Samaritan’s Purse trabajó junto con sus asociados para hacer que la casa de una madre soltera, averiada por el conflicto bélico, volviera a ser habitable.
¿Cómo haces para que una casa sea un hogar, si no tiene techo ni ventanas? Una familia ucraniana ya no tiene que preocuparse por ello, gracias a las reparaciones provistas por Samaritan’s Purse y nuestros socios locales. Katerina* y sus dos hijos, Ionna (14) y Denys (8), están agradecidos de haber vuelto a su hogar, incluso en un país que sigue en guerra. Por lo menos, ahora, están protegidos de la intemperie, lo cual era un sueño inalcanzable hace menos de un año.
Katerina y sus hijos aún recuerdan los detalles aterradores de los nueve días que pasaron en el sótano con otras dos familias asustadas. Al principio, cuando cesaba la artillería enemiga, el grupo se aventuraba a salir una vez por día para cocinar la comida. Sin embargo, enseguida hasta eso se volvió demasiado peligroso, y dejó a las familias escasos de comida. Katerina pasó hambre durante días; les daba a sus hijos cuantas migajas de pan tenía.
Katerina escudriña el patio donde ella y sus hijos se reunían para comer con varias familias más cuando la guerra estaba en su punto más violento.
A veces, se preguntaba si estaban reviviendo el Holodomor de los años 1932-1933, la etapa lúgubre de la historia ucraniana cuando la expansión soviética causó una hambruna generalizada. “Era como si las historias de mi bisabuela sobre [esta hambruna] se hubieran vuelto reales”, recuerda Katerina, con la incertidumbre a cada instante de cómo sería su futuro. “La vida se echaba a perder ante mis propios ojos”.
Escapar a cualquier costo
Luego, la cosa empeoró. El 5 de marzo de 2022, Katerina se despertó y se dio cuenta de que su casa no tenía luz eléctrica ni agua corriente. Ese mismo día, escuchó el chasquido amenazante de un avión de combate zumbando bajo sobre su cabeza, directamente encima de la casa, y se dio cuenta de cuan rápidamente un bombardeo directo podía liquidar la casa y la vida de sus hijos. Siendo el combate tan inminente, cada vez que Katerina miraba a Ionna y a Denys se daba cuenta de que esa podía ser la última.
La artillería cayó muy cerca de la casa de Katerina.
Tenía que hacer cualquier cosa que pudiera para salvar a sus hijos. Debían huir.
Con el fuego enemigo amenazándolos a cada instante, huyeron de la zona de peligro y se trasladaron a Kiev. Sin embargo, pronto ni siquiera la capital estuvo a salvo.
En abril de ese año, la familia cruzó la frontera hacia Eslovaquia.
Durante cuatro meses, vivieron en una incertidumbre constante, preguntándose si alguna vez volverían a casa, y si lo que había quedado de su hogar todavía estaría allí. Aun sin el techo y con las ventanas estalladas, anhelaban regresar.
Hacia el mes de agosto, tuvieron que emprender la difícil travesía de regreso. Denys tenía una discapacidad y necesitaba hacer tratamientos solamente disponibles en Ucrania.
Katerina y sus hijos ahora pueden vivir nuevamente y sin peligro en su hogar.
Cuando por fin llegaron a su hogar, estaba tal como lo habían dejado, sin techo ni ventanas. Sin ningún otro lugar donde ir, comenzaron viviendo afuera de la estructura averiada, temerosos del otoño que se avecinaba, cuando la nieve y las temperaturas se desplomarían.
Alabado sea Dios porque el personal de Samaritan’s Purse y los asociados locales aparecieron antes que eso y le ofrecieron las reparaciones que necesitaba.
Algunos de los materiales utilizados para reparar el hogar de Katerina salieron del más de un millón de libras (455 000 kilos) de recursos materiales que Samaritan’s Purse había enviado a Ucrania desde el inicio del conflicto.
“Dios siempre viaja de incógnito y, esta vez, su ayuda fue a través de ellos”.
Al mes, la familia no solo tuvo un techo de protección y ventanas, ¡además, la electricidad, las luces y la calefacción fueron reestablecidas! La familia pudo soportar los meses del otoño y del invierno en su propia casa, y Denys y Ionna han podido dormir sin miedo a que un pedazo del techo les caiga sobre la cabeza.
“Dios siempre viaja de incógnito”, dijo Katerina, agradeciendo a Samaritan’s Purse y a los socios locales por la oportunidad de vivir nuevamente en su casa. “Y, esta vez, su ayuda fue a través de ellos”.
Katerina habla con los líderes de Samaritan's Purse y del asociado local.
Por favor, ora por el personal de Samaritan’s Purse staff y por nuestros socios locales, mientras continuamos proveyendo refugio, agua potable y la comida que necesitan desesperadamente los ciudadanos ucranianos cansados de la guerra. Ora también para que Dios pronto ponga fin al conflicto.
*Nombre cambiado por seguridad
