Los voluntarios de Samaritan’s Purse le recordaron a una familia grande en Indiana que son importantes para Dios y su pueblo.
Siempre hay un remolino dentro del hogar de Jaime Richardson donde ella y su esposo, Chris, cuidan de sus 15 hijos adoptados en Fort Wayne, Indiana. Casi todos los días son un torbellino de actividades con tantos niños alrededor, algunos con necesidades especiales como parálisis cerebral, autismo, convulsiones y alguien confinado en cama casi todo el día.
Así que cuando Jaime oyó que una tormenta se avecinaba, lo tomó con calma y se sentó en el patio trasero para observarla.
“Me gusta una buena tormenta”, dijo Jaime. “Soy de Nueva York. No nos llegan ese tipo de tormentas. Por supuesto, cuando la lluvia empezó a irse de lado y vi cierto tipo de ondas en la lluvia, rogué por protección y entré a la casa”.
Minutos más tarde, oyeron un chasquido violento y luego otro mientras los árboles empezaron a caer. La tormenta de primavera se transformó en un derecho destructivo y peligroso, un evento de 150 kph que azotaron áreas de Fort Wayne. Fue aterrador.
Cuando el cielo por fin se aclaró, Jaime vio dónde habían caído los árboles.
“Cayeron como dominó”, dijo.
Llenaban el patio, creando peligro y atrapando vehículos. Fue un milagro que no se dañó más la casa.
“Un amigo me dijo que llamara a Samaritan’s Purse”, dijo Jaime. “Al principio se sentía chistoso pedir ayuda. Nuestro hogar estaba bien. Somos por lo general los que ayudamos, no pedimos ayuda, pero después de llamar a varias compañías sin obtener respuesta, lo hicimos”.
“Los árboles cayeron como dominó”.
Los voluntarios de Samaritan’s Purse han estado trabajando ahí desde mediados de junio, sirviendo a los propietarios en el nombre de Jesús, ayudando a los residentes a limpiar sus propiedades, sacando árboles y escombros, y arreglando techos dañados.
Trabajando duro, motivados por el amor de Jesús
Después de un día, nuestros asesores llegaron a la casa de los Richardson. Un día después, un grupo de voluntarios vestidos de naranja con camisas de Samaritan’s Purse estaban a la puerta listos para ayudar a limpiar el patio.
Jaime dice que ella y los niños miraron con asombro mientras nuestros equipos cortaban y sacaban árboles, liberando vehículos atrapados en los escombros, y quitando otros peligros donde los niños juegan.
El personal que ayuda a Jamie y trabaja con los niños más delicados médicamente también se sorprendieron.
“Algunos de los del personal no son religiosos”, dijo Jaime. “Recuerdo que uno miraba su duro trabajo, trabajando por horas por amor a Jesús. La enfermera dijo: “ese es el tipo de religión que me gustaría escuchar”. Realmente me impresionó y a otros que amo que no van a una iglesia. Allí se desanimaron por la hipocresía, pero en mi patio trasero vieron a personas que sin conocerme fueron las verdaderas manos y pies de Jesús”.
Los voluntarios también dejaron que algunos de los niños ayudaran, enseñándoles cómo recoger escombros.
“Mis hijos salieron a ayudar para aprender a trabajar duro”, dijo. “Algunos solo pudieron hacer poco y durante pocas horas. Los voluntarios fueron tan amables al enseñarles y jamás los hicieron sentir que estorbaban. Mostraron amor y respeto y mis niños se sintieron valorados y satisfechos por su contribución”.
Con sierras eléctricas y otra maquinaria, nuestro equipo necesitó un poco más de un día para sacar la camioneta de entre los árboles y limpiar. Jaime dijo que ella y Chris agradecen a todos los voluntarios que le dijeron “sí” a Dios y ayudaron a las personas necesitadas.
“Empezamos adoptando porque queríamos decirle ‘sí’ a Dios”, dijo Jamie. “Nos ha enseñado que es más grande que las razones que nos podemos dar para decir ‘no’ a algo. Dios puede hacer un camino para lo que nos ha llamado”.
Especialmente agradecieron el modo que el equipo mostró especial cuidado por los niños.
“Muchas familias con necesidades especiales se sienten invisibles y poco bienvenidas, incluso en la iglesia”, dijo. “Por eso muchas familias dejan la iglesia. He oído que entre el 80 y 90 porciento se fue por eso. En este caso, la iglesia vino a nosotros”.
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Mira el video (abajo), “Oración contestada en Indiana”, para descubrir otra gran historia de nuestra respuesta. Helen Griner, una viuda, da gracia. Dios por la ayuda que recibió de los voluntarios de Samaritan’s Purse después que la tormenta desgajó los árboles en su patio.