie en su familia lo acompañó, quiso ir a la iglesia.
"Mi vida no sería lo mismo sin la iglesia. Encontré paz con Dios”, dijo. “Si no le hubiera dado mi vida a Jesús, sería una gran pérdida”.
"Estaba en prisión, pero no más. Ahora tengo una vida”.
Otro aldeano, Kuyeua, también le dio su vida a Cristo después de asistir a la iglesia. Había estado desesperado por dejar de tomar alcohol, pero no lograba cómo. “Mi vida cambió al oír las palabras que predicaban”, dijo.
Kuyeaua compartió el Evangelio con su esposa y ella creyó también. Kuyeua fue de no saber nada sobre Dios a servirle como pastor. “Estaba en prisión, pero no más”, dijo. “Ahora tengo una vida”.
Desde nuestros primeros eventos evangelísticos en Ombaka y Otutati, muchas aldeas Himba han escuchado sobre la esperanza eterna en Jesucristo. Más personas se han unido a los esfuerzos del pastor Rizera para alcanzar a los Himba, mientras dirige el equipo regional de Operation Christmas Child.
El pastor Rizera y su equipo siguen organizando eventos evangelísticos y enseñando La Gran Aventura en las aldeas Himba, y los creyentes en estas aldeas se están reuniendo regularmente para orar, adorar y enseñar de la Palabra de Dios.
El compromiso del equipo incluso ha dado como resultado una clase para estudiantes sordos—muchos de ellos Himba— que recibieron cajas de Operation Christmas Child y aprendieron sobre el Evangelio.
Samaritan’s Purse está trabajando con Seed Company para proveer recursos de audio para ayudar a que los Himba sigan creciendo en su fe. A través de nuestra colaboración, los Himba ya tienen varios de los libros de la Biblia en su idioma y reproductores solares de MP3.
Al principio de 2022, las traducciones en audio de las lecciones de La Gran Aventura estuvieron disponibles por primera vez. Esto permite que nuestros colaboradores locales se capaciten para enseñar las lecciones, y provean más oportunidades para que las Buenas Nuevas se compartan entre los Himba.
El pastor Rizera ora para que los Himba vengan a la fe en Jesucristo y que con valentía vayan a las aldeas Himba y cuenten de la fidelidad y el amor abundante de Dios.
"Dios está haciendo un gran trabajo en sus corazones. Mientras sus vidas cambian, dan testimonio”, dijo. “Oramos que la iglesia crezca fuerte y lleve el Evangelio. Que Dios les dé valor y ojos para que ver a otros que necesitan escuchar el Evangelio”.