Por la gracia de Dios, una pareja de militares encuentra de una manera inesperada nueva vida y un nuevo panorama en Alaska a través de Operation Heal Our Patriots.
Ray sirvió por veinte años en el ejército antes se jubilarse en el 2020. Durante esas dos décadas de servicio, se desplegó tres veces a Irak, dos a Afganistán y una a Polonia para un despliegue de rotación.
Durante sus despliegues de combate, tuvo varias experiencias cercanas a la muerte. Ray pisó cinco dispositivos explosivos que resultaron en muchas heridas, que incluyeron pérdida del oído, de la memoria y heridas en su espalda que lo llevaron a 17 cirugías mayores. A pesar del trauma físico del combate, el despliegue a Polonia trajo el mayor daño.
Durante seis meses, Ray, con sede en una ciudad universitaria en Polonia, tuvo la oportunidad de viajar a Europa, ir a restaurantes y festejar con sus compañeros militares. Mientras tanto, Rebecca estaba en EUA criando a su hijastro de quince años. Esto causó un distanciamiento en la relación.
“Es como si yo hubiera entrada a este cambio de rol tan grande y él se hubiera desentendido”, dijo Rebecca al recordar visitas al doctor, sistemas escolares y la crianza de un adolescente por sí misma.
Encontrar la pieza faltante
Cuando llegaron a Alaska, sabían que algo faltaba en sus vidas y su matrimonio. Rebecca lo describió como un vacío en su corazón. Sabía que había un hoyo, pero no sabía cómo satisfacerlo o llenarlo. El alcohol y otros vicios los dejaban igual de vacíos.
Rebecca se consideraba agnóstica. Creía en un poder superior, pero no tenía deseos de conocer a Dios de modo personal. Ray estaba endurecido en contra de la iglesia. Creció en extrema pobreza y en lugar de ver la iglesia como un lugar seguro, solo encontró juicio y condenación.
En cuanto escucharon de Operation Heal Our Patriots, les abrumó el amor genuino que expresaba cada miembro del personal y cada voluntario. Fueron testigo de los seguidores de Cristo que no se apenan de vivir su fe. Lentamente, la luz y la verdad empezaron a iluminar sus falsas concepciones del cristianismo.
Aprendieron del poder del verdadero perdón y cómo es el primer paso para reconstruir la confianza.
“Siempre temí que Ray amara a Dios más que a mí. y entendí que ese es ls punto… es un nuevo panorama sobre la fe y lo que amar a Dios es realmente”, dijo Rebecca.
Ray y Rebecca tomaron una decisión en Alaska para seguir a Jesucristo como su Señor y Salvador. En ese momento, se dieron cuenta que Jesús era el único que podía llenar sus corazones en verdad.
“Recibimos más de lo que esperábamos, conocer a Cristo y darnos cuenta de quien es y lo que faltaba en nuestro matrimonio. Wow”.
Se bautizaron en las aguas frías del lago Clark, declarando públicamente la dedicación de sus vidas a Dios y comprometiéndose a un nuevo comienzo con un firme fundamento en la fe.
“Queríamos ver Alaska. Queríamos una semana especial juntos”, dijo Rebecca. No sabíamos que necesitábamos este tiempo. Recibimos más de lo que esperábamos, conocer a Cristo y darnos cuenta de quién es y lo que faltaba en nuestro matrimonio. Wow”.
Ray y Rebecca dejaron Alaska completamente diferentes a cómo llegaron. Se han ido a casa emocionados por crecer en su fe juntos, encontrar una iglesia local y criar a su hijo de tres años en un hogar enfocado en Jesús.