En Alaska, Andrew y Aimmie Jenkins experimentaron nueva vida en Cristo y ahora están creciendo, sirviendo y liderando a través de un ministerio de cuidado familiar.
Aimmie Jenkins se sorprendió en Luisiana al ver a su esposo herido por la guerra, el antes sargento del ejército Andrew Jenkins, sacando el lodo de las casas, cortando árboles y reparando techos dañados. Después de una década de verlo recuperarse con dificultad de las heridas que sufrió en Irak y Afganistán, de repente veía al hombre con el que se casó volver a la vida.
“Dios se reveló”, dijo Aimmie. “Andrew estaba haciendo trabajo que no lo veía hacer en años”.
Los Jenkinses estaban sirviendo con nuestro proyecto Team Patriot después que el huracán Ida devastó comunidades, destrozando hogares e inundando vecindarios enteros.
Desde 2019, Team Patriot ha desplegado parejas de Operation Heal Our Patriots a lugares de ayuda de U.S. Disaster Relief. El programa provee una oportunidad de servicio a los que atendieron el programa en Alaska junto con ministerio de cuidado familiar--un componente de discipulado y comunidad de Operation Heal Our Patriots.
Para Andrew y Aimiie, el tiempo fue perfecto para servir en Luisiana. Recién habían pasado varios días viendo al ejército retirarse de Afganistán y sentían un malestar.
Llamaron al personal de Operation Heal Our Patriots y la idea del despliegue se mencionó. New Orleans necesitaba ayuda y los Jenkinses necesitaban usar sus manos con propósito.
“Andrew estaba batallando”, dijo Aimmie. “Ambos estábamos luchando. Casi perdió en la vida en Afganistán. Vio a muchos perder ahí la vida. Parecía que su sacrificio había sido en vano”.
Al servir en New Orleans, el trabajo duro los ayudó a canalizar su ira y su dolor a un trabajo productivo, y los abrió a nuevos encuentros con el trabajo redentor de Dios en medio de la tragedia. Andrew dijo que la experiencia le recordó que Dios todavía está actuando y que les permite ser parte de Su plan.
“Al final del día, estás agotado, pero, aunque estás cansado vas a la cama con gozo porque has visto a Dios moverse y has oído a otros hablar de las cosas que Dios hace por medio de este trabajo”, dijo Andrew. “No he experimentado nada así”.
Una oportunidad inesperada
Mientras estaba en el despliegue de Team Patriot, el recién líder clave del programa entró a la conversación. Este programa es un componente dirigido por veteranos del ministerio de cuidado familiar en que los líderes conectan con otras parejas que fueron a Alaska en el área para crear comunidad y crecer en su matrimonio y su relación con Jesucristo.
Aimiie y Andrew saltaron ante la idea. Querían que otras parejas en la comunidad recordaran que Dios todavía estaba trabajando, mucho después de Alaska.
El programa de lideres clave parecía una oportunidad dirigida por Dios para compartir su historia y sus vidas con otras parejas en una forma que los dirigiera a las Buenas Nuevas de Jesucristo.
“Solo queremos que nuestra historia abra las puertas para el Evangelio”, dijo Andrew. “Por mucho tiempo no hablé de nada. Nada. Pero ahora, puedo conectar con alguien a través de mis heridas, mis problemas maritales y mi desesperanza, luego puedo abrir la puerta y hablarles de Jesucristo”.
Un sendero difícil y de redención
Los Jenkinses vinieron a Alaska en 2016 mientras su matrimonio se encaminaba a un final desastroso. Se había descubierto un engaño unos meses antes de llegar a Samaritan Lodge Alaska, pero los cimientos de su relación y su familia ya estaban derrumbándose.
Los problemas empezaron justo después que Andrew regresó de combate, donde experimentó múltiples heridas físicas y mentales en el curso de cuatro despliegues —tres en Irak y uno en Afganistán. Horrorosos estallidos IED, tiroteos y los horrores de la guerra cobraron un precio y lo llevó a nuevas batallas en casa. La esperanza para un cambio real parecía imposible.
Tanto Andrew y Aimmie crecieron yendo a la iglesia, pero descuidaron a Dios por muchos años. En Alaska, sin embargo, empezaron a experimentar a Dios en diferentes maneras y Él los empezó a sanar de forma individual. Empezó también a sanar el matrimonio pues empezaron a verse con una nueva luz en el amor de Dios.
“Recuerdo una larga caminata en Samaritan Lodge con una de las esposas de los capellanes”, dijo Aimmie. “Me dijo: ‘Sé lo que te duele respecto a tu esposo. ¿Pero qué cosas buenas ves en él? ¿Qué amas de él todavía?’ Era la primera vez, la primera persona, que me mostró que valía la pena pelear por él”.
A través de las clases de matrimonio y la consejería con los capellanes, la pareja obtuvo herramientas para expresar su dolor y sus emociones. También aprendieron lo que implicaba tener una relación con Dios a través de Jesucristo.
Experimentaron perdón en su matrimonio y el perdón de Dios.
“Empecé a verme a mí miso como un recién nacido, como un bebé, tratando de reaprender todo lo que creía saber de Dios porque ahora tenía una relación con él”, dijo Andrew.
Un círculo cerrado: del dolor al ministerio
Han pasado casi seis años desde que Andrew y Aimmie regresaron de Alaska, pero Dios ha continuado fortaleciendo su fe y matrimonio a través del ministerio de cuidado familiar —reuniones anuales, locales, eventos de capacitación, oportunidades de servicio y nuestros capellanes— y una iglesia local fuerte.
Su historia es completa en cómo Dios transformó su quebrantamiento en oportunidades milagrosas de redención y sanidad mientras sirven en otros que sufren.
“No sabemos exactamente qué estamos haciendo. Somos nuevos en este rol como lideres clave”, dijo Andrew. “Pero confiamos que Dios nos seguirá guiando”.
En la reunión de Operation Heal Our Patriots en abril, compartieron su historia públicamente por primera vez. La reunión también les dio la oportunidad de conocer a otras parejas militares del área.
“Después de todo lo que dios ha hecho en nuestro matrimonio a través de Samaritan’s Purse, ¿cómo no hacer algo?” dijo Aimmie. “¿Cómo no decir: ‘¿Oye, esto es lo que Dios ha hecho, y Él puede hacerlo por ti también`?”