La capacitación eclesiástica enseña a las personas a leer la Palabra de Dios, que transforma corazones y comunidades.
Ahora que los habitantes de Thaker, Sudán del Sur, aprenden a leer la Palabra de Dios, se les están abriendo los ojos y las oportunidades.
A través del programa eclesiástico de alfabetización de Samaritan’s Purse en el condado de Mayendit, hombres y mujeres están aprendiendo a estudiar en su lengua materna, el idioma nuer. No solo adquieren las habilidades transformadoras de leer y escribir, también están experimentando el poder de la Palabra de Dios que les cambia la vida.
“No puedes predicar sin leer”, dijo Angelo, maestro y predicador local. “Cuando aprendes a leer en tu propio idioma, te conectas con la Biblia de una manera personal. Ya no es algo que escuchas de otros. Es algo que experimentas por ti mismo”.
Muchas personas de esta región no sabían leer ni escribir en nuer. Los servicios religiosos brindaban la única vía que tenían para aprender de la Palabra. Los pastores solían ser los únicos que podían leer las Escrituras. Ahora, hombres y mujeres formados pueden leer y estudiar la Biblia por sí mismos y en cualquier momento.
Un camino de fe y alfabetización
La alfabetización comienza con lo básico: enseñarles a los participantes a leer en nuer. Muchos alumnos, como Joseph, tenían algunos conocimientos de lectura en otros idiomas, pero nunca habían encontrado las Escrituras en su propia lengua de origen. Durante la capacitación, los alumnos reciben, además, su propio ejemplar de la Biblia en su idioma materno.
“Mi sueño es que este programa no se acabe con nosotros”, dijo Joseph. “Yo quiero alcanzar a la próxima generación, para que ellos puedan enseñarles a otros y ayudarlos a llevar la Palabra de Dios a otras comunidades”.
“Descubrí en la Biblia que Dios mismo me ordena ir y hasta enseñar a otras personas sobre la Palabra de Dios. Está llena de vida, llena de salvación, y yo la descubrí. Quiero que otras personas también tengan acceso a esta salvación”.
Para algunas mujeres, como Elizabeth, es la primera vez que interactúan con palabras escritas en cualquier idioma. Elizabeth recuerda su momento decisivo hace dos años: “Leí el libro de Romanos, donde dice que todos están privados de la gloria de Dios. Me cambió la vida poder leerlo yo misma, y comprender la gracia de Dios”.
El versículo que sobresale para Angelo, otro estudiante de la alfabetización, es la verdad central que se encuentra en Juan 3:16: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único…”.
Fue la primera oración que leyó en voz alta en nuer, un momento que intensificó su fe e inspire a su misión a enseñarles a otros.
“Aprendí de la Biblia que Dios nos ama”, dijo. “Aunque yo sea un pecador, puedo ir a Él, ponerme de rodillas, confesar mi pecado, y Él me perdonará como a un hijo”.
Según explica Angelo: “Antes, muchos no pensábamos en la vida venidera. Pero, ahora, por medio de la Biblia, entendemos que existe algo más allá de esta vida. Conocemos la paz por medio de Dios, y esta paz se está extendiendo”.
El camino a la paz del país
Sudán del Sur ha recorrido un largo camino hacia la paz, y las iglesias locales ven a la alfabetización como un paso hacia la reconciliación. “Cuando las personas leen la Biblia, aprenden a vivir en paz”, dice Angelo. “La Palabra de Dios transforma los corazones y las mentes. Nos enseña a amar a nuestros vecinos y a perdonar”.
Para Elizabeth, Angelo, Joseph, e infinidad de otras personas, ha abierto las puertas a la salvación, al crecimiento espiritual y a la transformación comunitaria.
Por favor, ora para que los líderes enseñen a otros lo que aprendieron y, de esta manera, desarrollen un legado de paz y esperanza sobre el fundamento del Señor Jesucristo.