Una pareja de agricultores en Wadsworth ayudaron a empacar 5.000 cajas de regalos este año, mientras representan a Cristo en casa y en el extranjero.
Si manejas por la calle River Styx a las afueras de Wadsworth, Ohio, llegarás a un señalamiento de la “Granja Styx y Stones”. Si entras por el acceso, cualquier sábado en la mañana del otoño, no encontrarás donde estacionarte. A un costado se encuentra un granero de por lo menos 175 años de antigüedad, con la madera original. La puerta se abre y muestra luces colgando del techo, mesas con cientos de juguetes, útiles escolares y otros artículos divertidos; y filas de cajas de regalos junto a la pared.
Durante dos horas de cada sábado, las personas de la comunidad vienen a empacar cajas de regalos, escribir notas a los niños que las recibirán y empacar cajas con artículos divertidos para deleitar sus corazones, todo antes de orar por ellas antes que salgan al extranjero.
Este año, Matt y Kristel Stone, ambos granjeros que nacieron y crecieron en Wadswoth, tendrán cerca de 40 eventos en su granero con más de 1.000 personas asistiendo. La comunidad se está reuniendo para empacar 5.000 cajas de regalos para Operation Christmas Child para niños necesitados en el mundo.
Empacando en memoria de mamá
Al entrar al granero de los Stone, hay una fotografía en una viga a la derecha con una leyenda que desea que el cielo tuviera horario de visitas. Ahí está la mamá de Matt, Jennie Stone.
Jennie tuvo la oportunidad de llevar cajas de regalos a niños en México a principios del año 2000 y regresó transformada. Matt dice que siempre fue una madre amorosa que dirigió un hogar centrado en Cristo. Pero cuando regresó de este viaje, había cambiado.
“Vi que su corazón se había despertado a lo que enciende el corazón de Cristo también, cuando le dio una caja a un niño en necesidad”, dijo Matt. “Nunca olvidaré eso porque regresó diferente”.
Uno de los niños con los que interactuó en ese viaje abrió su caja de regalos, sacó todo lo que contenía y se puso con orgullo unas gafas oscuras que había adentro.
“Este pequeño niño pensó que había recibido millones de dólares”, dijo Kristel. “Ese pequeño niño sintió por primera vez que alguien lo veía, así que incluimos en todas las cajas unas gafas oscuras”.
Cada año después de esto, Jenni buscó cajas de zapatos vacías en las tiendas locales y buscó artículos para rellenarlas, con su familia detrás. Los hijos de Matt y Kristel, Jaden 16, Addison 14, y Sofía 12, recuerdan empacar cajas con abuelita Jennie. Sus esfuerzos bendijeron a 50 niños cada año con 50 cajas.
Pero en la primavera de 2015, los doctores diagnosticaron a Jennie con mieloma múltiple y le dijeron que tenía diez meses de vida. al final, reunió a su familia y les dijo: “Solo quiero que esta misión continué. Quiero que las necesidades de estos niños se cubran y si está en su corazón, por favor continúen. Conociéndolos, probablemente lo harán y en lugar de 50 cajas harán 500”.
“I thought, ‘¿500 cajas? ¡No es posible! Son muchas. Seguiremos con las 50”, dijo Kristel.
Otro de los deseos de Jennie era que usaran el granero para Operation Christmas Child o un almacén de comida. Pero al saber su condición, Matt y Kristel le preguntaron: “¿Has visto el granero últimamente?”
La visión se expande
In 2016, as they continued to mourn Jennie’s passing, they decided to honor her by cleaning up the barn and hosting one big packing party for Operation Christmas Child.
“Hicimos 1.084 cajas ese año”, dijo Matt. “Me acuerdo de que entramos y nos sentamos en un sofá y nos quedamos sin palabras, pero la gran paz que sentimos nos trajo lágrimas a los ojos. Dios vino en una manera poderosa a nuestra comunidad y las personas que amamos y atesoramos estuvieron aquí para experimentarlo”.
El único pesar de ese evento para Matt y Kristel fue que había tanta gente que no pudieron hablar con todos. Así que al siguiente año crearon un formato para llena en línea para inscribirse y durante seis semanas en martes y jueves, de 6 a 8 p.m. y otra vez los sábados de 10 a 12, empacar cajas.
Kristel oró: “Señor, si esto es lo que quieres, haz que se llenen los horarios”.
Con un poco de incredulidad, admitió que tuvo que abrir más horarios.
Ahora, en su séptimo año, las personas siguen viniendo y pasan la voz.
“Vienen al granero para empacar cajas y ser parte de algo más grande que ellos mismos”, dijo Matt, emocionado que estos nuevos amigos puedan oír el Evangelio no solo sentados en la iglesia los domingos. “Pueden ver el trabajo del Evangelio en tiempo real y de una manera diferente”.
En cada evento, Matt y Kristel invitan a las personas a la granja y a su hogar si es necesario. A través de estas invitaciones, han conseguido nuevos amigos, algunos se han convertido y se han bautizado.
Conocer a Cristo al empacar una caja.
Kristel primero creyó en Cristo en una cruzada de Billy Graham en Cleveland en 1994. A pesar de un inicio difícil para seguir a Cristo, ahora tiene un corazón evangelista y celebra la oportunidad de tocar tantas vidas al abrir su propiedad para empacar para Operation Christmas Child.
Wadsworth, con una población de unos 30.000 puede tener ese ambiente pueblerino y romántico, como un pueblo de televisión, pero aún muchos no conocen el poder salvador de Cristo.
“Cuando primero conocí a Kristel no era salva”, dijo Jill Fabo. Empezó a asistir a las fiestas para empacar y contribuyó con sus habilidades de organización al proceso y pronto empezó a ver un cambio en sí misma.
“Pude comprender el amor de Cristo aquí, tan solo con empacar una caja”, dijo. Además de venir a las fiestas para empacar, Jill empezó a asistir a estudios bíblicos con Kristel y a hacer ejercicio con ella los domingos por la mañana, luego veían servicios en línea.
Jill pronto empezó a juntar cosas para las cajas en su sótano antes del otoño y pasó mucho tiempo contando y organizando artículos por las tardes.
“Vi el amor de Cristo aunque nunca había recibido una caja”, dijo. “Hacer una me mostró Su amor”.
“Sé original”
Como granjeros, Matt y Kristel saben que entre más duro el invierno, mejor será la cosecha.
“Pienso en la época de nuestras vidas cuando nos pasaron la estafeta”, dijo Matt. “En un tiempo de luto y de oscuridad, vino una bendición y el sentimiento de que estábamos experimentando la mano de Dios obrando”.
Ahora cada año, después que cada caja se empaca, los Stones reúnen a la comunidad para una celebración donde oran por cada caja de regalos una vez más antes de enviarlas fuera.
“Seguramente cada caja mostrará amor a alguien”, dice Kristel. “Así que no tenemos que adivinar qué sucederá con cada caja. Podemos confiar en Dios al igual que confiamos en Él para plantar nuestras cosechas en el campo. Pero todavía tenemos que hacer nuestra parte. Así que, sé original. ¡Empaca cajas! Eso transformará tu caminar con Jesús”.