Samaritan’s Purse está enseñando a las madres cómo mantener saludables a sus bebés y niños.
El pequeño lloró sin parar durante la noche, luchaba con una tos persistente y no tenía apetito.
“No sabíamos por qué no paraba de llorar”, dijo Nilma, la madre del pequeño.
Nilma pidió ayuda de Mailyn, una trabajadora de salud de la comunidad capacitada por Samaritan’s Purse en las Filipinas. Mailyn se dio cuenta en el momento que vio a Ziyad, o al bebé Z como le decían de cariño, que estaba desnutrido.
“Tenía una fiebre alta y no comía. Me preocupó que la familia lo perdería”, dijo Mailyn.
Los equipos de Samaritan’s Purse habían capacitado a Mailyn en muchos temas relacionados con la salud de madres e hijos, incluyendo cómo evaluar a los bebés y niños desnutridos. “El bebé Z estaba terriblemente demacrado. Solo pesaba 4.6 kilogramos, menos de la mitad del peso de los niños de su edad”, dijo.
La familia del bebé Z vive en un sitio de reubicación para personas desplazadas en la isla del sur de Mindanao. La familia, junto con otros miles, huyeron de su hogar en la ciudad Marawi cuando fue atacada por rebeldes islamistas que tenían lazos con ISIS.
Desde entonces, subsistir ha sido un desafío, complicando el proveer a su hijo de sus necesidades nutricionales. Nilma y su esposo solían ganar un buen sueldo vendiendo frutas y verduras, pero perdieron sus ahorros y su fuente de ingresos debido a la violencia. Ahora, el esposo de Nilma se ha mudado a una ciudad cercana donde trabaja medio tiempo como ayudante de entregas y gana menos de $6 por día.
“Un niño pequeño y delgado se considera normal aquí”, explicó Mailyn. “Las madres no se dan cuenta de la necesidad de evaluar su nutrición”.
Mailyn informó a las instalaciones locales de salud y al personal de Samaritan’s Purse sobre la condición del bebé Z. “La unidad de salud tiene poco recursos y personal”, dijo. “El tener a Samaritan’s Purse de nuestra parte ha llenado muchos huecos en la comunidad. He visto cuánto se preocupan y se dedican a la recuperación de un niño”.
Mailyn le dio paquetes de micronutrientes para el bebé Z y le enseñó la importancia de tomar vitaminas, tener una higiene saldable y revisiones regulares. La condición del niño mejoró con solo unos meses de intervención.
“Nunca más estará desnutrido”, dijo Nilma con orgullo, “pues ahora estoy capacitada por medio del apoyo, la capacitación y la consejería de Samaritan’s Purse”.
El bebé Z sigue recuperándose de mala desnutrición y su peso está subiendo a donde debe estar. Mailyn sigue trabajando con Nilma y monitorea su mejoría. “Nuestra comunidad está agradecida por el apoyo de Samaritan’s Purse”, dijo Maylin.
“Nunca más estará desnutrido”.
Samaritan’s Purse también ha comenzado grupos de madres para ayudar a Nilma y otras para aprender a alimentar mejor a sus hijos y recién nacidos, a cómo mantenerse saludables durante el embarazo y a los beneficios de solo dar leche materna.
Transformando a una comunidad
La recuperación del bebé Z ayudó a los padres del área a darse cuenta de que no deben avergonzarse de desnutrición y a que pueden dar pasos para la salud de sus hijos.
“Todos en la comunidad sabían sobre el caso de Zyiad. Ahora sé que un niño desnutrido puede estar saludable otra vez”, dijo Aliah, cuya hija, Jhaira también estaba baja de peso.
Aliah y su esposo batallan para proveer para sus nueve hijos. Aliah trabaja en una pequeña tienda cerca de su hogar y su esposo es un chofer. Ambos ganan el mínimo. “Nuestra forma de vida es muy complicada, pero seguimos trabajando porque tenemos muchos niños para cuidar”, dijo Aliah.
“Ahora sé que un niño puede estar saludable otra vez”.
Aliah se unió a nuestros grupos de madres y comenzó a trabajar con nuestros equipos porque quería ayudar a que su hija se recuperara, así como vio que el bebé Z hizo. Aliah se dedicó a asistir a las reuniones y a implementar prácticas saludables que el personal le enseñó.
“Ya no batallamos sobre cómo mantener a nuestros hijos saludables. Más bien, nos sentimos privilegiados por el apoyo de Samaritan’s Purse que nos ayuda con educación de salud y nutrición”.
Ahora, no solo Jhaira se está recuperando, sino que los otros hijos de Aliah se benefician de lo que su madre ahora sabe.
“Las lecciones que hemos aprendido durante las capacitaciones me han inspirado”, dijo Aliah. “A pesar de los desafíos, podemos sobrevivir”.